En construcción... multidimensional

En construcción... multidimensional

Hace ya más de un año que he estado trabajando la sintonía, disponibilidad y responsividad conmigo misma, y desde ahí, la apertura a la vulnerabilidad. Ha sido un camino intenso, hermoso, emocionante, cariñoso conmigo, desafiante… e interminable!!

Según yo, es parte de la automaestría el estar constantemente “en construcción”. 

Una tía siempre decía “los niños llegan y uno va armándolos en el camino” refiriéndose al dentista, kinesiólogo, oftalmólogo y cuantos “ólogos” existan. 

Ahora refraseo su dicho a “todos llegamos a este mundo y estamos constantemente construyéndonos” y esta construcción es multidimensional: física, emocional, mental, espiritual. Y en mi trabajo del día a día con las personas y organizaciones, me he dado cuenta que justamente eso se nos olvida: la multidimensionalidad del proceso. Generalmente nos preocupamos muy poco de nuestra construcción multidimensional.

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Le damos un mayor valor a la mente, sin embargo es un valor es parcial ya que tendemos a preocuparnos de acumular conocimientos más que al desarrollo en si: la empatía, la compasión, la capacidad de mirar desde distintos observadores, la metaposición, la profundización en la consciencia, por nombrar sólo algunas áreas de desarrollo.

Le damos valor a la construcción física, pero más desde lo que la sociedad impone o desde el “deber ser” que desde la sintonía con nosotros y desde el bienestar: matémonos en el gimnasio por un verano sin polera, en vez de sentirnos bien con nosotros mismos de manera sostenida en el tiempo (alimentarnos conscientemente con todo lo que ello conlleva).

Le damos algún valor a la construcción espiritual mirándola “hacia arriba” y, por lo tanto, desconectada de nosotros. Separada. En otra frecuencia. Algo deseable pero casi inalcanzable, muchas veces sin mirarnos hacia adentro, desde el espíritu y hacia a él.

Y ya algunos menos le damos valor a la construcción emocional. A conectarnos con nosotros compasivamente y desde nuestra vulnerabilidad, con otros.


Multidimensionalidad. Porque somos seres sociales. Seres emocionales que piensan. Seres físicos y espirituales.

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El estar en construcción no es fácil:

  • Requiere atención en nosotros mismos en un momento del mundo en que poner atención en algo es difícil.
  • Requiere conectarnos con nosotros cuando el mundo nos grita que debemos conectarnos “a las redes” y “en las redes”.
  • Requiere mirarnos con cariño y compasión, cuando nos decimos “tontos” porque se nos olvidan las llaves.

Y todo eso… ¡¡¡a nivel multidimensional!!! ¡OMG!


Es un proceso hermoso, que a mi me ha generado mucha gratitud, orgullo, bienestar y alegrías. También penas profundas, algunos duelos, dolores e incomodidades. ¿El balance? Completamente positivo.


Reflexionando sobre el sentido de mi vida, éste tiene relación con apoyar a otros en procesos de generación/profundización de consciencia que les permita ser más plenos y felices. Esto es a nivel de personas.

Cuando lo llevo a nivel de empresas, tiene relación con apoyar en el proceso de generación de sentido compartido y construcción de dinámicas relacionales virtuosas que apalanquen el bienestar y el alto desempeño. Y ello implica trabajar de manera holística: estructura, números, objetivos, personas, relaciones; tanto de manera individual como grupal.

Y a lo largo del proceso va emergiendo en qué nivel de construcción está cada una de las áreas (mental, física, emocional y espiritual), en el orden de las personas y de la organización como un todo. 

Es algo que soy capaz de ver y de sentir. Y capaz de mostrárselo a otros. Es parte de lo que amo de mi trabajo: ayudar a otros a ver, ayudarlos a que las cosas emerjan, a hacer visible lo invisible.


A lo largo de estos ya casi 4 años haciendo lo que hago me he dado cuenta de dos fenómenos opuestos que se tironean entre si generando incomodidad y tensión. Mucha tensión. Tanto a nivel de personas como de organizaciones.

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Veamos primero a las personas entre si: 

  • Las primeras son aquellas que sienten que hay algo que no está en su sitio. Que hay algo más. Que necesitan generar un cambio que les permita conectarsemás con ellas mismas y con otros. Que sienten que la forma tradicional de hacer las cosas a nivel laboral ya no es suficiente, ya no funciona. Y entonces, inconscientemente, buscan diversas formas de movilizarse.
  • Las segundas son aquellas que se aferran con uñas y dientes a la forma tradicional de funcionar en el trabajo. Aquellas que creen que los buenos resultados en la última línea vienen dados sólo por la reducción de costos y las eficiencias del sistema, por lo que el foco principal está en el sistema. Y así, buscan maneras de generar eficiencias, reducir costos, automatizar, etc.


Estos dos tipos de personas conviven en las organizaciones de hoy y su convivencia no es fácil. Es rígida, tensa, con poco entendimientos unos de otros, con poca sinergia, con poca (o nula) conexión. Por el contrario unos dicen que los otros son “de la vieja escuela”; los otros dice que aquellos son “millenials”. Y en ambos casos los epítetos utilizados no son con cariño, no son mostrando admiración ni validación.

Ambas son formas legítimas, estemos o no de acuerdo.


Ahora pasemos a las organizaciones y las personas:

  • Lideres que sienten que las organizaciones deben regenerarse, que hay algo más, algo que logre conectar con las personas que trabajan en ella de manera resonante. Algo que permita hacer sentido. Algo que genere cohesión, bienestar y resultados. Y entonces comienzan a mover a la organización hacia la búsqueda de ese algo a través de diferentes formas. Esto agrada a las personas que sienten que algo no está en su sitio, pero incomoda tremendamente a las personas que se aferran a la forma tradicional de funcionar en el trabajo.
  • Lideres que sienten que la forma de generar resultados sobresalientes se relacionan sólo con los procesos y procedimientos, con el sistema. Lo importante son los números, los kpi’s, el control y los resultados. Entonces la organización se mueve hacia generar mecanismos de control de resultados. Y esto incomoda a algunos y acomoda a otros.

En ambos casos dentro de la organización se genera tensión. La convivencia no es fácil, es tensa y con poco entendimiento unos de otros, con poca sinergia y con poca (o nula) conexión. Por el contrario…

Noo voy a meterme en el análisis de los fenómenos en si, sino en la forma en que los lideres los enfrentan (y por lo tanto, la forma de la organización).

En la mayoría de los casos (por lo menos en Chile), las empresas se enfocan en las “habilidades blandas”para generar cambios y entonces comienzan a hacer untallertras otro. Empiezan a entregarle a las personas miles de tips, métodos, conocimientos para que entiendan por quées importante hacer el cambio.

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Al hacer esto se están enfocando en la acumulación de conocimientos. Entregando conocimientos para que entiendan.

Y para mi, ahí está el error. Los conocimientos sirven cuando los cambios son técnicos, dado que los conocimientos son técnicos.

Para cambios adaptativos, se requieren medidas adaptativas. Que a las personas les haga sentido lo que escuchan, que resuene, que tenga propósito y que desde ahí, generen conductas nuevas.

Y esto no es a través del conocimiento, es a través del desarrollo. No es lo mismo capacitar en liderazgo, que desarrollar lideres. No es lo mismo entregar tips y modelos de comunicación, que desarrollar e instalar la capacidad de comunicarse activa y amorosamente entre las personas, validando a otros como legítimos otros a pesar de no estar de acuerdo.


Cambios adaptativos, requieren medidas adaptativas.


Y las medidas adaptativas implican desarrollo multidimensional: mente, cuerpo, emoción y espíritu.

El desafío que enfrentamos en este momento a nivel general como seres humanos es el reconectarnos con los seres multidimensionales que somos y, desde ahí, desarrollarnos a nivel multidimensional.

El desafío que enfrentamos quienes estamos en el mundo de apoyar/acompañar a otros en sus procesos de desarrollo (ya sea a través de consultoría, asesoría, coaching, mentoría, etc), y específicamente en los procesos a nivel de organizaciones no es menor. Al contrario es un desafío realmente grande: ser capaces de mostrarle a las organizaciones la importancia del desarrollo multidimensional, en un lenguaje que les haga sentido y que conecte con sus dolores (números, resultados, metas, kpis, etc).

Mostrarles que el acumular conocimientos técnicos sólo permite que se trabaje una dimensión, y ni siquiera en su totalidad, ya que esto no genera desarrollo. Ayudar a que internalicen el hecho de que sus resultados numéricos mejorarán al desarrollar a la persona de manera multidimensional.

Es una tarea difícil y maravillosa a la vez. Es un desafío que nos permite aumentar nuestra creatividad, conectarnos realmente con qué moviliza al otro y, desde ahí, acompañarlos de la mejor manera.

Para mi, es un desafío que me moviliza día a día. Que me energiza, me motiva y me conecta directamente con el sentido de mi vida: apoyar a otros (personas y organizaciones) a profundizar en la consciencia y desde ahí, generar conductas que permitan orientarse a mejorar los resultados y mantener el bienestar.

Y ustedes, ¿en qué parte están de su construcción multidimensional?


LILIANA CARBÓ

Facilitadora de procesos de transformación y cambio / Coach especialista en Bienestar Organizacional y Liderazgo Sistémico.

5 años

Hola full conectada con lo que traes !!! me encanta el concepto del desarrollo multidimensional , al final a eso venimos al mundo. gracias francisca nos vemos 

Hola cómo estás, muy buen artículo y concuerdo mucho en una autogestión holistica de hecho es el futuro de una organización sustentable y que haga el bien felicitaciones nuevamente por el enfoque saludos

Tomás Vergara

Psychologist | People & Organizational Development Manager at CAP S.A

5 años

Me gustó mucho Fran, muy de acuerdo con el cambio adaptativo, es este proceso el que necesita acompañamiento. En general he visto que la gente no tiene resistencia al cambio, la resistencia es a la pérdida, ahí el identificar barreras y fortalezas para explorar lo nuevo es central, las personas afrontan esa incertidumbre desde el acompañamiento en la experimentación. Abrazo grande

Anil Sadarangani, PhD, MBA, RTTP

Director de innovación at Universidad de los Andes (CL)

5 años

Excelente Fran! Muy bueno la aplicación tanto personal como a la empresa.

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