En el Open ¿Nos reservábamos el derecho de admisión?
Definitivamente SI. Era la única manera de preservar el espíritu que queríamos en el espacio además de proteger nuestros objetivos.
Os lo cuento con un ejemplo. Un día me llama un compañero de una Línea de Negocio para preguntarme por ideas sobre cómo facilitar una sesión de cocreación de objetivos. Tenía la idea de juntar a su equipo en un hotel, y diseñar unos objetivos adicionales a los establecidos por la compañía entre todos. Al ver que esto tenía muchos de los componentes de nuestra filosofía (uso de nuevas metodologías, colaboración, diseño de objetivos para el negocio) le ofrecí cerrarle el espacio y que lo hicieran en nuestro Open Power Space. De esta forma aprovechaban nuestro espacio y con el ejemplo esperábamos que otras personas se animaran a usar el espacio para lo mismo.
En la foto nuestro equipo de Marketing Clientes de España y Portugal en el IV Evento Parceiros. No es el que menciono en el ejemplo :)
Un día, me llama la secretaria de una persona de muy alto nivel jerárquico en la compañía y me pide que por favor le deje el espacio por que no encuentran una sala libre en el resto del edificio para celebrar una reunión con un proveedor. Esta fecha coincidía con la sesión de cocreación de objetivos. Analizando la situación y con nuestros valores como base, le dije que no, por que su necesidad además de no estar alineada a nuestro objetivo... el espacio ya lo teníamos comprometido.
Una respuesta bastante impopular debo decir. Además dependiendo quien, nunca es bueno dejar una mala impresión en un jefe ¿no? así que lo que hicimos fue encontrar un punto medio y ayudarles a buscar otro sitio mas adecuado.
¡Fácil!
No. La verdad es que no es fácil, muchas veces lo fácil es dejarlo pasar. Creo que esto lo aprendí en mi primer trabajo, era becaria de Recursos Humanos en Intel, y un empleado me pedía una excepción a algo que realmente hacía sentido (ya no recuerdo bien que era). El caso es que comentándolo con mi jefa (Oi Ialis!) me lo dijo muy claro, una vez que dejas pasar una excepción caes en una dinámica de difícil gestión: ¿Qué haces si otro empleado te pide una excepción? ¿Por qué a uno le dices que si y a otro no? ¿Dónde está el límite?
Cuándo tenemos duda sobre si aceptar un evento, o una sesión siempre miramos nuestros valores y nuestros objetivos para tomar la decisión. Si el espacio lo pedían unos becarios por que querían probar unos sensores de IoT, o lo quería un manager para hacer una reunión de comité, revisábamos los valores y si era necesario decíamos NO. Es la única forma de ir cambiando la inercia y poco a poco la cultura, protegiendo así nuestro objetivo y nuestros valores.
Estoy de acuerdo contigo. En NCR cuando estuve a cargo de C&B dos años nos dimos a la tarea de “limpiar” las “excepciones” lo que genera diferencias e incomodidades; el 99% de las veces es posible alinearse a las políticas y procedimientos con base en valores lo que fortalece la cultura organizacional.