Energía: de la transición al cambio de paradigma
El sistema energético a nivel global se encuentra en un proceso de profunda expansión y transición tecnológica. La fractura hidráulica y la perforación direccional ya han desbloqueado el shale a nivel global con Vaca Muerta como ejemplo más claro en nuestro país. Los avances en tecnologías eólicas, solares, de almacenamiento y de redes de transmisión inteligentes están cambiando profundamente la industria de la energía. Pero esto es solo el comienzo, ya que el desarrollo económico a nivel mundial en las próximas décadas llevara a un aumento de la demanda de energía donde el binomio energía barata y robotización serán el marco de la productividad del futuro como se observa en EE.UU. actualmente. Por otra parte, el creciente compromiso social a nivel global con el medio ambiente ha intensificado la demanda de energía baja en emisión de carbono, y al mismo tiempo las tecnologías para satisfacer esa demanda son cada vez más económicas y eficientes. De esta manera, las nuevas tecnologías que contribuyen a las mejoras en la eficiencia energética están desacoplando el consumo de energía del crecimiento económico, generando en consecuencia un futuro de mayor eficiencia energética con menor impacto en la huella de carbono a nivel mundial.
La reducción de costos en la generación de energía lideradas por la revolución del shale y por las fuentes de energía renovables brindaron cada vez mayor competitividad a la economía global y la argentina en los últimos años. Por ejemplo, el costo de los paneles solares ha disminuido en más del 80% desde 2005. En Argentina, la energía solar y eólica se han vuelto competitivas en costos, con varios nuevos acuerdos de compra de energía (PPA) tanto en Renovar como MATER que caen por debajo de US$ 80 por megavatio-hora (MWh). A ello, se incorpora la curva de crecimiento exponencial de la producción de hidrocarburos de la mano del desarrollo del no convencional, que va a devolver el auto-abastecimiento al país y principalmente muestra un proceso de transición a una economía con abundante gas natural, capaz de transformar la matriz productiva en su segunda ola expansiva.
Paralelamente, encontramos que el compromiso social y político con la protección ambiental y la reducción de emisiones ha crecido significativamente en el mundo y la Argentina a medida que la preocupación pública por el cambio climático continúa aumentando. El futuro se vislumbra con un creciente impulso hacia las fuentes y tecnologías de energía con bajas emisiones de carbono, en un proceso continuo de cambio a gran escala en el mix de generación energética. Las fuentes de energía renovables están creciendo, pero aún representan solo el 10% del consumo mundial de energía, se estima que para el 2040, países como China e India ya tengan una participación de mas del 30% en la generación a partir de energías renovables siguiendo el camino de naciones líderes a nivel global como Alemania. Por otro lado, la transición de la economía global a un modelo de generación mas intensivo en gas natural tendrá un fuerte efecto sobre los objetivos ambientales globales.
Los cambios en los modelos de negocios debido al avance tecnológico exponencial de las próximas décadas en la industria energética estarán conduciendo a una convergencia de modelos de generación en el sistema energético. Cada vez más compañías que hoy se identifican como "compañías petroleras" o "desarrolladores de energía" pueden integrar cada vez más modelos de negocio transformándose en "compañías de energía". Múltiples fuerzas subyacen a esta convergencia, entre las que se destacan la electrificación del transporte o la transformación del consumidor en prosumidor creando una conexión entre la industria petrolera y la energía eléctrica, sobre el cual se cruzarán tanto nuevos colaboradores como competidores.
Por otro lado, cabe destacar, que el fuerte avance tecnológico en las distintas fuentes de generación, almacenamiento y distribución de energía estará forzando a los gobierno a definir estrategias de diversificación de la matriz energética basado en planes de desarrollo económico que incorporarán todo tipo de fuentes de energía, tanto fósiles, nucleares como renovables, en parte porque ninguna fuente de energía puede satisfacer la magnitud de la necesidad de la economía del futuro sin comprometer también otras prioridades como la accesibilidad, salud y medio ambiente. Sin embargo, el futuro de la matriz económica productiva basada en tantas tecnologías de generación y distribución de energía no tiene precedentes en la historia de la humanidad. La economía del siglo XX se forjó a crudo y carbón. Por el contrario, la economía del siglo XXI podría depender de más de 15 fuentes de energía en base a tecnologías diferentes, desde el petróleo, gas natural, carbón, eólica, solar, hidroeléctrica, geotérmica, mareomotriz y nuclear entre otras. En el mundo de hoy, la seguridad energética se deriva del acceso a los recursos (por ejemplo, control físico o acceso confiable al carbón, petróleo o uranio), así como su infraestructura de suministro. En el mundo del mañana, la seguridad energética vendrá del acceso a la tecnología.
El sistema energético está viviendo la transición de un sistema concentrado a un de descentralización, fragmentación y competencia intensificada donde los viejos modelos de negocios se resquebrajan frente al proceso de cambio vertiginoso, ejemplo de ello, es la crisis de las grandes distribuidoras eléctricas en algunos países de Europa. Durante el último medio siglo, los mercados energéticos han estado dominados por grandes jugadores, a menudo oligopolios nacionales. Sin embargo, en el futuro, la fuerza impulsora detrás de los nuevos modelos de negocios del mercado energético surgirá a partir de la interacción impredecible de una variedad mucho mayor de participantes, incluidos los "prosumidores" de energía residencial e industrial, que compiten en espacios cada vez más diversificados.
El futuro de la energía trae aparejados cambios significativos en los modelos de negocio, los marcos regulatorios, los modelos de financiamiento, matriz productiva, en síntesis, una nueva economía. Las nuevas tecnologías y los modelos de negocios empoderan a los consumidores para que se conviertan en participantes más activos en el sistema energético. El mundo del futuro nos enfrenta a tener que administrar de forma eficiente la energía generada en forma abundante, a partir de diferentes fuentes y principalmente a completar el proceso de transición hacia una matriz productiva con niveles aceptables de emisión de carbono.
Licenciado en comercio internacional & despachante de aduanas - Magister en relaciones economicas internacionales (en curso) y Master en energías renovables & Master en gestion y auditorias ambientales (tesis pendiente)
5 añosLa implementación tecnologica blockchain permitira que se plieguen en las sociedades la conmutación de estrategias DER que permitira participar al prosumidor, dentro de un rol activo y no solo pasivo. Esto, a mi criterio, se visibiliza en el horizonte de mediano plazo ya. Un pronostico de ejecución global, no meramente de testeo, puede visibilizarse en el periodo 2030-2040.