ERRADICAR LA POBREZA

Erradicar la pobreza que arrastramos desde de la antigüedad sigue siendo uno de los principales desafíos que enfrenta la humanidad. A lo largo del tiempo y en la actualidad hay quienes piensan que la forma de erradicar la pobreza es acabar con los ricos, centrado sus esfuerzos e imaginación en ello. Si embargo, merece la pena recordar al ingenioso artista Mario Moreno “Cantinflas”, cuando en su película “El Padrecito”, pronunció una ingeniosa frase: (No, si no es un error querer acabar con los ricos, hay que acabar primero con los pobres).

Así es, erradicar la pobreza debería ser una labor de todos. Es importante pensar que motivos nos llevan a consumir recursos en lo superfluo, cuando millones de personas carecen de lo necesario. Por otra parte, debemos evaluar determinadas inversiones, incapaces de generar riqueza, además de cargarnos con importantes gastos a futuro. Igualmente, resulta perjudicial vivir de las subvenciones, que acomodan e impiden poner el esfuerzo e interés suficiente para generar riqueza.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible constituyen un compromiso esperanzador para erradicar   la pobreza en todas sus formas y dimensiones, en el horizonte próximo del 2030. Sin embargo, la pandemia de COVID-19, además de cobrarse más de dos millones de vidas, ha supuesto importantes pérdidas económicas, motivando que la pobreza extrema vuelve a subir a niveles nunca vistos en una generación. A la situación todavía sin resolver de la COVID-19, tenemos que sumar los desastres relacionados con el clima que se extiende por todo el mundo y que según los pronósticos irán en aumento, mientras no trabajemos seriamente en abordar la reducción del riesgo de desastres de forma global.

Frente al futuro incierto, se contrapone el crecimiento del talento y el cambio radical especialmente en muchos jóvenes, cada vez más comprometidos y conscientes del desarrollo humano y del cuidado del planeta. Vamos a ver si de una vez por todas, como decía Cantinflas, acabamos con la pobreza en primer lugar.