¿ES CIERTO QUE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL TE QUITARÁ EL TRABAJO?

Recientemente salió la noticia de que más de mil expertos, entre ellos Elon Musk y Steve Wozniak, habían firmado una carta para frenar los desarrollos en inteligencia artificial por seis meses, al considerarla una amenaza para la humanidad que amerita profundizar en la regulación para este tipo de tecnología.

Esto ocurre luego del auge y revuelo que ha creado #ChatGPT, desarrollado por #OpenAI y también por las fotos del Papa Francisco caminando por las calles de la Ciudad del Vaticano con un abrigo blanco de moda muy similar al que es usado por raperos y otros artistas urbanos, creada por el software #Midjourney.

Una de las grandes preocupaciones en plena cuarta revolución industrial, además de saber qué es cierto y que no, es qué pasará con el empleo y el trabajo en general, dado que, como todo proceso de avance tecnológico, algunas profesiones y actividades serán, sin lugar a dudas, impactadas por el cambio.

Quizás uno de los avances que está generando más revuelo en los últimos tiempos es la inteligencia artificial. La curiosidad y la novedad propia del desarrollo de nuevas herramientas genera debates, adeptos y detractores; así como ocurrió con el teléfono, la electricidad, el automóvil, el internet y pare Ud de contar.

¿Acaso los operadores de telégrafos no vieron en peligro su trabajo con el descubrimiento del teléfono, así como los fabricantes de velas se preocuparon por el descubrimiento y masificación de la electricidad, al igual que los fabricantes de carretas y los conductores de carretas con la fabricación en masa del modelo T de Ford y los mensajeros internos con la creación del correo electrónico? En contextos de cambios tecnológicos la preocupación en el corto plazo luce genuina.

Decir que el cambio es una constante y que debemos identificar maneras para adaptarnos en lugar de resistirnos, es una frase un tanto trillada en la actualidad. El dilema está en que la velocidad de los cambios que estamos presenciando son cada vez más acelerados y seguirán siendo así.

Aún no queda claro quiénes serán los más impactados.

Si bien la hipótesis más compartida ha sido la de que los trabajos manuales y repetitivos son los más probables a ser impactados con el avance de la tecnología, con ChatGPT se ha puesto en el tapete que incluso los trabajos profesionales pueden verse afectados.

Abogados, contadores, asesores financieros, diseñadores gráficos, locutores, profesores, escritores, copywritters, vendedores, entre otros, son algunas de las profesiones que en los últimos meses han sonado como fácilmente sustituibles por la inteligencia artificial.

Ante esta situación; ¿Quiénes serán los equivalentes a los operadores de telégrafos, los fabricantes de velas, constructores de carretas y mensajeros internos de nuestros días? Si bien existen algunas primeras impresiones, aún no lo sabemos con certeza.

El dilema para las economías locales.

Todo avance tecnológico trae consigo riesgos y beneficios, sin embargo, visto el ritmo del avance exponencial de la tecnología, pareciera que la velocidad del cambio supera nuestra capacidad individual de adaptación.

Indudablemente, se crearán nuevas profesiones asociadas al uso de la tecnología, similar a lo ocurrido con los Community Managers y especialistas en Marketing Digital en los últimos años, ¿o es que acaso hace 20 años se nos pasaba por la mente pensar que existirían esas profesiones?

Sin embargo, también es posible que algunas personas queden en una especie de limbo temporal o definitivo cuando se consolide y masifique el uso de algunas herramientas. Si aún lo dudamos, basta con asomarnos por nuestras ventanas y tratar de contar cuantas carretas vemos en las vías de las principales ciudades del mundo, o cuántos de nosotros sabemos utilizar un telégrafo.

La principal consecuencia será la del aumento del desempleo, lo que requerirá de políticas gubernamentales para mitigar los efectos negativos de este fenómeno. Bajo esta óptica, la figura del ingreso mínimo vital universal parece ser una respuesta, sin embargo, ¿estarán las economías globales en la capacidad de asumir ese compromiso?

Hay que recordar que una buena parte del presupuesto público de los países es cubierto por los impuestos que se recaudan a las personas naturales y a las empresas, ¿estarán los contribuyentes en la capacidad de asumir un aumento en la tasa de impuestos para fondear este ingreso mínimo vital universal? La experiencia de la sustentabilidad de algunos sistemas de pensiones nos da algunas luces de lo que puede replicarse.

Otro dilema es hasta qué punto, individual o colectivamente, estaremos dispuestos a depender del Estado y que este decida cuál debe ser el ingreso mínimo vital para cada persona o familia. Personalmente, yo no estoy dispuesto.

El cambio es indetenible, aprópiate de tu carrera.

Como mencioné al principio, aún existe más preguntas que respuestas, por ello creo que la mejor respuesta ante los cambios que seguiremos protagonizando es que, cada vez es más necesario que nos apropiemos de nuestra carrera, en otras palabras, que cada quién sea más consciente de las decisiones personales y profesionales que aseguren no sólo su sustento, sino su realización personal.

Para ello, hay tres cosas que considero importantes para abordar en el futuro, las que he llamado las tres erres (3R’s): reflexión, reenfoque y reskilling.

La reflexión, está relacionada con nuestra capacidad para analizar no sólo el entorno y las principales fuerzas que nos impactan, sino a nosotros mismos. Es decir, en hacer un esfuerzo consciente de identificar cuáles son nuestras fortalezas, habilidades, destrezas y conocimientos.

Basado en el resultado de la reflexión, el reenfoque consiste en establecer una dirección y una serie de pasos consistentes para reorientar el rumbo de nuestras carreras en el contexto actual. A manera de ejemplo, si vamos en un barco y vemos que se avecina una tormenta en nuestro camino, existen dos opciones: cambiamos el rumbo evitando la tormenta o, si es imposible evadir la tormenta, confiar en nuestras habilidades, experiencia y valor para atravesarla.

En verdad existe una tercera opción: echarse a llorar, rezar y no hacer nada, pero esa posiblemente sea la opción que termine hundiéndonos más que la misma tormenta.

El reskilling será una de las más importantes, dado que, ante un entorno en constante cambio acelerado, será necesario hacer del aprendizaje y actualización constante un hábito, entendiendo que lo que hoy sabemos probablemente no sea útil en el futuro. El reskilling implica no sólo desarrollar nuestra capacidad de aprender, sino la de desaprender, la cual a veces es la más complicada, dado que implica despojarnos de la seguridad de lo ya conocido para adentrarnos en el mundo de lo desconocido.

Evidentemente el cambio ya dejó de ser algo que nos ocurre de forma puntual a ser parte de nuestra cotidianidad, pero por eso no dejará de ser motivo de inquietud para algunos, por lo que no podemos permitirnos censurar y hasta satanizar a los que expresan una preocupación genuina por este tema, sino apoyarlos, ayudarlos a reinventarse y adaptarse.

Si deseas que te ayude en tu proceso de cambio profesional, visita mi página web: www.asesordedesempeno.com o contáctame y con gusto te ayudaré.