Es la justicia un servicio esencial?
Es la justicia un servicio esencial? Es la justicia un servicio? Existe en todes nosotres, un primer error, al sostener que la justicia es un servicio, identificando justicia con Poder Judicial. La justicia, decía Ulpiano es dar a cada uno lo suyo. Y toda persona puede realizar la justicia, dándole al otro lo que corresponde.
El Poder judicial nos aporta justicia? A veces si, a veces no, entiendo que es algo en lo que queremos creer. El rol del poder judicial es según la constitución “el conocimiento y decisión de todas las causas que versen sobre puntos regidos por la Constitución, y por las leyes de la Nación, con la reserva hecha en el inc. 12 del art. 75; y por los tratados con las naciones extranjeras(…)” O sea que el poder judicial, como poder del estado, tiene por función aplicar las leyes, principalmente la Constitución. Debe controlar que las otras leyes y el accionar de los otros poderes se adecuen a la Constitución, que protege los derechos de las personas que habitamos el suelo argentino.
Entonces, que el poder judicial trabaje ¿es esencial? Si es esencial, porque es un poder del estado, porque es quien debe preservar los derechos de las personas y solucionar los conflictos de las personas entre si y con el estado.
Sin embargo, el poder judicial no se considera esencial y limita su trabajo. Y con ello a las dificultades habituales para acceder al poder judicial, supuesto administrador de justicia, le sumamos que serán ellos mismos quienes decidan si la cuestión es urgente o no.
Porque el poder judicial no se considera esencial? Desde un punto de vista simplista, podríamos pensar, tienen miedo al contagio del covid 19, se escudan en el riesgo que los tribunales significan por la cantidad de gente que circula y cobran sueldo muchísimos más alto que el promedio, porque se van a preocupar.
Pero pienso en mis años de profesión de abogada, y en el deterioro que nuestra profesión y el poder judicial han sufrido. Y como todos, en estos años, aceptamos condiciones indignas de trabajo. Como aceptamos resoluciones indignas a veces contraria a derecho, porque le haremos perder más tiempo al cliente planteando la cuestión que dejándola pasar. Cuantas veces nos hemos enfrentado a cosas que somos conscientes deberíamos denunciar y pensar en ello nos hace sentir como quijotes ante molinos de viento, no lo hacemos, porque tendremos que seguir litigando con ese juez/a porque sabemos que, si no es muy muy pero muy grave, nada va a pasar. Porque en los últimos años es más lo que litigamos contra los tribunales que contra los colegas. Porque los plazos son para los abogados, para las partes no para el poder judicial. Soportamos maltrato de empleados, gritos de jueces, dificultades para poder hablar con algún funcionario, etc y mil etc.
Pero del otro lado, fuera de sus grandes sueldos tampoco trabajan en condiciones dignas y también se adaptan a lo que arbitrariamente estable la cabeza del poder judicial pero la cuestión es que esto perjudica principalmente a los litigantes. No soy inocente, fuera de la critica que los jueces de primera instancia hagan por lo bajo al actuar de la Corte, no sacan los pies del plato. Y de un lado y del otro sabemos que hay funcionarios que deshonran su cargo y se los protege.
El poder judicial tiene muchas carencias, y ello quedó expuesto con la pandemia. Si se hubiera trabajado en la digitalización en forma seria hoy nos tendríamos los problemas que tenemos. Y a la paralización le sumamos improvisación, litigando por mail, sin seguridad técnica, pero más grave aún sin seguridad jurídica. Lo que pasa es que hace tanto tiempo que el poder judicial se viene llevando puesto el código procesal, que, en la emergencia, han podido ir más allá y establecerse sus propias normas procesales, que ellos fijan y ellos evalúan.- Porque hemos creado el concepto que quien reclama la aplicación de las normas procesales es chicanero. Es fundamental que entendamos que solo en un proceso reglado y establecido por ley garantizan nuestros derechos y la seguridad jurídica.
No es mi interés confrontar con el poder judicial en su conjunto, sin duda hay gente muy valiosa en él. Pero como estructura y principalmente su cabeza, requiere un urgente cambio. Porque no ejerce dignamente el cometido que tiene, porque no se adecua a las necesidades actuales, porque carece de toda autocritica y resulta alarmante cuando se abroquela y defiende a sus integrantes contra toda lógica. Y porque urgentemente debe transparentarse y abrir el diálogo con la sociedad, porque los jueces son personas comunes a quienes les otorgamos el poder de decidir sobre nuestros bienes y nuestras vida siempre en el marco de la ley y la Constitución, no personifican a la justicia.-