¿Es necesario evaluar a las personas para impulsar su desarrollo?

¿Es necesario evaluar a las personas para impulsar su desarrollo?

Una de nuestras primeras tareas en Decires fue evaluar a personas y equipos, diagnosticando dinámicas humanas dentro de las empresas para mejorar y desarrollarlas. Con el tiempo, perfeccionamos nuestros procesos y herramientas, lo que nos posicionó con una sólida reputación en estos servicios. Sin embargo, descubrimos que evaluar no es lo que realmente impulsa el desarrollo de las personas. Hoy queremos explicarte por qué.

El desarrollo humano tiene como objetivo empoderar a las personas, pero, ¿qué sucede cuando las evaluamos? A veces, los resultados pueden limitar su crecimiento al asignar un diagnóstico que parece definir sus posibilidades.

La neurociencia nos enseña que todos tenemos la capacidad de desarrollarnos infinitamente. Gracias a la neuroplasticidad, nuestro cerebro tiene la habilidad de recuperarse, reestructurarse y transformarse con el tiempo, adaptándose a nuestras experiencias de vida.

Entonces, si evaluar no es lo que más agrega valor al crecimiento de las personas, ¿qué sí lo hace? Crear entornos de aprendizaje donde se fomente probar cosas nuevas, donde la repetición intencionada y el autocuidado faciliten la modificación de las conexiones cerebrales. Así, se transforman las respuestas del sistema nervioso, lo que a su vez modifica conductas y permite la expresión de una nueva identidad.

En esta edición de Cree.Ser tu empresa, te compartimos tres claves para crear un entorno que estimule el crecimiento, y que puedes empezar a implementar desde hoy.


Gestionar la forma en que nos relacionamos: la clave del crecimiento

Nuestra identidad actual está profundamente influenciada por las experiencias de nuestros primeros años, especialmente en cómo aprendimos a relacionarnos, comunicarnos e interactuar con los demás. Esto también refleja cómo nos relacionamos con nosotros mismos.

A lo largo del tiempo, las conductas repetidas crean surcos en nuestro cerebro, reforzando las mismas conexiones neuronales que moldean nuestra personalidad.

Si queremos transformar aspectos de nuestra identidad, como pasar de la procrastinación al compromiso o de trabajar en solitario a colaborar en equipo, necesitamos explorar nuevas formas de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás.

Al hacerlo, nuestro cerebro crea nuevas conexiones neuronales que integran estos cambios. Con la repetición constante, estas nuevas conexiones se fortalecen, y se reflejan en nuevas formas de reaccionar, dando lugar a nuevos rasgos en nuestra identidad.

3 condiciones de un entorno estimulante para el crecimiento

Si queremos crear cambios reales en nuestro comportamiento, necesitamos establecer nuevas formas de conexión. El entorno más estimulante para el crecimiento es aquel que proporciona las condiciones necesarias para practicar estas nuevas maneras de relacionarnos.

  • Ambiente de colaboración: reconocer que nos necesitamos unos a otros para reestructurar nuestros vínculos y aprender a comunicarnos de manera diferente. Esto no se puede lograr en solitario; es a través de la relación con los demás que podemos practicar y descubrir nuevas formas de relacionarnos y de responder en nuestras interacciones. 
  • Relaciones empáticas: hemos construido nuestra personalidad de manera inconsciente, pero hoy tenemos la oportunidad de reaprender, de forma consciente e intencionada, para mejorar nuestras relaciones y nuestra vida. Esto requiere empatía para evitar el juicio, ya que lo importante no es juzgar, sino colaborar entre todos para lograr ese cambio.
  • Hacerlo divertido: un factor que facilita el reaprendizaje es que sea en un estado emocional óptimo, para que el sistema nervioso se sienta seguro, para que no se active la necesidad de protección. Hacerlo divertido hace que sea más fácil y multiplica el número de nuevas conexiones en el cerebro porque divertirnos es lo que menos hacemos normalmente. Este ingrediente es de los que el cerebro interpretará como algo nuevo y al volverlo recurrente creará una nueva conexión. 

Es ideal que ese entorno seguro y divertido se vuelva la manera normal de relacionarnos. No solo en espacios destinados para eso, sino en el día a día. Por supuesto, significa un cambio de cultura y requiere voluntad y una gestión intencionada.  

Paradójicamente, evaluar a las personas, que suele verse como un paso necesario para el desarrollo, crea un entorno completamente opuesto al crecimiento. Genera tensión, la sensación de estar siendo juzgado o expuesto, en lugar de fomentar confianza, cercanía y diversión.

Y esto afecta tanto a quien es evaluado como a quien evalúa.

¿Qué te parece si invertimos esa energía e intención en crear un entorno seguro y divertido, que con el tiempo y la repetición, se convierta en parte de la cultura?


Decires es una consultoría para el crecimiento de las empresas a través del crecimiento de las personas. Agenda una sesión con nosotros para evaluar tu situación y diseñar una solución enfocada en consolidar el crecimiento de tu empresa.

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