¿Es posible educar al inconsciente?
Una de las tantas respuestas que Dios me ha permitido encontrar en la Programación Neuro Lingüística, es entender las diferencias, notablemente apasionantes y apasionantemente notables, entre la mente consciente y la inconsciente.
La mente consciente se ocupa de “tenernos a mano” todo lo que necesitamos para el día a día; aquí accedemos a nuestros recuerdos más necesarios en nuestras rutinas personales: qué hacer al despertarme en la mañana, cómo saber qué ropa me voy a poner hoy, cuál es el camino que debo seguir para llegar al colegio, al trabajo, la iglesia, el gimnasio, etc…
En cambio, la mente inconsciente, es la responsable de casi el 90% de todas las acciones que realizamos diariamente sin darnos cuenta: respirar; mover los pies y piernas acompasadamente para caminar; tomar algo de la mesa: un celular, un bolígrafo, un tenedor, etc.
Acorde a lo explicado por el profesor José Antonio Marina (2013), al educar la inteligencia, educamos el inconsciente, llamado por el profesor Marina: “esa fabulosa máquina de producción de ocurrencias”.
Entonces, la respuesta a la pregunta ¿Es posible educar al inconsciente? es un gran SÍ.
¿Cómo lo educamos?
1. Ejercitando la memoria cada día mediante la lectura y el ejercicio de ir recordando fragmentos de textos leídos, así tu cerebro va creando los circuitos neuronales para almacenar esa información.
2. Estableciendo hábitos diarios que podemos ir escribiendo en una agenda física o digital. Tu cerebro irá asociando informaciones importantes: la hora del día, la acción a realizar, el lugar donde se debe realizar y lo necesario para realizarla.
3. Practicando una y otra vez lo que nos apasiona y/o nos resulta difícil de lograr hacer bien a la tercera o cuarta vez de intentarlo, por ejemplo: tocar tu instrumento musical favorito, encestar el balón en la canasta, cocinar esa receta que tanto te gusta, aprender a diseñar imágenes y/o editar videos, etc…
4. Organizando nuestras pertenencias: libros, ropa, zapatos. Al vivir en un entorno organizado, el inconsciente va organizando esta información y conecta cada cosa con la ubicación que le has asignado, así lo educas para la organización y la productividad.
La mente inconsciente trabaja por ti, literalmente. Cuando llevas tres horas trabajando en una tarea y, por agotamiento, la dejas a un lado para continuar al día siguiente, tu mente consciente detiene su trabajo con esa tarea pero, al mismo tiempo, tu mente inconsciente sigue trabajando buscando datos y soluciones, mientras tú continúas enfocado en otras cosas, como por ejemplo: descansar. Por eso, educar al inconsciente es un recurso esencial para programar nuestro cerebro en alcanzar altos niveles de productividad en lo que hacemos ya que, al establecerle horarios, hábitos, acciones a realizar y formas de hacer las cosas, estamos proveyéndole de un plan de trabajo que, luego, tu mente inconsciente seguirá al pie de la letra.
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4 añosBuenísimo!