Escarabajo pelotillero
Sin prolegomenos de anestesia, paso a decir de inmediato y sin mucho protocolo, que muchas personas se comportan en su vida diaria cual escarabajos pelotilleros, convirtiéndose en arrastradores permanentes de bolas de heces. A donde se dirigen solo llevan sus miserias, sin intentar al menos invertir un mínimo de esfuerzo en luchar contra su cargamento de miserias particulares. Es cierto que estos tiempos que corren, estan caracterizados por una gran carga de oscuridad, por ese motivo es más necesario que nunca esforzarnos para introducir algo de luz en medio de las nebulosas que abundan por muchos rincones. El humor es un gran recurso del cual podemos echar mano para no revolcarnos permanentemente en el fango. Sobre todo el aprender a reirnos de nosotros mismos, de nuestras desgracias y tragedias, para de este modo tomar cierta distancia que nos permita enfocar las situaciones desde una perspectiva distinta que no sea unicamente aquella contaminada e imbuida de la emoción negativa. Hay personas que piensan que al cambiar de trabajo o de país, van a amanecer inmediatamente rodeados de bendiciones en una tierra prometida, plena de maravillas y de perfección. Ante esta idealización de situaciones desconocidas por nosotros de antemano, considero muy pertinente y atinado reflexionar sobre la importancia de que los unicos responsables de descargarnos de aquel equipaje latoso e innecesario, somos nosotros. Hay que dejar atrás, eliminar y permitir que se pulvericen en el pasado esas maletas que solo sirven para sobrecargarnos de pesos innecesarios. Convertirnos en nuestros mejores amigos implica deslastrarnos al máximo de todo aquello que nos amarga la existencia. Es fundamental convertir nuestro recorrido vital en una experiencia feliz.