NO ESCRIBAS COMO HABLAS
Podría parecer un consejo que no tiene sentido, porque, por desgracia, generalmente se hace; el uso intensivo de los teléfonos celulares, el Twitter, el correo electrónico, el Whatsapp y más hacen que uno “hable” con los dedos y ponga por escrito cosas que antes no pondría…
Pero mucho peor es cuando esto le ocurre a un redactor publicitario, porque lo que escribe será visto por cientos de miles de personas y muchísimos se darán cuenta restándole valor al mensaje: “si escriben así, cómo será el producto…” dirán; los que no se den cuenta o no detecten el error como tal, creerán que “así se dice, porque lo dicen en la tele…”.
La responsabilidad es grande porque puede estársele restando credibilidad a un producto, marca o servicio; también sucede tal vez que se está induciendo al error; digo todo esto porque veo y escucho comerciales en la televisión que tienen errores que a veces son casi imperceptibles (pero allí están) y otras saltan notoriamente como mancha en camisa recién lavada…
He oído decir que una reunión va a ser “presidido”, cuando es “la” reunión y el cambio de género es totalmente incorrecto; no quisiera puntualizar, pero creo que no hay cuidado y la cadena de aprobaciones se extiende pasando por alto el error, porque nadie parece darse cuenta; ¿es que no importa la corrección del idioma cuando se escribe ni tampoco cuando se habla?
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Pienso que vamos cayendo por la pendiente del facilismo que hace más importante la velocidad que el escribir o el hablar correctamente y si critico es porque aprendí a revisar lo escrito y que la norma aquella de que “el que habla se jode”, termina siendo cierta y hay que pensar antes de hacerlo.
Es importante aprender de los errores propios o ajenos.
Imagen: tambienmegusta.wordpress.com
Originalmente publicado en “CÓDIGO”