Escribir

Me propuse en estas entregas ser honesta con los lectores pero ante todo conmigo misma. Así se titula mi chat conmigo, en un principio era yo con yo, porque me recordaba un juego de manos de la primaria, "yo con yo, yo por arriba, yo por abajo". La infancia es siempre ese lugar inmemorial al que se puede volver, allí todavía no hay grandes responsabilidades, los juegos imperan y el mundo es algo desconocido.

Sí, parece que divago, que salto de un tema al otro como si estuviera jugando a la rayuela, pero así escribo. Escribir es una actividad random para mí, siempre lo fue. Soy desordenada en dos aspectos de mi vida, en mi ropero y en la escritura. Ideas tengo, se me aparecen en cualquier momento y sino las anoto in situ, las pierdo para siempre, o quizás vuelven en algún momento pero actualizadas y modificadas. Nunca sabré si mejores o peores. De todas maneras, reconozco temas que se repiten, que evidentemente me obsesionan (ejemplo: los desperdicios, algún día les contare más sobre esta cuestión).

Lo que escribo son esbozos, a veces inicios, a veces desenlaces pero nunca finales. El cierre me cuesta, es por eso que todo queda abierto. Soy una fanática de las listas, es mi forma de pensar y ordenar y esto repercute en mi escritura: son apuntes, listas, ideas sueltas. Hago mucho collage, cada tanto levanto todas las frases sueltas que fui dejando por la agenda y en mis cuadernos, los paso a google drive con la excusa de encontrar el famoso hilo conductor, a veces pienso que ese hilo es la voz narrativa, o sea yo, desordenada, hilarante y sin final.

Les comparto algunos modelos de corte y confección literaria:

1)

Los arándanos siempre me saben a tierra, no importa cuanto los lave. Me recuerdan a Rebeca, el personaje que comía tierra de Cien años de soledad.

El próximo viernes voy a hablar de papá en terapia. Llegó el momento, nunca fui tan consciente en mi espacio de análisis.

quiero tatuarme la pequeña luna en honor a esta año especial, temo olvidarlo entre todos los años que pueden implicar una vida

hoy voy a escribir todo sin mayúscula, me lo voy a permitir

No superó la idea de que la fruta y el arroz son veneno.

No sé qué hacer primero, si escribir la línea de la mañana o mis estiramientos para la lumbalgia.

me arrepiento de haber tirado los diarios íntimos y cuadernos de mamá, no entiendo como no pensamos en el valor que podía llegar a tener algún día

“Soy lo otro. Pero, ¿qué?”, frase de Victoria Ocampo y se supone que con eso tengo que escribir un relato.

Decidí que voy a ir a sacarme sangre en pijama, voy a esperar sentada los 20 min de la prolactina y voy a regresar a la cama.

Cuando llegó a Giles me cuesta apropiarme del espacio, necesito limpiarlo para sentirlo propio.

2)

Yo escribía para ser yo. Yo escribía para no estar sola. Yo escribía para no perderme. Yo escribía porque no podía hablar. Yo escribía porque no podía preguntar. 

3)

Retrato de la abuela Susana

No se puede jugar ni en el garaje ni en el living

No dejen nada fuera de lugar: se lava, se seca, se guarda

No vamos a estar de brazos cruzados estas vacaciones, les voy a enseñar a tejer su propia bufanda

No caminen sin patines, acabo de encerar

No vamos a ordenar escuchando Luis Miguel, hoy toca Julio Iglesias

No les puedo revelar el secreto para que no se escape el queso de la milanesa rellena

No se dibujar pero soy muy buena calcando

No te muevas así la trenza queda bien tirante

No toquen los adornos, no son juguetes

No puede ser en seco, hay que mojar el peine

No se preocupen los reyes ya me encargaron unos camisones para ustedes

No revisen la comida, en la panza se mezcla todo

No te muevas que estas llena de alfileres

No griten en la hora de siesta, me levanto y les hago panqueques con dulce de leche

No se peleen, la abuela las quiere a todas por igual