Estás equivocado si crees que el mejor empleado es el que debe ser líder
En el mundo laboral, existe una creencia común pero errónea: asumir que los empleados más destacados deben convertirse automáticamente en líderes. Promover a los mejores empleados a roles de liderazgo sin considerar sus intereses, habilidades o motivaciones no solo puede ser contraproducente para ellos, sino también para el equipo y la organización.
No todos los buenos empleados quieren ser líderes, y eso está bien. El liderazgo no es el único camino hacia el éxito profesional, y reconocer esto es clave para construir equipos sólidos, motivados y eficientes.
Cuando estés armando tu equipo de líderes ten presente:
1. Es un error asumir que el desempeño predice liderazgo
El hecho de que un empleado sea excelente en su rol no significa que tenga las habilidades o el deseo de liderar. Ser un gran técnico, analista o creativo requiere competencias distintas a las de liderar personas. Mientras que un empleado destacado puede brillar ejecutando tareas específicas, el liderazgo implica gestionar, inspirar y resolver conflictos, habilidades que no todos desean o desarrollan naturalmente.
Promover a alguien sin evaluar si tiene las capacidades de liderazgo puede generar frustración, bajo rendimiento e incluso desmotivación. La persona podría sentir que está siendo "sacada de su zona de éxito" para asumir responsabilidades que no le interesan o en las que no se siente capaz.
2. El impacto de un liderazgo forzado
Cuando un empleado es promovido a un rol de liderazgo sin estar preparado o interesado, no solo afecta su desempeño, sino también la dinámica del equipo. Un líder desmotivado o incapaz puede:
En lugar de esto, es mejor fomentar un entorno en el que cada miembro del equipo pueda crecer y desarrollarse en función de sus fortalezas e intereses.
3. No todos quieren ser líderes, y eso está bien
Es importante reconocer que los roles técnicos, estratégicos o especializados tienen tanto valor como los de liderazgo. Un empleado que sobresale en su área y desea seguir creciendo en ella puede generar un impacto significativo sin necesidad de liderar personas.
¿Cómo puedes identificar quién está listo o interesado en liderar?
Un gran equipo necesita tanto líderes inspiradores como ejecutores brillantes. No todos tienen que seguir el mismo camino para contribuir al éxito colectivo.