Esta es la razón por la que muchas personas no inician un negocio propio

Cuando niños pedíamos permiso para hacer cualquier actividad. Abríamos nuestros ojos lo más que podíamos para intentar tocar el corazón de nuestros padres con nuestro exceso de ternura.

Vivíamos a la expectativa de un “Si” o un “No”.

Cuando aprobaban nuestra petición sonreíamos, saltábamos y abrazábamos a nuestros aprobadores. Pero cuando no, llorábamos, gritábamos y hasta llegamos a decir la frase “Te odio y espero verte morir.”

¿O fui solo yo quién le dijo eso a sus padres por no comprarme mi super nintendo?

Todo esto era normal porque eramos NIÑOS. Era nuestro DEBER pedir permiso y nuestro derecho molestarnos cuando no lo recibíamos.

Ahora, esto quizás te caiga como una sorpresa, pero ya no somos niños indefensos que no saben cuidarse a si mismos. Mientras asumamos responsabilidad por nuestros actos podemos intentar todo lo que queramos.

Esto es lo que muchas personas no entienden del emprendimiento, que como adultos funcionales es nuestro DERECHO no depender del “Si” o “No” de alguien más. Que si queremos hacer algo es nuestro DEBER intentarlo.

Si, iniciar un negocio o como yo lo llamo “Saltar del barco” es un movimiento arriesgado en muchos casos. Requerirá mas esfuerzo, determinación y sacrificio del que te imaginas. Tus amigos te traicionarán, tus empleados te robarán y pasarás gran parte de tu tiempo haciéndote la siguiente pregunta ¿Tomé la decisión correcta?

Muchas veces pasarán años para saber la respuesta.

Pero todo esto es solo una posibilidad, lo que si es cierto, un hecho, es que si te arriesgas a emprender quizás fracases, pero si no lo haces por que tu jefe, padres o amigos no están de acuerdo, eres un fracasado.

Disculpa mi francés, pero ¿De que otra forma llamarías a un adulto que espera la aprobación de otros para tomar decisiones en SU vida?

Emprender es un proceso, desgastante, casi siempre estresante. Es como nadar en el océano. Pero la verdad es que prefiero hacer eso que permitirle a otra persona ser el capitán de mi vida.

Puedes fracasar. Pero también puedes volverlo a intentar una y otra vez hasta que lo que quieras, suceda.

Necesitamos asesoría, no aprobación.

No cometas el error de confundir las dos.

Juan J. Churión

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