Estaciones espaciales: Oportunidades infinitas para la ciencia y la exploración espacial.

¿Alguna vez te has preguntado qué son y cuántas estaciones espaciales se encuentran en órbita en este preciso momento? 

El espacio es un territorio inmenso y misterioso, que alberga una cantidad sorprendente de estructuras que sirven como “hogar”, las estaciones espaciales han sido puntos clave para la exploración científica, y el estudio del espacio, como por ejemplo los efectos del vuelo espacial y el avance de la humanidad en el cosmos, así como para desarrollar tecnologías avanzadas para futuras misiones espaciales,o incluso las posibilidades de vida extraterrestre. A lo largo de las décadas hemos presenciado el progreso y la evolución de estas maravillas tecnológicas, desde las primeras misiones pioneras hasta las estaciones espaciales de hoy en día 

Ahora bien, las estaciones se podrían llegar a confundir con una nave espacial, pero existen diferencias entre ellas, como por ejemplo su tamaño, las estaciones más grandes son enviadas al espacio en módulos y ahí se ensamblan, también se diferencian en la propulsión y los medios de aterrizaje, así como el tiempo o la periodicidad, las naves únicamente viajan por un tiempo determinado, mientras que las estaciones pueden estar hasta por un periodo de 10 años. 

Las estaciones espaciales, se han vuelto de tal importancia, que incluso muchos científicos han propuesto diseños que desempeñarían funciones de pequeñas “ciudades espaciales” (hasta ahora únicamente son hipotéticas para en caso futuro que el hombre tuviera que migrar al espacio) en las cuales dentro se podrían encontrar laboratorios, habitaciones, energía, sistemas ambientales que pueden soportar la habitabilidad del ser humano e incluso bodegas para alimentos e instrumentos de trabajo.  

A lo largo del tiempo se han lanzado múltiples estaciones espaciales al espacio, muchas de estas llegaron sin ningún problema, mientras que muchas otras no tuvieron éxito, algunas de ellas son el Skylab, Cosmos 557, Salyut 1-7, entre otras. 

La estación espacial MIR, que fue la estación espacial rusa en funcionamiento desde 1986 hasta 2001, tuvo un papel crucial en el desarrollo de la tecnología y la experiencia necesaria para la construcción y operación de la Estación Espacial Internacional (EEI), sin embargo debido al deterioro y por problemas financieros, la estación MIR fue retirada de servicio y se desintegró al entrar en la atmósfera terrestre en Marzo de 2001. Aunque ya no está en funcionamiento, su legado sigue siendo de gran importancia en la historia de la exploración espacial. 

Actualmente únicamente hay dos estaciones en el espacio, que son la Estación espacial internacional (ISS) y la China, también conocida como Tiangong Space Station. 

La primera de ellas, la estación espacial internacional, es un prodigio de la ingeniería espacial y una colaboración sin precedentes entre varias agencias espaciales. Su construcción inició en 1998 y ha sido habitada de manera continúa desde el año 2000. La ISS, es el resultado de la cooperación entre la NASA, Roscosmos, la agencia espacial europea (ESA), la agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA) 

Tiene una estructura enorme, que orbita alrededor de la Tierra a una altitud de aproximadamente 400 kilometros, con una masa de más de 400 toneladas, y cuenta con un espacio habitable que equivale a un avión de gran tamaño, también consta de varios módulos, que incluyen laboratorios científicos, alojamientos para los astronautas y sistemas de soporte vial.  

Desde que se creó, ha sido una plataforma esencial para la investigación en microgravedad. Ha permitido a los científicos llevar a cabo una amplia gama de experimentos en áreas como la biología, la física, la medicina, astronomía, etc. Igualmente la estación, ha servido como un banco de pruebas para futuras misiones, como la preparación de los astronautas para explorar cuerpos celestes más allá de lo conocido. 

Por otra parte, está la Estación Espacial China (CSS), también conocida como Tiangong, que su significado se traduce como “Palacio celestial” como sabemos los Chinos y los asiáticos en general, siempre han sido expertos en cuánto a la tecnología, por lo que el país desarrolló su propia estación, este proyecto con un módulo de 17,9 metros de longitud, y 22,000 kg. empezó a ponerse en marcha desde 1992 cuando se proyectó por primera vez, y tiene la capacidad de albergar 3 astronautas durante seis meses. La estación se completó a finales del 2022, tras 8 años de pruebas con módulos temporales, y al haber pasado por distintas fases de pruebas y ensamblados de cada módulo, el primero de ellos fue puesto en órbita a partir de Abril de 2021, su nombre es “Tianhe” que significa “Armonia de los cielos”, posteriormente en Julio del año pasado llegó el laboratorio llamado “Wentian” que se traduce como “En búsqueda del paraíso” y por último en Octubre 31, llegó el módulo de experimentos, o sea “Soñando con el paraíso)”. Se espera que a finales del 2023 se incorpore a la estación el telescopio llamado “Xuntian”.  

Una de las incógnitas que hay en torno a este proyecto, es en dónde caerán los restos del cohete que llevó a órbita el último módulo, aunque cabe recordar que los anteriores cohetes cayeron sin tener ninguna consecuencia afortunadamente, pero al igual, generaron cierta incertidumbre. 

Cada una de las dos estaciones, tiene sus ventajas, pero una de las principales diferencias que podemos encontrar entre ambas, es que la estación China, va a incluir entre sus módulos, el telescopio espacial Xuntian, un telescopio con un espejo de 2 metros de diámetro y un campo de visión unas 300 veces más que el telescopio de Hubble. Otra de sus diferencias es que la estación China, tendrá apenas una quinta parte del tamaño de la EEI, aunque menciona el jefe del programa, que no pretenden competir en términos de escala y se pretende que funcione durante 10 o incluso hasta 15 años aproximadamente. 

La primera misión tripulada de la estación de Tiangong se llevó a cabo el pasado 30 de Mayo, con tres astronautas a bordo y serán los responsables de los ensayos que se harán en el espacio. 

Será cuestión de tiempo el ver los resultados que se obtendrán de este ambicioso proyecto de China, y los descubrimientos que tendremos próximamente, que seguramente seguirán desempeñando un papel crucial en nuestro viaje hacia las estrellas. Hasta ahora, funcionarios Chinos afirman que ha logrado regenerar el 100% del oxigeno en órbita y reducen la dependencia de los suministros desde la tierra en seis toneladas cada año, esperemos sigan este tipo de beneficios también para nuestro planeta en un futuro no muy lejano, desde la construcción de las estaciones espaciales autosuficientes, hasta la utilización de tecnologías revolucionarias para una presencia del ser humano sostenible en el espacio, y abriendo las puertas hacia una “colonización interplanetaria” 

Por otro lado, es importante cuestionarse, ¿qué sucedería si todos los países del mundo trabajaran de manera coordinada? El trabajo en conjunto de países, tendría un impacto positivo, ya que existiría un impulso al avance científico, que permitiría compartir conocimientos, recursos y tecnologías entre países de una manera más efectiva, acelerando el ritmo de los descubrimientos y por consiguiente abordando los desafíos científicos más complejos y así obtener una comprensión más profunda del universo que nos rodea, o una exploración más ambiciosa abriendo las puertas también a misiones espaciales mucho más costosas, que tal vez ningún país podría llevar a cabo por sí solo. 

Otro punto de la cooperación global, es que se tendrían beneficios prácticos para la humanidad, en el desarrollo de tecnologías sostenibles, y con la monitorización del clima en tiempo real desde el espacio, que permitiría una mejor comprensión de los patrones climáticos globales, ayudando en la predicción de fenómenos meteorológicos extremos, facilitando la toma de decisiones en la gestión de desastres naturales. 

En última instancia, las estaciones nos recuerdan que somos seres curiosos por naturaleza y con sed de conocimiento, son testigo de nuestro deseo de explorar lo desconocido, y de desafiar los límites de lo posible y de expandir los horizontes de la humanidad. A medida que continúan su camino a la órbita terrestre, nos inspiran a seguir pensando en grande y a atrevernos a más.