Este es el principio.

Este es el principio.

Para la mayoría de la sociedad, los grandes cambios tecnológicos son los que tienen el impacto que queda en la memoria. La llegada de Internet, las redes sociales, el contenido, la llegada del smartphone, internet de las cosas, el relanzamiento del coche eléctrico, la conducción autónoma, la IA...

Pero el verdadero impacto, las cosas que cambian el mundo y acaban afectando a todos los seres humanos suelen ser pequeñas o pasan inadvertidas.

Según la historia oficial el algoritmo de búsqueda de Google fue creado en al año 2000 (que no el buscador que conocemos), y de repente, Internet cambió y pasó a ser dominada por un embudo que posicionaba a las webs que la gente buscaba según parámetros decididos por alguien que basaba su modelo de negocio en la publicidad.

Este camino cambió todo hasta hoy, donde las redes sociales, los asistentes de voz, las apps y hasta los videojuegos basan sus modelos de negocio en algoritmos predictivos de comportamiento para vendernos cosas, afinando hasta un punto que espanta. Pues bien, ahora estamos a las puertas de otro cambio con un impacto potencial aún mayor y una honda expansiva sin precedentes. 

Comienza como todos estos cambios. Despacio y haciendo poco ruido. Mientras la inmensa mayoría (de auto-proclamados expertos) está hablando de las maravillas de la IA, los que realmente llevan la batuta (las big tech como Meta) han comenzado a introducir novedades al respecto.

Sus IAs ya llevan tiempo (de forma no oficial hasta que se ha hecho oficial) aprendiendo de todo nuestro contenido, tomando el relevo de los algoritmos que hasta ahora sólo predecían para directamente poder crear contenido. Instagram ha lanzado recientemente la etiqueta "Made with AI" para el contenido que supuestamente hace la IA o hace la gente con ayuda de la IA.

 Hoy, en 2024, esto nos parece exótico, curioso y hasta inspirador, pero como ya pasó con Google, dentro de 25 años será el pan de cada día. La inmensa mayoría de lo que veremos estará hecho con IA, será imposible de diferenciar de lo real.

El mundo de la creación de contenidos estará totalmente dominado por la IA y sus servicios asociados, matando al intermediario y poniendo al usuario directamente car a cara con la IA.

Entonces lo raro, lo exótico, serán los servicios, contenidos y productos hechos por humanos, que serán más caros pero mucho más apreciados y sólo pagados por aquellos bolsillos que se lo puedan permitir. 

La etiqueta "Made by humans" surgirá, tarde o temprano, demandando un approach humanista de la tecnología y una vuelta a lo auténtico. Esto afectará a todo, desde la comida hasta los coches, atención al cliente, películas, ropa... hasta ya hay start-ups entrenando IAs con la documentación y experiencia de los mejores médicos de la historia para nuevas apps de telemedicina. 

El efecto mariposa del "Made with AI" sólo acaba de empezar.

¿Ciencia ficción? Para nada, de hecho ya ha empezado.

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