Veamos cómo combinar los ingredientes para lograr el plato perfecto.
No existe un método universal, pero existen estrategias estándar.
El tipo de activos que poseas en tu cartera debe tener en cuenta tus circunstancias personales.
Puedes asignar activos según la tolerancia al riesgo. Llenas un cuestionario para comprobar si eres un inversionista conservador o agresivo. Sirve si tiene en cuenta tus necesidades personales.
Por ejemplo, diligencia este cuestionario.
La pregunta es: ¿Qué clase de activos te van a ayudar mejor a moverte de dónde estás ahora a dónde tienes que estar?
Tu cartera debe basarse en tus necesidades concretas.
Debes tener claro: dónde estás hoy (el presente), cuánto estás dispuesto a ahorrar y en qué condiciones, cuánto dinero vas a necesitar, y cuándo lo vas a necesitar (la meta).
Es prudente contratar a alguien para evitar equivocarse a menos que seas muy hábil en el tema.
Son tus necesidades las que determinan tu asignación de activos, no tu edad.
Es importante que sientas paz con la volatilidad a la que estarás expuesto. Si no es así, debes buscar una asignación más conservadora, pero con menor rentabilidad, es decir más tiempo.
Un asesor experto configurará tu cartera para que se ajuste a tu situación financiera particular.
Otro asunto importante es la creación de un plan de acción personalizado que minimice el impacto fiscal. Puedes perder dinero por la tasa impositiva sobre las ganancias de capital (pagar impuestos por vender tus acciones).
Antes de vender debes evaluar el impacto fiscal de la venta de esos activos.
Si quieres cambiar tu portafolio lo mejor es usar tus contribuciones mensuales adicionales para conformar tu nuevo portafolio.
Necesitas un asesor que sepa adaptar tu cartera a tus necesidades concretas. Un sistema estandarizado puede tener efectos desastrosos.
Reglas básicas a la hora de conformar (o reconformar tu portafolio):
- La asignación de activos es el principal factor del rendimiento. Lo que determina el rendimiento de tu inversión es la asignación de activos de tu cartera. El equilibrio entre acciones, bonos y otras alternativas es la decisión de inversión más importante que tomarás. Es clave diversificar entre múltiples clases de activos a lo largo del globo. Nunca apuestes en un solo país o una sola clase de activo.
- Utiliza fondos indexados como base de tu cartera. Esta es la estrategia para asignar activos denominada núcleo / satélite. El núcleo del portafolio son acciones de USA e internacionales. Usamos fondos indexados porque ofrecen diversificación a bajo costo y supera todos los fondos de gestión activa a largo plazo. Invertimos en distintas dimensiones económicas: de gran, mediana, pequeña y micro capitalización. La variedad nos protege del riesgo. Con fondos indexados aprovechamos la trayectoria alcista del mercado a largo plazo sin dejar que los gastos devoren nuestros ingresos.
- Dispón siempre de un colchón. Para evitar vender tus inversiones en el peor momento debes tener un colchón financiero. Ten una proporción adecuada de inversiones que producen ingresos como bonos, REIT, MLP y acciones que pagan dividendos. Diversifica en cada clase de activos, ten bonos del Estado, municipales y corporativos. Si las acciones caen, vendemos estos activos, principalmente bonos que son líquidos, y compramos los valores rebajados. Así el mercado bajista es un amigo.
- La regla del siete. Es invertir el equivalente a 7 años de ingresos en activos como bonos o MLP. Si no puedes ahorrar tantos años, comienza con 3 a 6 meses y vas subiendo la cantidad poco a poco hasta alcanzar los 7 años. Puedes ahorrar el 20 % de tu sueldo y todos los extras y los inviertes en acciones con interés compuesto.
- Explora. El núcleo son fondos indexados que igualan el rendimiento del mercado. Los satélites es explorar diferentes alternativas que ofrezcan posibilidades razonables de generar buenas rentabilidades. Por ejemplo, invertir en un fondo de capital privado o en la empresa de Warren Buffet, Berkshire Hathaway.
- Reequilibra. Es hacer que tu portafolio vuelva a su asignación inicial de activos de forma regular, por ejemplo, una vez al año. Aprovecha las oportunidades de compra cuando surgen y no esperes que acabe el año o el trimestre. Si inicias con 60 % acciones y 40 % bonos, cuando el mercado se desploma puede cambiar a 45 % acciones y 55 % bonos, en ese momento haces reequilibrio y buscas al 60 / 40 original. Los inversionistas que no tienen éxito son los que compran lo que está subiendo y venden lo que está bajando, con el reequilibrio logras que actúes de forma contraria a tus impulsos porque compras activos subvalorados que nadie quiere, cuando se recuperen serás recompensado.
Con estos consejos tu cartera estará diversificada para resistir cualquier tiempo difícil del mercado.
Con esto no temerás las correcciones del mercado ni los periodos bajistas. De hecho, serán oportunidades de compra para dar un salto a un nuevo nivel de riqueza. Una vez cada 3 años tendrás un regalo con los mercados bajistas.
