LOS INGREDIENTES DEL ÉXITO
La diversificación es la única comida gratis en la industria financiera. Los ingredientes son las acciones, bonos y otras alternativas.
La recompensa adicional que se obtiene a cambio de tomar un mayor riesgo se denomina “prima de riesgo”. A la hora de asignar activos, los expertos evalúan la prima de riesgo de cada uno de ellos. Cuanto mayor riesgo haya asociado a un activo, mayor será la tasa de rentabilidad exigida por el inversionista.
La diversificación te permite obtener un mayor rendimiento sin exponerte a un mayor riesgo. Porque los precios de los activos que son de distintas clases no se mueven de forma coordinada.
ACCIONES
Cuando compras una acción, te conviertes en dueño de parte de una empresa real.
El valor de tus acciones cambiará en función de la percepción que se tenga de su rendimiento.
Algunas acciones pagan dividendos, un reparto de beneficios pagados a los accionistas.
Al invertir en acciones pasas de ser consumidor a ser propietario.
Si eres propietario de una empresa tienes derecho a un porcentaje de sus futuras ganancias.
Toma nota de los siguientes datos:
Esto nos muestra que a corto plazo la bolsa es absolutamente imprevisible. A largo plazo no hay nada que refleje mejor el desarrollo económico que la bolsa de valores. Con el tiempo, la economía y la población crecen y los trabajadores se vuelven más productivos. Esta expansión económica consigue que las compañías sean más rentables, lo que provoca un aumento en el precio de las acciones.
Por lo tanto, vale la pena invertir a largo plazo en la bolsa de valores.
Las malas noticias son grandes amigas de los inversionistas. Nos permiten adquirir una parte del futuro de los Estados Unidos a un precio rebajado. A largo plazo, las noticias sobre el mercado volverán a ser buenas.
Largo plazo se refiere mínimo a 10 años. El mercado casi siempre crece durante un periodo de diez años. Pese a todo no hay garantías.
El reto consiste en mantenerse en el mercado el tiempo necesario para disfrutar de fuertes ganancias.
Lo peor es vender durante un ciclo bajista prolongado.
Empieza por no vivir por encima de tus posibilidades ni te endeudes demasiado.
Ten un colchón financiero para que si necesitas efectivo no tengas que vender tus acciones en pleno desplome del mercado. Una manera de mantener ese colchón es invirtiendo en bonos o en renta fija.
BONOS
Comprar un bono es prestar dinero al gobierno, a una empresa u otra entidad. Los bonos son préstamos.
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Si le prestas dinero al gobierno federal adquieres un bono del Tesoro. Si es a una ciudad se llama bono municipal. Si es a una empresa se llama bono corporativo. Si es a una compañía menos fiable es un bono de alto riesgo o bono basura.
Si prestas a USA no ganarás mucho ya que el riesgo de que incumplan sus deudas es muy bajo. Si le prestas a Venezuela con inflación disparada el riesgo es mayor, pero la tasa de interés es mucho más alta. Se trata de encontrar el equilibrio entre riesgo y recompensa.
Las empresas ofrecen mayor rentabilidad que los gobiernos porque tienen más riesgo de quebrar. Las empresas como Moody´s clasifican los riesgos crediticios.
El primer factor es el riesgo, el otro factor es la duración del préstamo.
El gobierno de USA paga el bono a 10 años en 1,8 % anual. Si lo aumentamos a 30 años la rentabilidad sube a 2,4 % anual.
A más largo plazo, mayor rentabilidad porque el riesgo es más elevado.
Los bonos son más seguros que las acciones porque el prestatario está obligado por ley a reembolsar el dinero.
Si mantienes el bono hasta el vencimiento recibes la cantidad prestada más los intereses, a menos que el emisor se declare en bancarrota.
Los bonos proporcionan un rendimiento anual positivo el 85 % de las veces.
Los bonos son para conseguir liquidez de una forma inmediata cuando el mercado se devalúa. En las crisis vendemos los bonos y compramos acciones en descuento.
Ten cuidado si los intereses están por el suelo porque no ganas nada a cambio del riesgo que asumes.
Si tienes el dinero en metálico lo pierdes por la inflación, al menos con los bonos consigues algún ingreso.
INVERSIONES ALTERNATIVAS
Cualquier inversión diferente a acciones, bonos o efectivo es alternativa.
Pueden ser cuadros de Picasso, vinos exclusivos, automóviles antiguos, joyas de valor o un rancho de más de 40 mil hectáreas.
Muchas inversiones alternativas son ilíquidas, es decir, difíciles de vender, carecen de ventajas fiscales y tienes costos elevados.
Tienen dos atractivos: son capaces de generar rendimientos superiores y pueden ser independientes de valores y bonos lo que reduce el riesgo y diversifica tu cartera.
Veamos algunas alternativas:
¿Cuál opción de inversión te parece más atractiva?