Estudiar para parado
Los restauradores en España, por si no tuvieran suficiente, sufren de intrusismo laboral por parte de señoras en pueblos perdidos.

Estudiar para parado

Navegaba hace un par de semanas tranquilamente por tik tok cuando me saltó un vídeo, bastante viral, de un debate que tuvo lugar en La Sexta. En el clip se veía cómo un hombre discutía con una chica a cerca del tema del futuro laboral. El señor decía que si quería asegurarse el trabajo escogiera una carrera con mejores salidas, mientras que la chica venir a decir que tenía derecho a trabajar de lo que había estudiado, recibiendo el apoyo de los demás contertulios. 


Es de esto precisamente de lo que vamos a hablar hoy, de si las personas tienen derecho a trabajar de lo que han estudiado o no. ¿Debe el estado garantizar una igualdad de oportunidades para todas las carreras? 


Es un debate que sinceramente me sorprendió, porque me parece evidente que hay una posición absolutamente equivocada. Empezaré señalando la prostitución que viene sufriendo el término derecho (como tantas otras) de un tiempo a esta parte. Se le llama derecho a cualquier cosa y se otorgan derechos con una facilidad sorprendente, la mayoría de las veces sin los deberes que deberían ir asociados, por cierto. Esta banalización del concepto de derecho, nos traerá problemas en un futuro, cuando no podamos distinguir los derechos de verdad con aquellas cosas que hemos hecho pasar como tales.


Mi punto es fácil: si alguien pretende convenceros de que trabajar de lo que has estudiado es un “derecho” os está engañando sin pudor alguno. El simple planteamiento es, si me lo permitís, ridículo. Ojo, que entiendo que la chica esta en una mala situación laboral y entiendo la frustración de haber estudiado una carrera (periodismo en su caso) para luego no tener oportunidades. Pero no me van a convencer, por muy injusta que le pueda parecer la situación, de que todos merecemos trabajar de lo que hemos estudiado.  


Me voy al caso más extremo, a la que es la carrera con menor tasa de inserción laboral según Business Insider: conservación y restauración. Va, no mientas, que seguro que pensabas que era filosofía, eh, que te he pillado. Te diré que la carrera de filosofía aparece la segunda, así que tampoco va muy lejos.


Para los que han realizado estos estudios el panorama es bastante desolador: sólo un 60,5% de los graduados acaba trabajando de lo que estudia y únicamente el 16,6% tiene sueldos a partir de los 1500€


Ahora bien: la persona que se mete a conservación y restauración sabe perfectamente dónde se está metiendo, y si no es culpa suya porque hay informes de empleabilidad a patadas. Sabes a lo que te arriesgas estudiando carreras de este tipo por la baja demanda que tienen. Y este es el kid de la cuestión, el queso de la hamburguesa, el diamante en el anillo: la demanda. 


Si no necesitamos restauradores pues no se van a contratar restauradores, la cuenta es bastante sencilla. Alguno dirá: “Pero, Gonzalo, mi pasión es devolver urinales del siglo III a sus condiciones orginales”  Bien, si están perfectas las pasiones de cada uno pero que si la sociedad (representada por los consumidores) no exige restauradores, pues tu futuro es mismo que el de un británico en San Fermín. 


Es crudo pero real. Y los malos aquí no son las empresas, quiero decir, las empresas, y por extensión el mercado laboral, responden a la demanda de la sociedad. Si nosotros, en tanto compradores, empezáramos a consumir productos/servicios de arqueología y bienes culturales, todos los arqueólogos, restauradores, etc tendrán trabajo asegurado.


Lo que no podemos podemos hacer, y puede suponer un gran problema, es crear una demanda artificial para que las personas como esta chica puedan sentirse realizadas. Por motivos evidentes esto no es lógico ni sostenible. 


¿Es una mierda? Lo es. ¿Hay que comérselo? Pues también. Decía este señor en el debate que si hubiera estudiado ingeniería no estaría en esta situación, ante lo que la aspirante a periodista hacía aspavientos y resoplaba junto con otros de los allí presentes, mostrando su rechazo a las sensatas palabras del hombre. Es el comentario fácil, lo sé, pero es que es cierto, y ya no me voy a ir a una ingeniería, hay mil opciones para sacarse uno las castañas del fuego que no sean “Es que me tienen que asegurar que voy a trabajar de lo que estudio” 


Esto me lleva a un punto que me gusta tratar, que es el de la responsabilidad individual. Algo que, por cierto, se encuentra en mínimos históricos. A las personas les cuesta mucho hacerse responsables de las decisiones que se toman, buscando siempre algún tipo de solución externa a ellos mismos.


Que la adaptación de los jóvenes a los cambios es nefasta es algo que ya hemos comentado alguna vez y que cualquier situación les supera, es evidente. De la misma manera que diré que el panorama no es sencillo ni halagüeño para ellos y esto también hay que entenderlo y ponerlo en valor.


Que los jóvenes de hoy en día no hemos vivido una postguerra ni una dictadura es cierto, pero que vivimos el mercado laboral más competitivo, las menores tasas de emancipación y el coste de vida más alto de la historia (entre otras cosas), también. 


Romperé una lanza en favor de la chica, y es que se nos ha vendido desde pequeños que si estudiamos acabaremos trabajando de lo que queremos. Esto es así. Entiendo las buenas intenciones detrás de esto, pero vivo convencido de que gran parte de la infelicidad que tienen muchos jóvenes (y que no saben gestionar) viene por este mismo motivo.


El problema es que la realidad es bastante tozuda y le importan poco las expectativas que nos hayan creado nuestros adultos. Hay dos opciones, o nos autocompadecemos o plantamos cara y nos sacamos las castañas del fuego. Desgraciadamente la primera opción es ampliamente preferida, al fin y al cabo es más fácil.


No existe, ni debería existir, algo como un derecho a trabajar de lo que te gusta (o sea, de lo que has estudiado) Debería existir un “estudia lo que quieras y adáptate a la realidad”, al final lo que necesita el mercado laboral es que aportes un valor a las empresas, si consigues hacerlo mediante un camino que te apasione, tanto mejor. 


Bueno me despido ya, no sin antes darle un pésame a los estudiantes de conservación y restauración, sólo deciros que a la vida hay que echarle ganas y que en el McDonalds siempre buscan gente.


Como siempre os digo, tenéis la caja de comentarios o el mensaje directo para expresar vuestras opiniones, quejas, críticas o compartir vuestras recetas favoritas al respecto de lo que hemos tratado. 


PD: he puesto de ejemplo conservación y restauración por poner la que menos salida laboral tiene, pero lo que he dicho es aplicable a cualquier carrera.

Alicia Gutiérrez Barajas

Formación InCompany en Mr.Marcel School | Freelance 👉 Brand Strategy & Designer | Art Direction | AI trainer: Midjourney & more

11 meses

Uuufff, estoy muy de acuerdo con que se “ha vendido” la mala idea de que estudiando conseguirías trabajar de lo que quisieras. Pero no es así. La cosa ademas ha empeorado en ciertos sectores donde si no tienes redes sociales activas que muestren a menudo lo que haces no tienes credibilidad ni autoridad. ((Esto es otro tema a parte… pero ¿Y si no quieres usar las redes sociales? Pues te jorobas y lo haces, es la nueva dictadura. Y es sólo un ejemplo de que no es que uno no pueda ir en contra de un sistema. Es que ni si quiera te puedes enfrentar a él, a no ser que tengas los millones de Elon Musk 🤣)). Bueno, me ha encantado tu artículo. Creo que habría que añadir la mala praxis (la engañifa) a la hora de vender formación con salidas dudosas. Que también veo mucho disfraz y hablo con conocimiento de causa. PD: creo que la frase “en el McDonalds siempre buscan gente” no ayuda al descontento de la gente... Por lo demás genial artículo 👍🏻

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