Expectativas

Expectativas

¿Cuántas veces a lo largo de nuestra vida laboral nos hemos creado expectativas que en mayor o menor medida no  han sido cumplidas?

La palabra expectativa viene del latín "expectationem", que significa "una espera." Si tienes grandes expectativas, es que piensas que algo bueno te va a pasar, pero si mantienes bajas tus expectativas, no correrás el riesgo de ser decepcionado.

Podríamos definir la expectativa como la posibilidad de que algo ocurra en un futuro. Ello nos hace mejorar y desarrollar competencias y habilidades y dar respuesta a nuestros planes de futuro, ilusiones, objetivos, y la construcción de nuestro verdadero Yo, además de aportarnos  la  fortaleza necesaria para seguir adelante persiguiendo nuestros sueños. No hay mayor frustración que el hecho de no tener iniciativas, no intentarlo, eso nos llevará al fracaso.

Las expectativas están relacionadas  directamente con la motivación que una persona tiene a la hora de medir la importancia que otorgamos a las recompensas por la realización de un determinado trabajo, la confianza en conseguir los resultados que deseamos y si la empresa responderá adecuadamente a ese valor que aportas con tu trabajo.  

Aunque existen varias teorías y estudios sobre Las Expectativas, una de las más aceptadas aunque no ausente de críticas  es la teoría de las expectativas, de Víctor H. Vroom, quien desarrolló una teoría de la motivación que desafía las teorías clásicas de Maslow y Herzberg que se apoyan en la premisa de que personas diferentes actúan de manera diferente según la situación en la que se encuentren.

La teoría de las expectativas afirma que la fuerza de una tendencia a actuar en determinada forma depende de la fuerza de la expectativa de que el acto esté se­guido por un resultado determinado y de lo atractivo de ese resultado para el in­dividuo. En términos más prácticos, la teoría de las expectativas dice que un em­pleado se motiva para ejercer un alto nivel de esfuerzo cuando cree que ese esfuerzo llevará a una buena evaluación de su desempeño; una buena evaluación dará lugar a recompensas organizacionales, como bonificaciones, incrementos de salario o un ascenso; y las recompensas satisfarán las metas personales del empleado. Por tanto, la teoría se enfoca en tres relaciones:

1.         Relación esfuerzo-desempeño: la probabilidad que percibe el individuo de que ejercer una cantidad determinada de esfuerzo llevará al desempeño.

2.         Relación desempeño-recompensa: el grado hasta el cual el individuo cree que desempeñarse a un nivel determinado lo conducirá al logro de un resulta­do deseado.

3.        Relación recompensas-metas personales: el grado hasta el cual las recompensas organizacionales satisfacen las metas o necesidades personales de un indi­viduo y lo atractivas que son esas posibles.

Este modelo nos puede servir de guía a la hora de saber si estamos o no en la organización adecuada, aunque todo dependerá del grado de expectativa que nos hayamos planteado como miembros de la organización.

Tener expectativas es esperar mucho de uno mismo y a la vez esperar lo mejor de los que te rodean para llenar de sentido nuestras vidas, consiguiendo ser mejor profesional y sobre todo mejor persona.

Como dijo Bruce Lee “No estoy en este mundo para vivir a la altura de tus expectativas y no estás en este mundo para vivir a la altura de las mías “.

                                                                                  



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