¡Fíjate por donde caminas!

¡Fíjate por donde caminas!

A veces, las cosas no salen como uno quiere, ¿qué dije, a veces?, ¡en realidad muchas veces!

Definitivamente, lo único que está dentro de nuestro control, es como reaccionamos a las cosas que nos suceden, más allá de esto, casi todo está fuera de nuestro control.

Podemos tomar decisiones y así tener influencia en los eventos que ocurren en nuestro alrededor, pero al final, y así como se muestra claramente en una de mis películas favoritas, “El efecto mariposa”, una sola acción, puede desencadenar múltiples consecuencias y dejarnos con la sensación de que la incertidumbre del futuro es, en definitiva, una de esas variables que está fuera de nuestro control.

La vida es una constante resolución de problemas, una frecuente toma de decisiones, nos la pasamos debatiéndonos entre la felicidad que genera alcanzar algunas metas, y la desilusión de no alcanzar otras.

Elegimos frecuentemente mirar solo hacia el objetivo, cuando el aprendizaje real está en el proceso, vivimos con la ilusión de que “mañana” será ese día cuando la vida por fin sea plena, cuando por fin podremos ser felices … y en realidad, ¡la vida es eso que te está pasando mientras lees esta entrada!

Me gusta mucho la imagen de la fábula del burrito y la zanahoria. El, con sus ojos fijos en el objetivo, camina y camina sin parar, sin tomarse un momento para percatarse de las majestuosas montañas que se extienden al final de la sabana, sin oler las hermosas flores de color violeta que expelen un olor delicioso a lavanda, y sin sentir bajo sus patas esos arroyitos de agua cristalina que hacen su caminata más placentera.

Esta imagen me recuerda algo que con cierta frecuencia nos repetimos; seré feliz el día que consiga ese trabajo, seré feliz el día que tenga esa suma de dinero, seré feliz cuando pueda irme a vivir fuera del país, seré feliz cuando encuentre el amor de mi vida, y así, sin darnos cuenta, perseguimos zanahorias que nos impulsan a movernos, pero rara vez nos preguntamos, ¿cuál es esa zanahoria que no nos deja ver el resto del paisaje?, ¿crees que puedes parar y apreciar ese paisaje que te rodea?

Creo que en muchas ocasiones miramos la vida con el lente equivocado. Pareciera que la felicidad fuera el premio que uno recibiría una vez alcanzada la meta, es fácil caer en la trampa y pasarse la vida persiguiendo objetivos, con la certeza de que ese día, cuando los alcances, todo cambiaría y los días serían tal cual como los habías soñado. ¿y, qué pasa si no logras esas cosas que te propones, qué pasa si no encuentras la felicidad cuando llegas a la meta?

Recuerda que la vida no es lineal, no existen rutas únicas y acertadas para explorar esta aventura de la existencia. A lo largo del camino, habrá tantas zanahorias que podrás parar, observar el paisaje, comerte una de ellas y hasta darte una siesta. La esencia de la felicidad está presente en todos los colores, ¡hasta en los grises y otros más oscuros!

Siempre habrá puertas por abrir, siempre podrás volver a empezar, siempre vivirás en un mundo de posibilidades, y como ya lo sabes, la felicidad siempre va a estar ahí, dentro de ti, lista para que la invites a salir, a ella le gusta tomarte de la mano, caminar en medio de fuertes vientos, bajo el sol y sobre todo, acompañarte en esos días de lluvia que mágicamente dibujan algunos arcoíris en el cielo.


Caro Monroy

The Skilled Migrants' Career Coach - On a mission to create a more Diverse and Inclusive workforce in Australia

2 años

Andrea Ramirez 🥕😝

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