Feedback: porque nos cuesta?

Feedback: porque nos cuesta?

Intelectualmente, la mayoría de nosotros queremos muchos comentarios constructivos. Pero a menudo también evitamos pedirlos y podemos angustiarnos emocionalmente. Ese es el corazón de esta paradoja. Queremos feedback pero lo vemos como una amenaza y tratamos de evitarlo.

¿Tenes una mentalidad de crecimiento y aprendizaje (Growth Mindset)? Si tu respuesta es afirmativa entonces te entusiasma la idea de crecer, de aprender, de hacer cosas nuevas. Sabemos que dos de las cosas más útiles para nuestro crecimiento son estar expuestos a ideas fuera de nuestras propias experiencias y aumentar nuestra autoconciencia. El feedback de otras personas son una gran fuente de ambos. Nos ayuda a exponernos a las ideas y experiencias de otros, y cuando nos vemos a través de los ojos de otras personas, ganamos conciencia de nosotros mismos.

Si queremos feedback, ¿por qué podemos sentirnos amenazados y molestos cuando realmente lo escuchamos? Porque la percepción mental de amenaza genera reacciones muy similares a una amenaza física real: la adrenalina de tu sistema nervioso fomenta una respuesta de lucha o huida. Nos ponemos a la defensiva. Buscamos formas de salir de la conversación. Sentimos incomodidad emocional y física. 

¿Cuáles son algunas de esas creencias universales que sentimos que nos amenazan o molestan y por ende no ayudan a pedir feedback? 

“El valor de una persona proviene exclusivamente de sus logros”

Cuando creemos que nuestro propio valor se basa en nuestros logros, creamos mentalmente una línea para dividir lo bueno de lo malo. Constantemente estamos tratando de mantenernos en el lado correcto, es decir de bueno para arriba! 

Entonces, si trabajas constantemente para mantenerte en el lado correcto de la línea, es fácil interpretar el feedback que pone en duda tus habilidades y logros, como una amenaza. En lugar de darle la bienvenida a los comentarios constructivos como una oportunidad para aprender nuevas ideas y aumentar tu auto conciencia, te preocupa que sea una señal de que en realidad estás por debajo de la línea "suficientemente bueno" que pensabas que estabas.

 “Las opiniones de los demás sobre mí son más precisas que las mías”

Cuando creemos que las opiniones de otras personas sobre nosotros importan más que las nuestras, a menudo buscamos la validación de otras personas, especialmente de aquellos que consideramos que están en posiciones de poder en relación con nosotros. Esto puede hacer que escuchemos sus comentarios constructivos como un juicio fatal en lugar de como una sola pieza de información para que la consideremos como parte de un panorama mucho más amplio.

 “Es importante que todos piensen bien de mí en todo momento”

Esto puede crear hábitos de pensamiento en los que cualquier opinión negativa percibida de otra persona (incluso un completo extraño o una persona hipotética que inventamos en nuestra mente) es una emergencia. Es solo la simple creencia de que si hay una sola persona en el planeta que no piensa cosas 100% asombrosas sobre nosotros el 100% del tiempo, entonces automáticamente "NO somos lo suficientemente buenos".

Entonces, ¿cómo hacemos para solucionar este dilema? Pedir feedback desde un lugar de suficiencia, porque dejas de pensar la retroalimentación constructiva como una amenaza potencial. Cuando pedís feedback desde ese lugar ya sabes como sos. Y sabes que hay mucho espacio para el crecimiento en tu carrera que estás buscando seguir explorando. No necesitas que la otra persona valide tu grandeza. No te preguntas si sos lo suficientemente bueno y buscas a la otra persona para que te ayude a decidir sí o no. Y no estás buscando confirmación de que piensen que sos 110% perfecto en todo momento.

En cambio, sentís curiosidad sobre lo que podes aprender sobre cómo los demás ven el mundo. Tenes curiosidad acerca de cómo la descripción que otra persona tiene de vos podría aumentar tu propia conciencia. Debemos tratar los comentarios constructivos de la misma manera que trataríamos un artículo que encontramos en Internet: una fuente de información interesante, pero algo que debe pasar por tus propios filtros antes de decidir qué hacer con él, si es que se hace algo.

Cuando asumís esa postura, te animas a pedir feedback regularmente, no porque estés buscando validación, sino porque cuanto más preguntas, más ideas interesantes aprendes.

Anahi Cordero

Abogada. Magister en Derecho Empresario, Especialista en Negociacion.Consultora de Empresa Familiar IADEF(r)

2 años

Muy bueno!!!

Susana Biset

Socia en Biset + Fernández Löbbe

2 años

Qué interesante!

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