Fichando a los mejores
Cuando la guerra por el talento está a la orden del día, la asertividad en el fichaje de los mejores, con las habilidades, motivación y actitudes necesarias, radica en la justa calibración entre conocimiento, experiencia y “buen ojo”.
No son tiempos de entender el reto como un proceso menor ni estándar.
En un entorno empresarial cada vez más competitivo, la búsqueda y selección de talento clave, principalmente para los primeros niveles organizacionales, se ha convertido en uno de los mayores desafíos para las organizaciones. La llamada “guerra por el talento” está más viva que nunca y la presión por atraer y conectar con los mejores se intensifica, especialmente en posiciones críticas donde la toma de decisiones estratégicas puede determinar el éxito o el fracaso de la empresa.
Aunque siempre ha existido esta necesidad de contar con los mejores, hoy estamos expuestos a una realidad de mercado en la que se habla de escasez de talento, en la que cerca de un 65 % de las empresas consultadas en la Encuesta Total Rewards 2024 han tenido dificultades para cubrir los puestos disponibles debido a la falta de candidatos calificados. Lo anterior no dista de la realidad mundial en donde informes globales señalan que un 75% de los empleadores han tenido esta misma dificultad.
Es importante mencionar que dicha realidad no es exclusiva de algún sector productivo. Según Total Rewards 2024, realmente hoy es una problemática generalizada, con mayor énfasis en sectores de alto nivel de especialización como salud (61%) tecnología (57%), hidrocarburos (48%) y logística (46%) entre otros.
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Este fenómeno claramente se ha vivido durante varios años, pero se ha intensificado con la globalización y el avance tecnológico, que han aumentado la demanda de habilidades específicas, no solo en el ámbito técnico que por supuesto es vital, sino también en el mundo de las habilidades blandas que sabemos que no son blandas en absoluto, porque son fundamentales para el éxito. Temas relacionados con destrezas comunicacionales (87%), capacidad de negociación (72%), empatía (65%), resolución de problemas (52%), resiliencia y adaptabilidad (47%), son algunas características que hoy son prioritarias en el mundo del trabajo y que no brillan en la mayoría de candidatos disponibles.
Todo lo anterior ha llevado a organizaciones a pensar en invertir cada vez más en sus procesos de selección, incluso a través de aliados estratégicos que potencien el ejercicio a través de la experiencia, el conocimiento de mercado y la posibilidad de aplicar modelos integrales de valoración y acompañamiento, que permitan identificar los perfiles necesarios, pero una vez vinculados, acompañar su desarrollo y crecimiento para acortar el aprendizaje y empezar a ser productivo en el corto plazo, siendo este un claro propósito en la inversión.
Esto tiene un claro impacto en la eficacia del sistema de liderazgo de una organización, determinando su rendimiento, sobre todo en entornos empresariales volátiles e inciertos. Resulta entonces determinante la identificación, valoración y desarrollo de sus líderes través de una metodología sólida y personalizable para identificar a aquellos que estén listos en el hoy y los que cuenten con capacidades futuras.
Así las cosas, el desafío radica en encontrar un equilibrio entre estos aspectos. La competencia por los mejores talentos es feroz, y las organizaciones deben desarrollar procesos de selección que equilibren el conocimiento técnico, la experiencia, la motivación y las habilidades blandas de los candidatos. La tecnología puede ser una gran aliada, pero la clave radica en la combinación de herramientas objetivas con el juicio experto de profesionales capacitados. Solo así las organizaciones podrán asegurar que están fichando a los líderes que necesitan para enfrentar los desafíos del futuro con éxito.