Fundamentos Estilo de Vida Bióetico
Iván Figueroa Otero MD
Primero no existen las enfermedades sin los enfermos. Por eso no se deben tratar las enfermedades y si a los enfermos.
Segundo, estas son el resultado de nuestra ignorancia en cómo cuidar y prevenir los desequilibrios que nos hacen responsables de crear los avisos o alarmas que el cuerpo produce y que llamamos síntomas y enfermedades.
Tercero, toda la memoria de cómo se causaron los desequilibrios es archivada en los registros o memoria del ADN de cada célula del cuerpo.
Cuarto, todo lo que entra a nuestro cuerpo por cualquiera de los 5 sentidos que no reconozca el organismo como beneficioso, este lo considera toxico y reacciona inmunológicamente para protegerse por medio del proceso inflamatorio.
Quinto, este proceso inflamatorio en sus primeras fases nos da alarmas, conocidas como síntomas, que pueden ser corregidos inicialmente sin mucha dificultad. Pero si las causas de estos no son corregidas el proceso inflamatorio progresa a etapas más avanzadas de toxicidad que llamamos enfermedades.
Sexto, parte del proceso inflamatorio toxico de nuestros antepasados (“que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación”), nos hace propensos a ciertas enfermedades más que a otras, dependiendo de la toxicidad de nuestros estilos de vida.
Séptimo, la mayoría de las terapias modernas de la medicina se enfoca en eliminar los síntomas (curar) pero no se enfoca en eliminar la causa (sanar) la enfermedad. Por eso las terapias que tratan los síntomas no resuelven permanentemente los síntomas que recurren nuevamente y permite progresar la toxicidad a enfermedades más graves.
Octavo, la peor toxicidad se debe al efecto mental de las emociones toxicas que son guardadas en la parte subconsciente de nuestras mentes de donde sutilmente nos auto infligimos nuestras peores enfermedades. Es en esta que la clave del perdón tiene los mejores resultados.
Noveno, el proceso de sanación más efectivo es la desintoxicación de toda la toxicidad física y mental acumulada y la reversión del proceso inicial que origino la intoxicación.
Decimo, este proceso anterior para ser efectivo debe llevarlo a cabo la persona que lo ocasiono y no puede sanarse por ninguna terapéutica terrenal o espiritual.
Undécimo, la Fe facilita el proceso al reconectar al hijo del hombre con el hijo de Dios, pero sin el esfuerzo de aprender la lección de amor escondida dentro del sufrimiento de la enfermedad, y aceptar la responsabilidad en su creacion no ocurrirá la sanación final.
Duodécimo, La anterior nos ayuda a eliminar el sentimiento que la culpa es de otros, y crear una sensación de víctimas inocentes de un destino injusto. Aun los desequilibrios heredados pueden ser corregidos por la nueva ciencia de la Epigenética (vean el glosario) que nos permite eliminar los efectos tóxicos de nuestro genoma.
Cuando el hijo del hombre recuerda su origen como hijo de Dios, el empieza ver toda experiencia de sufrimiento, como lecciones de amor, donde el entiende la siguiente frase como que le aplica a él, “Para los mejores estudiantes, Dios ofrece las pruebas más difíciles”, lo cual lo convierte en un aliado de la Luz y el Amor para ayudar a purificar la toxicidad (pecados) cometida por sus antepasados, cuando, “no sabían lo que hacían”.
Ejercicios Para Interiorizar El Mensaje
Primero empiecen con la Meditación de Un Baño De Amor Colorido
Sin perder un solo minuto debemos a eliminar todo estilo de vida toxico y convertirlo en uno Bioético, que elimina todo producto animal y procesado de nuestra alimentación, y toda actitud egoísta y exclusiva que no nos deje vivir en armonía con la ley de oro en nuestras vidas. Una de las dietas más bioética es la vegana y en mi opinión de esta, es el ayuno sustentado promovido por el Dr. Norman González Chacón, padre de la medicina natural en Puerto Rico la más apropiada.
Para empezar a sanar la toxicidad de la culpa creado por las emociones que viven encarcelados en nuestra subconsciencia, debemos liberarla con el ejercicio de la clave del perdón.