FUTURO E INNOVACIÓN

Haga un simple ejercicio, busque videos de películas antiguas en Youtube y artículos donde pensadores serios de comienzo del siglo XX se atrevían a dibujar un futuro esperado, basado lógicamente en una extrapolación de su propio presente, con sus necesidades y conocimientos. El resultado suele ser una caricatura muy graciosa, con trajes metálicos, autos voladores, autopistas en varios niveles entre los edificios, robots humanoide por todos lados.

Trasladémonos a los ochenta y veamos su visión de futuro, presentada con gran humor en la serie de películas Volver al Futuro.

Bueno, todavía no hay skates voladores, hologramas que se salen de las pantallas, ni por supuesto un auto que viaje por el tiempo.

¿Es ocioso e inútil intentar prever el futuro?

De ninguna manera…

 

Si queremos innovar, debemos estudiar las tendencias crecientes que modelarán el futuro y reflexionar cómo éstas cambiarán los productos y servicios que se requerirán en el mercado donde compite nuestra empresa.

Se innova siempre para el futuro, entonces necesitamos desarrollar nuestra propia visión del futuro esperado más probable. Para esto debemos elegir necesariamente un horizonte.

Hasta hace pocos años se podía pensar en innovar con una hipótesis de 10 años. Hoy 5 años ya puede ser mucho tiempo.

Sólo como un ejercicio que sirva de ejemplo, me aventuraré a mostrar un futuro probable, con la única certeza que haré el ridículo cuando éste llegue, sólo para que Ud. pueda pensar cómo éste afectaría su negocio:

Es el año 2023 en Chile y esta es la situación social, política, tecnológica, entre otros ámbitos:

Santiago a comenzado a disminuir su población, a pesar de un gran flujo de inmigrantes, no sólo de los países de Latinoamérica, sino también del mundo desarrollado.

El negocio inmobiliario ha cambiado, debido a que el valor de las viviendas ya no está al alcance de los profesionales y la clase media.

Los desarrollos inmobiliarios se construyen para ser arrendados, no vendidos.

Los nuevos matrimonios son escasos, las convivencias son pasajeras, pocos tienen hijos y muchos siguen viviendo con sus padres.

Comienzan a cerrar colegios y los que perduran presentan un porcentaje creciente de inmigrantes sobre la población local.

Las nuevas generaciones ya no compran autos, ahora pagan por uso y emplean las plataformas de la red para movilizarse, en forma casi gratuita. Para distancias cortas se emplean monopatines y patines eléctricos.

El trabajo a distancia y las compras vía Internet están recién comenzando a hacer bajar los viajes dentro de la ciudad y disminuyen a cero los proyectos de nuevos centros comerciales.

Ya se acerca a un 10% el parque automotriz impulsado por motores eléctricos. Las plantas de recarga ya se encuentran en todas las comunas de Santiago.

No se ha vuelto a tener ningún triunfo deportivo después de la Generación Dorada del Fútbol Chileno.

Los smartphones de alta gama han bajado sus precios a la mitad y la marca dominante es Samsung seguida muy de cerca por dos marcas chinas.

El precio del cobre está en torno a los US$4 la libra debido a un reimpulso de la demanda provocada por un ascenso sorprendente de India, Rusia y Brasil.

Se encuentra finalmente la cura definitiva del VIH, pero es de altísimo costo y sofisticación.

El feminismo militante y el nacimiento de movimientos radicalizados dentro de éste tiene en jaque a la Sociedad. Ya no sólo se exige igualdad, sino además se demanda compensación hacia el pasado. Chile inesperadamente es clasificado como país desarrollado, pese a que las desigualdades persisten e incluso crecen.

La sequía deja de llamarse así, ya que se asume que éste es el nuevo clima del país y se acepta como la nueva normalidad.

Comienza el auge de la alimentación personalizada según el patrimonio genético de cada persona. Todos saben su genoma y los riesgos de enfermedades y como prevenirlas.

La inteligencia artificial presenta un salto cuántico cuando ella misma comienza a rediseñarse y ahora está presente en todas nuestras actividades.

 

Bien, paremos aquí, para no comprometerme más de la cuenta.

Ahora, si esta visión no apocalíptica ni distópica se hace realidad, ¿En qué y cómo afectaría su negocio?

Veamos:

La construcción habitacional se ralentiza y cambia su modelo de negocios; fuerte impacto en uno de los motores de nuestra economía, que afectaría a todas las industrias proveedoras de productos y servicios.

Los colegios comienzan a competir seriamente para capturar nuevos alumnos.

La educación comienza a no ser negocio.

Los inmigrantes son atraídos con generosas ofertas.

Sube la inversión en transporte público y por primera vez, baja la venta de autos nuevos.

La telepresencia en el trabajo requiere de nueva legislación y de nuevas reglas laborales.

Comienzan a bajar los servicios automotrices por la simplificación de la tecnología de motorización y transmisión de los autos eléctricos.

Surgen nuevos tipos de servicios técnicos.

De fútbol ya nadie habla y decaen los servicios de cable que entregan partidos en vivo de Chile.

El nuevo aporte de la minería genera un auge económico y se activan viejos proyectos de inversión en nuevos yacimientos.

Bien, no sigo más.

Es fácil ver que algunos ganan, otros pierden, otros aparecen y también algunos negocios enfrentan su extinción.

Haga este ejercicio con sus colegas y colaboradores y trate de lograr una visión del futuro que le concierne a su negocio.

 

Este será el marco de referencia para guiar la innovación dentro de su empresa.

 

Pocos en el mundo tienen el poder de crear el futuro. La mayoría de las empresas se encontrarán con ese futuro y deberán adaptarse a tiempo.

Este ejercicio les revelará también nuevas oportunidades que deben apresurarse en tomar, antes que la competencia directa y los sustitutos de sus productos y servicios lo haga.

Si no sabe cómo hacerlo, contáctese con nosotros en Terrainnova.

José Rojas U.

Terrainnova

Marzo de 2019.