GARANTÍA DE LEGITIMIDAD, SEGURIDAD Y EFICACIA BRINDADA POR LA TRAZABILIDAD DE MEDICAMENTOS
El mundo "farma" no escapa al mundo VUCA o BANI, en donde el cambio constante y hasta a veces incierto, sumado a la vorágine diaria, hace que la toma de decisiones ante los cambios sea clave para adaptase a los requerimientos con la responsabilidad social que eso conlleva.
Cuando nuevos procesos irrumpen el fluir habitual de la cadena de suministros, y el objetivo es sostener el SLA (nivel de servicio) pautado con el cliente, el rediseño, la adaptabilidad y la incorporación de tecnologías son una buena estrategia.
La trazabilidad de medicamentos, cuya normativa está vigente hace más de una década, a través de la incorporación de un código univoco incluido en un soporte tipo datamatrix, RFID o código GS128 ha venido en su momento a dar legitimidad a cada unidad comercializada que estuviera alcanzada por la normativa que exigía que este código identificará cada unidad comercial y solo a esa.
Con estas medidas se lograrían resolver algunos temas de desvíos en la comercialización o falsificación de especialidades medicinales, sobre todo, las de alto costo que han sido blanco en su momento de malas prácticas y delitos, no solo ocasionando daños económicos sino además provocando un impacto negativo en el sistema de salud, ya que iban desde proporcionar dosis sub terapéuticas con las consecuencias directas que eso significaba hasta tratamientos placebos que han generado graves problemas a las personas y al sistema de salud. Hasta aquí, su manipulación en la cadena de suministro era acotada a un nicho y este costo adicional parecía que soportaba todo.
Esta decisión irrumpió en todos los eslabones de la cadena de comercialización de medicamentos, desde el laboratorio elaborador hasta la farmacia o institución Hospitalaria como efector final. Todos estos actores debían informar a la autoridad sanitaria en tiempo real vía web services, los movimientos logísticos de cada unidad única de medicamento. Entiéndase movimientos logísticos a compras, venta, devolución, rotura o avería, entre otros.
Con el tiempo, al ir incorporándose especialidades medicinales de enfermedades crónicas o comunes y de venta bajo prescripción simple en oficinas de farmacias, el volumen se vio significativamente aumentado. Ya no se trataba de trazar algunas unidades cada tanto, sino miles de ellas, los 365 días del año con todo lo que eso significa en términos de costos y operacionales.
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El mundo "farma" no escapa al mundo VUCA o BANI en donde el cambio constante y hasta a veces incierto, sumado a la vorágine diaria de esta industria, hace que tengamos que estar tomando decisiones y realizando cambios constantemente para adaptarnos a los requerimientos y buscar así la forma más eficiente posible de operar, de manera que un "cambio" puntual no retrase o enlentezca la cadena de abastecimiento de especialidades medicinales, dada la responsabilidad social que eso conlleva.
Básicamente, la trazabilidad de medicamentos reúne más procesos operativos a lo largo de toda la cadena. Es aquí el principal punto. Lo más complejo era tratar de evitar el error de información al momento de la carga manual de datos, ya que desde entonces un producto trazado no sólo era identificado a través de su código de barras, sino que además poseía un número igual en cantidad de dígitos (GTIN) y 2 números adicionales que identificaban al dador de la unidad (GLN D) y al receptor de la misma (GLN R).