¿Gaza o el salvavidas de Netanyahu?
Por: Tomás Chitty
"Una vez que los cohetes están en el aire, ¿a quién le importa dónde caigan?" Tom Hehrer
A finales del año pasado, Benjamín Netanyahu, primer ministro del estado de Israel, no atravesaba por su mejor momento político. Una controvertida reforma al poder judicial comenzó a generar un fuerte rechazo en la población y parecía que unas elecciones anticipadas podían estar a la vuelta de la esquina. No obstante, todo eso cambio el siete de octubre de 2023.
El grupo fundamentalista islámico Hamas, quien controlaba de facto la franja de Gaza, lanzó un ataque en el sur de Israel que causó la muerte de mas de un millar de ciudadanos mientras que aproximadamente doscientos fueron tomados como rehenes. La repuesta militar a ese ataque no ha concluido hasta el día de hoy y se ha convertido en otro sangriento capitulo en la historia bélica de oriente medio.
En un primer momento, Netanyahu logró conformar un gabinete de guerra integrado por distintas expresiones del espectro político judío. De igual manera, los asuntos domésticos del país pasaron a un segundo plano pues el esfuerzo militar requería de todo el consenso posible. Con el paso de los meses, la superioridad militar israelí comenzó a causar devastadores estragos en la franja y las estrategias sobre cómo abordar la cuestión humanitaria dieron inicio a debates a lo interno de la sociedad hebrea.
En el mundo diplomático comenzaron los llamados de atención a Netanyahu. El número de civiles palestinos fallecidos a causa de las intensas campañas de bombardeos generó fuertes dudas sobre si realmente existían límites en los objetivos trazados para “destruir” a Hamas. El numero de desplazados y refugiados se tornó insostenible para la comunidad internacional y diversos actores en la región comenzaron a ejercer su influencia con el histórico aliado de Israel, Los Estados Unidos de Norteamérica.
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La administración Biden progresivamente fue moderando su apoyo a Israel mientras aseguraba a sus socios comerciales del mundo árabe que trabajarían por un alto al fuego duradero.
Nuevamente Netanyahu se encontró en aprietos. El costo de la guerra también se hizo notar para los israelitas, quienes reclamaban al gobierno la poca efectividad en articular una estrategia que permitiera el retorno de los rehenes en manos de Hamas. En ese contexto, ocurrió el ataque de Irán a Israel y volvió a tomar cuerpo el llamado a la unidad de los judíos, por supuesto, bajo el liderazgo del actual primer ministro.
El respetado general Benny Gantz, adversario político de Netanyahu, quien originalmente accedió a acompañar al gobierno en consideración a las apremiantes circunstancias terminó por renunciar a su posición, advirtiendo que el ejecutivo israelí no tenía rumbo.
A fecha de realización de este artículo, el gabinete de guerra fue cerrado y ahora las decisiones se toman en un entorno mas cercano al primer ministro. Los preparativos para el posible inicio de un nuevo frente en el norte de Israel contra Hezbolá han comenzado y. los ultraortodoxos están siendo llamados a reclutamiento, a pesar de que históricamente habían estado exentos de prestar servicio militar.
En la actual coalición que lidera Netanyahu, el apoyo de los partidos ultraortodoxos es clave para el sostenimiento del gobierno. Ante esta nueva situación crítica no queda descartada la posibilidad de una “huida hacia adelante” por parte de una figura que ha profundizado el aislamiento diplomático de Israel y que actualmente tiene en su contra una orden de arresto por parte de la Corte Penal Internacional.