Grandes aprendizajes de “pequeñas” enseñanzas

Grandes aprendizajes de “pequeñas” enseñanzas

Son las 16.40h y comienza el bullicio por la calle frente a casa. Vivimos junto a un colegio, un colegio muy grande al que, además, van mis hijos. El jaleo del exterior nos advierte de que es hora de “bajar a por estos”. Se fueron a las 9h de la mañana (aprovechan hasta el último minuto porque saben que vivimos a 5 minutos de sus clases). Misma rutina que, por suerte, se repite desde hace un mes (sólo interrumpida por un PCR en la primera semana).

Una rutina que a las 16.40h nos hace hacer un parón de 15 minutos para bajar al cole y recogerlos. El cole ha habilitado 12 puertas para que los padres no nos acumulemos en la entrada. Hace una tarde calurosa y bastante agradable. Llego a la cola de la clase de Mario (el pequeño), desde lejos, su profe me saluda con la mano en alto y le anima a que corra “con mamá”. Acto seguido, echa a correr con una sonrisa que nos alegra el día a los dos. Ahora a por el mayor.

La escena cambia porque en Primaria todos llevan mascarilla. Disciplinados, en fila de uno, con mascarilla y atentos a los profes que les llaman por su nombre desde la puerta para que salgan uno a uno según llegamos los padres. Alguno se despista y otros de la fila repiten su nombre para que salga. “Hasta mañana…” Y así, cada día. En 15 minutos hemos vuelto a casa. Nueva rutina: manos, zapatillas a la terraza, cambio de ropa y a merendar.

Parece una escena más de la vida cotidiana de cualquier familia en estos días raros que vivimos y, seguramente lo será. Pero detrás de esta “nueva cotidianidad” se esconden grandes aprendizajes. Si tenéis niños y vais a llevarlos o recogerlos (en mi caso es por la tarde) sabréis de qué hablo. A mí me emociona ver las sonrisas en sus ojos, cómo han asumido las restricciones, como respetan las normas, cómo llevan con resignación la nostalgia del fútbol del patio, a los amigos de otras “burbujas” o el “agobio” de hacer educación física con mascarilla. Pasan ocho horas en el cole y salen con sus gritos, jolgorios y carreras pintando de colores la vida gris de la pandemia.

A mí se me pone un nudo en el estómago cuando los veo en esta realidad y pienso muchas veces en las "taras" emocionales que este covid nos va a dejar. Nos iría bastante mejor si aprendiéramos de cómo las niñas y niños (y sus profes) están asumiendo esta realidad afrontando sus miedos, adaptando su vida en el cole y encima siendo felices. Son pequeños, sí, pero os aseguro que nos están dando grandes lecciones.  

Gracias Gema !! Que buena reflexión, menudo ejemplo nos están dando nuestros hijos. También insistir en el agradecimiento a los profesores, su vocación y cariño. Muchas Gracias 🙏 !!

Miguel Fernandez Rodriguez

Finance manager en AXA Mediterranean Holdings

4 años

Los xn--mos-rma.llevan todo el día la mascarilla puesta pero no se quejan, supongo que saben que más importante que eso es poder ir al cole todos los días.. A veces pienso que los adultos no lo tenemos tan claro como ellos

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