Grandes datos para pequeñas decisiones críticas.

Los grandes datos para ser realmente grandes deben ayudar a tomar pequeñas decisiones que lo cambien todo. Ese Big Data será útil si de verdad nos sirve en la toma de decisiones en momentos decisivos. 

Veamos. Tras analizar más de 18.000 partidos de la NBA, prestando especial atención al marcador en los intermedios, Jonah Berger (de la Universidad de Pensilvania) y Devin Pope (de la Universidad de Chicago) descubrieron que los equipos que llevaban un punto de desventaja al descanso eran más propensos a ganar. De hecho, ir un punto por detrás equivalía “extrañamente” a ir ganando por dos puntos. Los equipos locales con un punto abajo en el intermedio ganaron más del 58% de los partidos.

Otro análisis esclarecedor es el que ha elaborado César Méndez en su tesis doctoral sobre la eficacia del portero como jugador de campo en los momentos críticos de las competiciones del futsal. Tras analizar 1325 partidos de la LNFS tanto de la liga regular como de los playoffs, las conclusiones son demoledoras: En el 70% de los casos observados de portero-jugador el equipo se encontraba en un nivel crítico alto y, sobre el total de acciones analizadas (11446), sólo se consiguió un 5,1% de goles a favor y un 5,6% de goles en contra. Por tanto, los equipos que acaban usando el portero-jugador en situaciones críticas no provocan modificaciones sustanciales en el resultado final del partido. Es decir, que el que va perdiendo por dos goles o más y usa el portero jugador en los últimos 5 minutos de partido lo normal es que acabe perdiendo.

Entre las conclusiones que César Méndez realiza, cabe destacar las dos siguientes:

El ataque con portero-jugador resulta ser más eficaz con resultado favorable en el marcador o en estado de igualdad, lo cual indica que su uso en entornos menos estresantes puede ser más rentable.

El entrenador debe aprender a dosificar los momentos de aparición del portero-jugador para optimizar su rentabilidad anticipando la llegada del momento crítico del partido. Debe, por tanto, dejar de verlo como una solución de emergencia y convertirlo en una alternativa al juego de simetría, entendiéndolo como una ventaja que otorga el reglamento.

Así pues, ya sabes, si usas el portero-jugador como último recurso en los momentos críticos del partido lo normal es que pierdas. Sí, ya sé que quizá sea algo obvio. Pero lo vemos repetirse una y otra vez. De hecho, en 11446 ocasiones.