Guía para viajar y vivir en un mundo más caliente

Este verano he estado de vacaciones en Sicilia. Se casaba un amigo siciliano, y allá que fuimos. Si queréis una recomendación, Sicilia es un destino maravilloso en cualquier época del año que no sea el verano: 45 grados llegó a marcar el termómetro de Fiat Panda de alquiler.

Luego me fui a Cantabria esperando temperaturas más razonables. La zona por la que estuve, Ramales de la Victoria, acaba de batir la semana pasada su record histórico de temperaturas con 43,3ºC.

El diario EL PAÍS da color en un artículo a las conclusiones de un informe de la el Joint Research Centre sobre el turismo en Europa. Por resumir, poca sorpresa: los países del sur son los grandes perdedores. En concreto Chipre podría dejarse hasta el 8,28% de la demanda turística, y es el país que peor parado sale. Le siguen Grecia (-7,26%), Portugal (-3,31%) y España, con una caída del 3,14% si se llega a los 4 grados de incremento de temperatura.

Igual deberíamos replantearnos la estrategia de sol y playa.

Aquí, el artículo completo en EL PAÍS.

Confieso que no acostumbro a leer el BERLINER MORGENPOST. Pero esta semana han publicado un interactivo buenísimo con un globo terráqueo que muestra las regiones donde el calentamiento global va a hacer imposible la subsistencia humana.

El reportaje divide el mundo en regiones, y tiene en cuenta cuatro variables para determinar el grado de habitabilidad de cada una de ellas: temperatura, estrés hídrico, aumento de nivel del mar y ciclones tropicales. Vale la pena explorar el mapa en detalle en el link debajo.

Barriendo para casa, en España hay un 61% de población en algún tipo de riesgo, especialmente las zonas del sur y del Mediterráneo: Alicante, Sevilla, Málaga, Alcalá de Henares y Murcia. Consuelo de pocos, pero sale mucho peor parado Italia: el informe estima que grandes ciudades como Roma, Nápoles, Florencia o Palermo van a volverse irrespirables con el aumento de la temperatura del planeta.

Quizá acerté yendo de vacaciones a Sicilia este verano después de todo.

Por aquí, el interactivo del Berliner Morgenpost.

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