Hablando con Santiago (James) Stuart a propósito de la independencia de Cartagena de Indias
Would you like me to call you James and ask you questions in english o prefiere que le llame Santiago y le haga preguntas en español?
- (sonríe) Aunque a todos les digo que soy Irlandés, nací en Buenos Aires [1]. Definitivamente prefiero que me hable español. Mi nombre en el nuevo mundo es Santiago. Quiero esta tierra como si fuera mía y debo honrar su idioma. Y en ningún sitio o en ninguna circunstancia tendré una mezcla de ambos idiomas o como vosotros decís en estos días, -spanglish-. Eso es un total despropósito. Cuando sea oportuno hablar en inglés, lo hablo.
¿Cree usted que valió la pena dar su vida por esa independencia hace 209 años, teniendo en cuenta cómo ve a sus ciudadanos hoy día?
- Hay cosas que me desaniman, mortifican, duelen y avergüenzan, y aunque a veces hubiera preferido seguir con mis otras actividades, jamás me arrepentiré de haber contribuido a la causa, haber sido el defensor del baluarte de La Popa y sigo pensando que valdrá la pena esta y todas las veces posibles. ¡Claro que sí! Lo haría incluso si, después de un largo período de obscuridad administrativa (entiendo que vosotros tuvisteis 11 alcaldes en 10 años [2]), la mejor opción de gobierno pueda ser un remedo de arlequín, que mal que bien está cumpliendo lo que prometió en campaña: destapar la corrupción “sistemática, estructural, cultural, mental, anímica y política” de la ciudad.
¿Y cómo ve hoy esa libertad por la que tanto luchó?
- Como vosotros sabéis, mi juicio fue amañado y los testimonios "a favor" realmente fueron dados por oficiales españoles de forma obligada; en mi caso, mi "defensor" fue el teniente Rodrigo Álvarez, el cual jamás conocí [1]. Y aun cuando hoy os pudiese resultar muy familiar la situación en algunos casos de la historia reciente de la ciudad, hay una gran diferencia: la vida. Antes era la misma corona la que con su brutalidad podía sumiros en el terror para que no hicieseis nada y os sometiereis totalmente a su voluntad. A hoy, aun cuando cualquier gobierno quiera callaros, existen leyes que os protegen, las cosas siempre saldrán a la luz y siempre habrá esperanza, porque no todos los políticos son macabros o corruptos y no todas las personas son cobardes, convenientes, individualistas o incultas.
¿Y cómo ve las fiestas del 11 de noviembre?
- Festejad todo lo que podáis de la forma en que queráis pero nunca olvidéis el profundo motivo de todo esto: la libertad de decidir el mejor gobierno para todos.
Referencias
[1] Adelaida Sourdís Nájera; “El Consejo de Guerra de los Mártires de Cartagena en 1816”; https://repositorio.banrep.gov.co/bitstream/handle/20.500.12134/6682/?sequence=2