Hablemos de storytelling: o de cómo una buena historia atrapa nuestro corazón y mente

En esta era digital, donde las pantallas parpadean y las notificaciones suenan sin cesar, hay un arte ancestral que se resiste al olvido: contar historias. Desde las fogatas hasta los escenarios de TED, el poder de una buena narración sigue siendo inquebrantable.

Jerome Bruner, un prestigioso psicólogo de Harvard, lo expresó así: "Las historias constituyen la unidad creativa fundamental de nuestra mente". En otras palabras, estamos hechos para escuchar y recordar historias, está en nuestro ADN.

Después de leer lo anterior, te invito a que te sumerjas en esto: según un estudio de la Universidad de Stanford, cuando mezclamos datos duros con un relato cautivador, la retención de la información puede aumentar hasta en un 70%. Eso no es poca cosa en un mundo donde la información viene y va a la velocidad de la luz.

Sumado a lo anterior, quisiera citar al famoso escritor Stephen King que lo pone de esta manera: "las historias son una moneda común de la humanidad". Todos, sin importar de dónde vengamos, nos conectamos a través de ellas.

Las historias tienen el poder de despertar emociones, de hacernos reír, llorar, reflexionar o incluso actuar. Son el vehículo perfecto para transmitir valores, enseñanzas y experiencias de vida.

Si no fuera así, ¿por qué crees que las marcas líderes en el mundo recurren al storytelling para vender productos? Porque entienden que las decisiones humanas están impulsadas por emociones y las historias son el puente hacia ellas.

Vayámonos ahora al análisis biológico; cuando escuchamos una historia, se liberan oxitocina y endorfinas. Estas sustancias químicas no solo nos hacen sentir bien, sino que también fortalecen la confianza y la conexión con el narrador. En otras palabras, no solo social, sino biológicamente estamos adaptados para comunicarnos a través de historias.

No cabe duda de que somos y estamos hechos a partir de las historias, pero si bien el arte de contar historias ha estado con nosotros desde tiempos inmemoriales, su relevancia en el mundo empresarial, educativo y de entretenimiento nunca ha sido más palpable como ahora. Con tantas distracciones alrededor, una historia bien contada es el ancla que mantiene nuestra atención.

Así que, en un mundo donde todo cambia rápidamente, tal vez sea momento de volver a lo básico y recordar el poder de una buena historia. Porque, al final del día, todos somos narradores y oyentes, todos estamos esperando ser cautivados por el próximo gran relato.

Ivan Velez

Maestro Tostador / Consultor/ Datos / Operaciones TI

1 año

Gran mirada

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