Hacia la diversificación de los Portafolios de la Región
En toda clase de finanzas, un consejo que nunca se puede quedar es el de “No poner todos los huevos en una misma canasta”, el cual hace alusión a los riesgos de la concentración de una estrategia de inversión en activos de una misma especie, industria, o bien que posean un alto grado de correlación, por lo que sus comportamientos resultan muy similares ante la dinámica de los mercados.
El llamado a la diversificación de las inversiones es un concepto universalmente manejado por los mercados, sus beneficios no son un secreto para los principales participantes que realizan sus transacciones en nuestra economía, y sus posiciones sobre la apertura internacional en este ámbito han sido expresadas de manera abierta, consistente y con argumentos fundamentados en caso de éxito de otros países y mejores prácticas de la Industria.
Con una Industria de Fondos de Pensiones manejando un portafolio de Instrumentos Financieros por la orden de RD$ 560 mil millones (US $ 11,200 MM) , un sector bancario con un portafolio de RD$ 300 mil millones (US $ 6,000 MM), una Industria de Fondos de Inversión manejando recursos por la orden de RD$ 34 mil millones (US $ 680 MM) y un sector de clientes individuales con un portafolio consolidado de RD $ 102 mil millones (US $ 2,040 MM) , se torna importante iniciar las conversaciones sobre la necesidad de diversificar una industria que posee una concentración del portafolio de inversiones de alrededor de 90% en emisiones gubernamentales.
Si bien es cierto, hemos dado pasos hacia la diversificación, y como fruto de ello tenemos una Industria de Fondos con un total de 28 fondos aprobados, y activos bajo gestión equivalentes al 0.62% del PIB; no menos cierto es que la velocidad en la que crece la demanda de estos participantes supera con creces la agilidad de estructuración, aprobación y posterior colocación de instrumentos financieros en nuestro mercado.
Este descalce ha sido común en todos los países de la región que poseen estos grandes jugadores en su infraestructura de mercado, lo cual nos permite inferir que existen opciones viables para solventar situaciones similares. Una de las medidas utilizadas resultó ser la apertura debidamente supervisada de las estrategias de inversiones de portafolio de los grandes participantes (especialmente de los Fondos de Pensiones). Esta estrategia fue debidamente ejecutada por países como Chile, Colombia, Perú y México con resultados favorables y demostrables a través del tiempo.
En base a esto, los mercados de capitales han iniciado un proceso acelerado de fomentar la creación de redes y alianzas que permitan ampliar el espectro de inversionistas para los emisores, y viceversa. La evidencia de esto nos lleva a analizar el Mercado Integrado Latinoamericano (MILA) y los recientes esfuerzos de la Asociación de Bolsas de Centroamérica y el Caribe (BOLCEN) para la habilitación de mecanismos multilaterales de negociación entre los participantes del mercado de sus países miembros.
La diversificación es una herramienta ideal para el desarrollo de los Mercados de Capitales, aun cuando en un inicio se pueda percibir que el efecto de abrir las puertas hacia la inversión en mercados internacionales pueda disminuir la capacidad recaudatoria de ahorros públicos de una nación, no podemos olvidar que la apertura internacional es un camino de doble vía, y los países que han sabido entender esta dinámica han resultado ser los mayores ganadores, obteniendo flujos significativos de divisas extranjeras, experimentando el desarrollo de su sistema financiero, por ende aumentando sus calificaciones internacionales de riesgo-país.