Hacia un mejor clima organizacional
Algunas empresas no se atreven a hacer este análisis por temor a lo que encontrarán, pero en realidad es una práctica muy técnica, sana y orientadora. Lo primordial es elaborar un diagnóstico acertado ya que existen varios caminos para realizarlo. Para que esto suceda hay que partir de la identificación de un tema prioritario para abordar las acciones necesarias provenientes de este análisis.
El modelo analítico a utilizar es clave para definir los criterios e interpretar los resultados. Luego es necesario remarcar la importancia de los hallazgos, difundir sus alcances a todos los involucrados y sobre todo quienes lo lleven a cabo deben ser personas capacitadas en el tema. Intervenir significa idear un plan de mejoramiento y aplicarlo de modo que se produzcan cambios evidentes y positivos.
Es recomendable seguir las siguientes etapas:
· Contar con un diagnóstico objetivo
· Identificar brechas
· Identificar recursos para cambiar la situación diagnosticada
· Establecer un plan de acción.
· Verificar avances frecuentemente
· Incentivar a las personas que logren cambios.
· Evaluar logros del plan.
Lo que se necesita para lograr el éxito y el aprovechamiento de los recursos es: la participación de todos los implicados; que exista una demanda real del cambio (porque si la necesidad del cambio solo es sobre entendida, pero nadie toma la responsabilidad de decir: “debemos cambiar”, entonces simplemente no sucederá), un compromiso real de la alta gerencia en dirigir y facilitar el involucramiento de todos en el cambio.
El proceso no termina allí sino hasta que dentro del avance se de una retroalimentación sobre los logros. La retroalimentación sobre los resultados es un motivador altamente eficaz.
Existen diferentes maneras de proveer retro-alimentación:
· Hacer explícitos y evidentes los resultados de una persona o grupo.
· Felicitación formal por parte de personas con autoridad.
· Una sobria celebración.
· Hacerlo del conocimiento por canales formales de comunicación interna.
Estos no significan concesión de estímulos, incentivos o beneficios económicos. Solo significan complacencia por el logro alcanzado. Es necesario analizar atarlos a una compensación económica, porque el esfuerzo se vinculará solo cuando exista ese tipo de remuneración. Para abordar el tema económico debe consolidarse un programa de administración del desempeño y un plan de beneficios adecuado. Los colaboradores no les motiva solamente el dinero, sino también un ambiente de trabajo estimulante y todos los factores involucrados juegan un papel importante.