¿Hasta dónde llegan los límites de tus metas?

Ayer por la tarde, tuve un reencuentro que me dejó reflexionando profundamente. Me encontré con Jorge, un amigo brillante y ahora director general de una importante cadena de tiendas de conveniencia en México. Hacía años que no nos veíamos, y nuestra charla, como un buen café, estuvo cargada de calidez, risas y el inconfundible aroma de los recuerdos. 

En medio de la conversación, Jorge me lanzó una pregunta que encendió una chispa en mi interior: 

“Marce, ¿hasta qué punto uno debe planear las cosas? A veces, tanto planear te hace parecer un loco”. 

 Solté una carcajada. Aquellos que me conocen saben que siempre digo: “Si no te llaman loco, es porque no estás soñando lo suficientemente grande”. Con una sonrisa, lo miré y respondí: 

“Nunca lo olvides, Jorge: los amateurs improvisan, pero los profesionales planean. Sin embargo, el arte está en encontrar el punto justo de planeación”. 

En ese momento, una frase del fundador de Oracle, Larry Ellison, iluminó mi mente: “Cuando se innova, hay que estar preparado para que la gente te diga que estás loco”. Y es cierto. Los grandes sueños siempre parecen imposibles hasta que alguien los convierte en realidad. 

¿Existen realmente límites? 

 La humanidad siempre ha vivido entre dos fuerzas opuestas: los que se atreven a soñar lo imposible y los que prefieren mantenerse en la seguridad de lo conocido. Pero si algo nos enseña la historia, es que las mayores conquistas nacieron de quienes no creyeron en límites. 

Los primeros obstáculos hacia cualquier meta no están afuera, sino dentro de nosotros mismos. Son esas voces internas que susurran: “No puedes hacerlo, es demasiado grande, demasiado complicado”. Son historias que nos contamos para justificar el miedo. Pero también existe otra voz, una chispa que te impulsa a intentarlo, que te recuerda: “Si otros lo han logrado, ¿por qué no tú?”. 

Esa chispa es el verdadero desafío: aprender a escucharla y convertirla en acción. Porque soñar no basta; es necesario actuar con estrategia y valentía. 

Planear vs. Actuar: El equilibrio perfecto 

Soñar en grande requiere planificación, pero también acción. Los amateurs improvisan; los profesionales trazan un plan. Sin embargo, existe un peligro: planear en exceso. Obsesionarse con cada detalle puede paralizarnos y robarnos la oportunidad de avanzar. 

El equilibrio está en saber que nunca tendrás todas las respuestas antes de empezar. La verdadera magia ocurre cuando das el primer paso, aunque el camino no esté completamente claro. Los errores no son fracasos; son lecciones que te acercan más a tu meta. 

El único límite eres tú 

¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar para alcanzar tus metas? Los límites no son reales; son creaciones de nuestra mente. “No tengo tiempo, no tengo recursos, no sé cómo hacerlo”. Estas excusas no definen tus posibilidades, solo tus miedos. La diferencia entre quienes logran sus sueños y quienes se quedan atrás está en su capacidad para reescribir esas historias. 

El mundo necesita soñadores valientes, personas que estén dispuestas a parecer locas por perseguir lo extraordinario. No temas a las críticas, ni a los obstáculos. Si decides que no hay barreras suficientemente altas, cada desafío se convertirá en una oportunidad para demostrar tu fuerza y determinación. 

Así que la verdadera pregunta no es si puedes alcanzar tus metas. La pregunta es: ¿hasta dónde estás dispuesto a llegar para lograrlas? 

¡Muchas gracias por leerme! Hasta la próxima…

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