¿Hay un genio en la botella de papel?

Las botellas de papel vienen a calmar las ansias y presión social por encontrar opciones de packaging más sostenibles, ¿pero realmente lo son?

Técnicamente hablando, la botella de papel no es realmente una botella de papel. Es una botella compuesta de papel y plástico. La tapa puede ser de plástico o metal, pero el interior de la botella está hecho de una fina capa de plástico, más fina de lo que se necesita para una botella exclusivamente de plástico.

Hay que tener mucho cuidado con no confundir al consumidor y ser muy honestos en la comunicación para no caer en la tentación de decirle lo que quiere escuchar.

Como en el caso lamentable de la marca de cosméticos Innisfree, acusada de emitir un mensaje engañoso. Su etiqueta dice “Hola, soy una botella de papel” y el consumidor finalmente encuentra que hay una botella plástica en su interior.. 

La misma vieja historia

Aunque a comienzos de 2021 se hayan anunciado con bombos y platillos las botellas de papel para marcas mundialmente reconocidas, hay antecedentes desde hace ya más de una década.

En 2005 la empresa GreenBottle inventó una botella de papel, en principio orientada a solucionar el problema del gran volumen de botellas vacías en los vertederos debido a que la gente dejaba las botellas de plástico tapadas.

La GreenBottle primero se utilizó para el sector lácteo y, posteriormente, Seventh Generation, en 2011, lanzó su jabón líquido para ropa. El vino californiano PaperBoy fue la primera botella de papel para vino lanzada en 2013. 

La cuestión es que la botella de papel tiene una bolsa de plástico adentro, y el consumidor tiene que separarla de la carcasa de cartón. La otra opción es que la separación se realice durante el proceso de reciclaje (proceso de repulsión del papel). Esto también pasa con las botellas plásticas o de vidrio de las que debe separarse la etiqueta y tapa. 

Algunos de los revestimientos interiores utilizan un mínimo de plástico que puede llegar a representar hasta un 70% menos de material que el de una botella plástica convencional. Siempre que sea posible, debería utilizarse plástico reciclado postconsumo. Algo que reduciría la necesidad de material virgen. 

La empresa Pulpex Limited lanzó en julio de 2020 una botella de papel que aseguran es 100% libre de plástico. Se fabrica con pulpa de madera de origen sostenible y se degrada de forma natural. 

Sería interesante saber si esta botella sin plástico no complicaría el proceso de reciclaje o biodegradación, porque para impermeabilizar el cartón seguro debe recibir un tratamiento especial. Lo mejor que tiene es que las carcasas exteriores están hechas de cartón usado y de papel de periódico (¿alguien sigue leyendo periódicos impresos en papel?, ¿hasta cuando existirá ese recurso?).

¿Cuántas veces se puede reciclar el papel conservando su resistencia? Cada vez que entra en el proceso las fibras del papel se rompen y se hacen cada vez más cortas. ¿Acaso la pulpa de papel es igual de resistente? Sería interesante comprobarlo y posiblemente haya que combinarlo con papel virgen para mantener la un estándar de calidad.

El cuento de la botella

El plástico interior puede ser reciclado o bien compostado, pero eso sería útil si se puede asegurar que se composte en domicilios, en puntos de venta, en la empresa que lo produce o en el municipio. El problema radica en que muchos bioplásticos compostables no ofrecen las propiedades de barrera a la humedad y olores que tiene el PET.

Las iniciativas de las botellas de papel existen básicamente para sustituir los envases de PET y de vidrio. El problema del PET es su bajo índice de reciclabilidad y las pocas o nulas posibilidades de reuso.

El vidrio, en cambio, permite la posibilidad de reciclarlo muchas veces, y el reuso para la recarga en locales o en domicilios, o también ser lavados y rellenados. Para eso, se necesita que el fabricante tenga puntos de recogida en tiendas o los pase a buscar por lugares acordados con los consumidores.

¿Para qué es buena la botella de papel?

Las botellas de vidrio se transportan varias veces en su ciclo de vida: Primero el fabricante las envía vacías a los productores de bebidas que llenan y las luego las envían (más pesadas) a los punto de venta minoristas. Posteriormente, con suerte, los consumidores llevan las botellas a puntos de acopio y de ahí se transportan otra vez vacías para su reciclaje. Y así la historia vuelve a empezar. 

Se gasta muchísima energía por las millones de botellas que se trasladan de un lado a otro. Como muchos envíos se llenan por peso, algunos camiones viajan con su capacidad a la mitad porque llegaron al peso máximo, desperdiciando espacio vacío.

En cambio, las botellas de papel pueden enviarse apiladas como cartones de huevos, sin desperdiciar espacio y, al ser livianas, los camiones pueden llenarse a tope. El ahorro de energía es enorme en ese punto.

Por otro lado, las botellas de plástico están hechas de derivados del petróleo. No sólo la producción supone un peligro para el medio ambiente, sino que la eliminación de residuos es también una carga enorme.

Si se incinera el plástico se producen vapores tóxicos y así contaminan el medio ambiente. La mayor parte del plástico va a los vertederos, puede durar quien sabe cuantos cientos de años y encima desprende microplásticos.

Muchos de los gobiernos del mundo están tomando medidas para prohibir el uso de plásticos de un solo uso o crean impuestos para hacer que el material sea más caro. El uso de plástico reciclado en parte reduce la necesidad de extracción vírgen, pero eso no detiene la demanda de este material.

¿Para qué mezclar materiales?

Uno de los principios del ecodiseño es el uso de un solo material (monomaterial) para reducir el impacto de recursos múltiples y además facilitar el proceso de reciclaje . ¿Debemos sustituir una botella monomaterial de PET o vidrio por una botella multimaterial de papel y plástico? 

Los prototipos de Absolut Vodka, Carlsberg y Johnie Walker sustituyen las botellas de vidrio por botellas de papel. En este caso es donde creo que las botellas de papel pueden ser más sostenibles que las botellas de vidrio de un solo, sobre todo por la optimización del transporte y la energía que se necesita para generar las altas temperaturas para fundir el vidrio en el reciclaje.

Puede presentar un beneficio si comparamos las botellas de papel con los envases tipo Tetra Pak, usados para jugo y leche, que están formados por varias capas de diferentes materiales. Es difícil y caro separar estas capas y casi no hay infraestructurasde reciclaje que puedan hacerlo hasta ahora. Se trituran y compactan para hacer placas para la construcción. ¿Pero cuántos packs se comercializan y cuántos se transforman en placas?

Entonces, ¿qué hacemos?

Una buena pregunta sería si no deberíamos utilizar sólo recursos reciclados y reciclables, y dejar de extraer material virgen. Por lo que creo que no hay que talar árboles para hacer botellas. Ya es suficiente con tratar que no se corten árboles para hacer bolsitas de un solo uso que reemplacen las de plástico.

Un documento de investigación elaborado por la Asamblea de Irlanda del Norte en 2011 indicó que "se necesita cuatro veces más energía para fabricar una bolsa de papel que para una bolsa de plástico".

Si estas botellas se hacen de papel reciclado suena mejor, y se deberían reciclar para seguir haciendo botellas de papel. 

Si se utiliza plástico en la tapa o en el interior, deben ser plásticos fáciles de reciclar o compostables y asegurar su final de vida. Los plásticos que se usen deberían ser de espesores mínimos y ser flexibles, porque la rigidez la ofrece la carcasa exterior de papel. Tampoco se deberían mezclar distintos tipos de plásticos en un mismo envase. 

Desde que se lanzaron estas botellas de papel sería interesante saber si les gustó a los consumidores, si se procesaron los materiales de forma fácil y sostenible después de su uso.

Algunas dudas 

¿Tiene una menor huella medioambiental (recursos vírgenes, energía, transporte, CO2, etc.) que las botellas de vidrio y los cartones laminados? Según me comentaron, los envases de este tipo o los multilaminados como Tetra Pak tienen una huella ambiental muy baja porque usan espesores muy delgados de distintos materiales. Pero su gestión en el post-consumo sigue siendo una incógnita.

Lo que es seguro es que la botella de papel no se puede reutilizar, al menos en una primera instancia. Una cosa es que se use para productos de uso ocasional, y otra es para otros de consumo diario intensivo por la alta demanda que esto genera.

El siguiente paso necesario es cambiar el sistema de “usar y tirar” por la reducción, reutilización y rellenado. No puede ser de otra manera. De lo contrario, esto se convierte en una búsqueda infinita de materiales alternativos.

En muchos lugares del planeta, los bosques (incluso bosque primario) y otros ecosistemas naturales fueron sustituidos por plantaciones de árboles de crecimiento rápido para la industria del papel. La madera es un recurso renovable pero si se talan árboles a mayor ritmo del que pueden crecer, el recurso deja de ser renovable.

Está perfecta la gestión responsable de bosques pero NO para sustentar a la cultura del usar y tirar, y a la justificación de la explotación exponencial de los recursos naturales.

Resultado de la batalla entre las botellas de papel versus plástico o vidrio: la solución es el cambio de sistema.

Para resumir lo que vimos:

• Las botellas de papel pueden reducir la huella de carbono del transporte.
• Si un envase mezcla materiales deben ser fáciles de separar.
• La comunicación y las instrucciones deben ser claras y honestas.
• Los esquemas de comercialización deben considerar la recolección y recircular los materiales ¿pero cuántas veces se puede reciclar el papel?
• Usar menos cantidad de materiales está bien, pero desechar menos materiales es mejor.

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