HAZLE CASO A TU ESTOMAGO
Muchas veces hemos transitado por ese sinuoso camino de la búsqueda de empleo, sumado al caminar, están los pedregosos test que dicen medir aspectos de nuestra personalidad que estarían estandarizados para poder clasificarnos como "aptos" para ser elegidos.
En algunas disquisiciones sobre cómo medir la salud de una red organizacional, mis amigos Psicólogos me preguntaron cómo podía medir la confianza dentro de la red gerentes ya que sus pruebas no lo hacían y existían al menos 8 tipos de confianza. Los miré atentamente y les respondí; lo que denominamos cerebro posee 85 mil millones de neuronas de las cuales usamos porcentajes bajos, si le agregamos a ese porcentaje, que llamamos capacidad analítica, podrían existir tantas definiciones de confianza como conexiones neuronales. Los test responden a una apuesta que es apoyada desde una determinada teoría, por lo mismo las hipótesis no se demuestran, sino que se corroboran y se pueden cambiar, mejorar o desechar. Cuando aplicamos las pruebas que “miden propiedades" del individuo para un determinado puesto de trabajo, veremos con asombro que esta evaluación no está diseñada para entender al individuo y su dinámica relacional, siempre es la propiedad inherente sobre la que se postula la aptitud, sin embargo, es lo relacional lo que fundamenta la organización. Por todo lo anterior y sin desviarme de la pregunta inicial, cuando evaluamos la confianza en las relaciones que genera una red gerencial, nuestras pruebas no apuntan a lo analítico sino a lo primario, a lo primitivo, esto es, a las 85 millones de neuronas del estómago. Y para ese caso, la confianza es una sola, me cayó bien o me cayó mal. El estómago no duda, por eso siempre decimos……hazle caso a tu estómago.
Consultor TIC, INECO - Dirección Smart Products, Madrid, España,
5 añosCómo siempre una interesante reflexión. Un saludo