HISTORIA DE UN GATO DE CAMPO
A la luz de los innumerables atropellos a la confianza de los seres humanos que habitan estas latitudes, provocados por los robos y estafas cometidos por personas que, escudándose en una supuesta blancura moral otorgada por la pertenencia a alguna organización política o institución estatal, como el Ejército o Carabineros, perpetran regularmente delitos que en el metalenguaje de esta tierra dominada por jutres y patrones de fundo son definidos como “errores o faltas” ocasionales que merecen chirlitos de castigo o clases de ética. Ante esta andanada de rateros distorsionados cuyas pulsiones de meter ambas manos, hasta el cogote y el buche para esquilmar los fondos que, vía impuestos pagan, por ejemplo, al comprar alimentos de primera necesidad, la mayoría de la población humana con la que convivo, quiero manifestar mi más profundo reclamo de intentar confundir aún más a esa masa informe de seres humanos que se autodenominan “opinión pública”, vinculándome una vez más con escándalos de robos ordinarios que acometen los bípedos autodenominados “verdaderos patriotas” o “gente bien”, inscritos mayoritariamente en partidos y agrupaciones políticas del mundo conservador dueños del fundo donde habito.
Vivo en el campo y me alimento principalmente de ratones, pajaritos y uno que otro pollo desprevenido que se escapa del gallinero de mi patrona, la Sra. Chela. Claro que cuando se da cuenta de mi incursión cerca del gallinero, sale tras de mí blandiendo una escoba de paja mientras grita “¡atrapen al gato ladrón, atrapen al gato ladrón que se robó uno de mis pollos!”. Mis antepasados y mi numerosa parentela gatuna que vive en las zonas rurales de la región de Atacama hasta el extremo austral vivimos, en general una vida apacible dedicada a mantener libre de lauchas, ratas y guarenes los establos y bodegas donde, con mucho esfuerzo, mis patrones almacenan cosechas y otras vituallas que compran en los poblados y ciudades cercanas. En épocas de sequía, cuando el alimento escasea, y no alcanzan los roedores ni los restos de comida que la señora Chela me deja en un tiesto, la tentación de comerme uno de los pollitos, pavitos o patitos que andan por ahí desprevenidos es regrande, así es que a veces caigo en ella.
Lo mismo ocurre cuando nos visita mi tío Wiña, que vive pa’llá, pa’ la cordillera. Donde ahí sí que la vida es re dura y encontrar algo pa’l mastique no es sencillo y demanda un gran esfuerzo. Ahí mi tío se vuelve loco con tanto pollo y conejo que andan dando vueltas por ahí, hasta que la Sra. Chela y su marido, Don Mario, lo espantan ¡a puro balazo miércale! Pero eso pasa muy de vez en cuando. Ahora, quizás ocurre un poco más porque las casas de los vecinos cada vez se están instalando en los faldeos precordilleranos, así es que mi tío se encuentra frecuentemente con rejas y portones de parcelas que antes no existían.
Lo que me molesta de la situación que salió a flote recientemente por el pago de sueldos sospechosa y exorbitantemente altos de la universidad privada San Sebastián a una profesora fantasma, cuya principal gracia ha sido, y es, la representación religiosa y militante de los ideales de los jutres y dueños de fundo que colindan con la chacra de mi patrona, es que la tilden de gata de campo o wiña, como a mi tío. ¿Qué culpa tenemos yo y mi parentela rural y salvaje, de que en esta tierra a los seres humanos ladrones, estafadores y vendedores de humo y pomadas se asocie automáticamente con el zarpazo eventual que le damos a un pollo en los bordes de la chacra? Una cosa es un pollo y otra es el robo y estafa de miles de millones de pesos con que la casta política parasitaria esquilma diaria o mensualmente a gente como mi patrona. AFPs creo que les llaman a unos inventos de robo e injusticia, ISAPRES creo que le llaman a otros ingeniosos métodos pa’ desplumar a la gente de a pie, colegios particulares subvencionados escuché que le decían a otro artilugio de despojo cultural de gente como los hijos y nietos de mi patrona y, de paso, sirve pa’ que los jutres amigos de esta profesora que ningún alumno conoció en esta Universidad San Sebastián se llenen los bolsillos a tope y de paso a ella le pasaban 17 palos mensuales, pa’ asegurar el bienestar y privilegios de ella, su familia y sus amigos, los dueños de toditos los fundos que hay por donde yo vivo.
El saqueo a estas tierras de parte de los jutres ha existido desde que mis primeros parientes llegaron en las alforjas de los conquistadores. Lo que existe hace poco es la mayor facilidad de acceso a información, por lo que a los mentirosos y estafadores de almas es un poco más fácil descubrirlos. El desafío lo tiene mi patrona, su marido Don Mario, así como todos sus hijos, sobrinos, nietos, bisnietos y la tremenda parentela de seres humanos que tiene en el campo y en la ciudad, pa’ elegir en cuanta elección popular participen, a gente con un sustrato ético que alumbre con un poquito de esperanza la letrina en la que chapotean la casta política parasitaria conservadora o pseudoliberal que rige actualmente los destinos de este gran fundo que algunos llaman Chile.
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Entretanto, amigo lector y amiga lectora, dejen la payasá de mencionarme a mi cuando quieran referirse a personas con una distorsión ética de magnitudes bíblicas, como la de esta profesora fantasma con el mejor sueldo del mundo, o como los oficiales del ejército y carabineros del milico- o pacogate, o como los funcionarios públicos que inventaron fundaciones truchas pa’ embolsillarse millones de millones, o como esos accionistas de empresas privadas de servicios públicos de luz, agua, gas, salud, educación y pensiones cuya codicia es infinita. Llame a esos seres humanos como lo que son: ladrones de mierda o, si prefiere, estafadores y abusadores de mierda. Pero no los compare con un gato como yo o como mi tío Wiña, que vivimos en el campo y en el bosque, tratando de sobrevivir, como la gran mayoría de los seres humanos de esta supuesta “Copia Felíz del Edén”.
Atentamente,
Artemio Misifuz (Gato de campo, ¡a mucha honra!), Chacra Pailahueque s/n
(Esta carta me llegó por caminos insondables que no he podido desandar y que comparto con lectores de aquí y de acullá).
Coordinador General, Gestión, Procesos, Docente AIEP
2 mesesY aqui estan los moralistas de siempre que tapan el sol con un dedo y tienen al pais hundido con tanto robo a las arcas del estado y sin ninguna preocupacion hacia la poblacion del pais, se horrorizan por un sueldo "alto", pero a sus compadres les permiten el robo a cara descubierta y sin sancion alguna.
Analista Químico y en el futuro mediano Ingeniero Industrial
3 mesesJjajajajajaja saludo yn abrazo Marcelo
Analista Químico y en el futuro mediano Ingeniero Industrial
3 mesesLa profesora Fantasma nombre para delincuente de ciudad gótica