Historias extrañas....

Nina y Pablo, gemelos de 10 años, estaban en casa cuando escucharon el sonido del coche de los vecinos llegando. Miraron por la ventana y vieron al matrimonio de los vecinos entrar en su casa, llevando un cuerpo de un hombre dentro de una bolsa negra.

Nina, asustada, dijo: "¿Hermano, viste eso? Creo que nuestros vecinos son asesinos." Pablo respondió: "Eso parece más de vampiros. ¿Viste que siempre usan gafas de sol y ropa negra? Y no recuerdo haberlos visto nunca durante el día." Nina pensó un momento y dijo: "Tienes razón, son vampiros, pero ¿qué vamos a hacer? Si se lo contamos a nuestros padres, no nos van a creer." Pablo, sonriendo, dijo: "Vamos a sacarlos de la casa durante el día. Así se queman con el sol. Esa es una de las debilidades de todos los vampiros." Nina sonrió: "¡Buena idea!"

Cuando llegó el día, Pablo entró por la ventana abierta y vio a los vecinos sentados en el sofá, con las cortinas cerradas, manteniendo la casa oscura. El vecino dijo: "¿Qué haces aquí, chico? Espera, ¿no eres el hijo de los vecinos?" Pablo respondió: "Sí, soy yo. Y voy a hacer esto." Pablo luego tomó el celular de uno de los vecinos que estaba en la mesa y salió por la puerta. "¡Si quieres atraparme, ven detrás de mí!" Los vecinos corrieron, pero se detuvieron antes de salir de la casa. Pablo dijo: "¿Ves, Nina? ¡No pueden salir de la casa, o se queman con el sol!" Pero Pablo y Nina se sorprendieron cuando los vecinos salieron de la casa y los sujetaron por los brazos. La vecina dijo: "Vamos a tener una conversación con sus padres." Nina y Pablo se dieron cuenta de que los vecinos no se quemaban al sol, por lo que no eran vampiros.

Luego, los vecinos llevaron a los niños hasta sus padres, quienes les dieron una reprimenda y los pusieron a castigados. El padre dijo: "No quiero saber que estén metiéndose con los vecinos, déjenlos en paz. Si no, serán tres meses sin celular ni videojuegos."

Sin embargo, después de que los padres se durmieron, Nina y Pablo observaron por la ventana cómo los vecinos llevaban otro cuerpo del coche a la casa. Nina dijo: "Siguen trayendo gente muerta a su casa, pero si no son vampiros, ¿para qué quieren esos cuerpos?" Pablo pensó un momento y luego sonrió, pues llegó a la conclusión: "Puede ser para comer. No son vampiros, sino caníbales. Entonces, necesitan alimentarse de cuerpos humanos. Seguro que ponen esos cuerpos en el sótano." Nina preguntó: "¿Qué vamos a hacer?" Pablo respondió: "Vamos al sótano y acabamos con esto de una vez. Vamos a fotografiar los cuerpos y mostrarles las fotos a nuestros padres, ellos harán algo." Nina se puso contenta: "¡Eres un genio, hermanito!"

Esa noche…

Nina y Pablo usaron un tenedor para destrancar la puerta y entraron por la puerta trasera de la casa de los vecinos. Como los vecinos estaban en el cuarto, Pablo y Nina lograron ir desde la cocina hasta la sala y, de ahí, al sótano. Cuando abrieron la puerta del sótano y encendieron la luz, sintieron un olor a carne podrida. Se asustaron al ver un montón de cuerpos muertos. "Esto es peor de lo que imaginaba, Nina. Estoy asustado. Nunca había visto a alguien muerto así frente a mí." Entonces, se asustaron aún más cuando apareció el matrimonio de los vecinos. El hombre del matrimonio dijo: "¿Otra vez ustedes, niños, husmeando donde no deben?" Pablo dijo: "¡Tienen que dejar de comer carne humana, deben parar con eso!" El matrimonio respondió: "¿De qué estás hablando? Nunca hemos comido carne humana." Nina preguntó: "¿Entonces, para qué son estos cuerpos?" La mujer del matrimonio dijo: "Nosotros restauramos la vida de las personas. Los familiares nos llaman diciéndonos que sus seres queridos han muerto, y nosotros hacemos este trabajo para que ellos no sufran." El matrimonio entonces se tomó de las manos, y una atmósfera tensa se apoderó del lugar. Una luz descendió del cielo sobre el matrimonio, y surgieron alas doradas de sus espaldas, revelando que eran ángeles encarnados en cuerpos humanos. Luego, hicieron un gesto con las manos sobre los cuerpos y el olor a podredumbre comenzó a disminuir, hasta que desapareció por completo. Los muertos empezaron a parpadear, moverse y respirar. Las personas se levantaron, y algunas preguntaron: "¿Dónde estoy?" Nina y Pablo quedaron boquiabiertos, asustados. El matrimonio dijo: "Quiero que ustedes, niños, no le cuenten a nadie lo que han visto aquí, porque estamos cumpliendo órdenes del Cielo." Los niños miraron hacia arriba, desde donde una luz dorada descendía a través del techo del sótano, dejando a todos extasiados.

Después de lo ocurrido...

Nina y Pablo regresaron a sus casas. Nina dijo: "¿Sabes? Creo que juzgamos sin saber la verdad." Pablo respondió: "Sí, lamentablemente el ser humano hace eso. Bueno, al final todo salió bien, ya que eran personas buenas."

Al día siguiente, Nina y Pablo descubrieron que la casa de los vecinos estaba en alquiler, porque se habían ido. ¿A dónde? Nadie lo sabe… Sólo saben que estuvieron en la Tierra para hacer buenas acciones por los humanos. Fin.