Honeypot, la trampa para ciberdelincuentes.
Al hablar de ciberseguridad, una actitud preventiva y un enfoque estratégico son primordiales. Garantizar unos #endpoint a salvo de infecciones y malware puede ser decisivo para cualquier organización. En este contexto, los honeypots son puntos de atracción o cebos digitales que buscan dejar al descubierto la actividad de los hackers. Hay distintos tipos y todos ellos se implementan para reforzar las defensas de los sistemas informáticos, corporativos o incluso domésticos. Para ello, se usa un equipo que no contenga información de valor y que pueda ser atacado sin miedo a perder datos corporativos relevantes. El tráfico que registran es malicioso y revela la forma en que actúan los hackers, es decir, tanto sus métodos como sus objetivos. Por tanto, estos señuelos permiten defenderse de infecciones y malware sin que la empresa y sus sistemas corran riesgos. Al monitorizar al tráfico malicioso, podemos evaluar las siguientes cuestiones:
Pese a todo, contar con un mecanismo de este tipo no ofrece máxima protección. Solo detecta la actividad dirigida a ese punto. Así, hay amenazas que pueden no haber apuntado a un honeypot, pero que son reales. Esto obliga a los departamentos de seguridad informática de las empresas a mantenerse actualizados y alerta, para no depender solo de estas herramientas. Han de añadir otras soluciones que refuercen aún más las barreras ante ciberataques.
Recomendado por LinkedIn
Tipos de honeypots
Cuando hablamos de este tipo de medidas, podemos dividirlas en diferentes tipos. A continuación, los indicamos.
El denominador común de todos es que crean una ilusión de vulnerabilidad o visibilizan un cebo en forma de recurso valioso. Así, cuando los atacantes intentan explorar esos puntos, son monitorizados y sus acciones son registradas y analizadas. Numentech cuenta con soluciones de ciberseguridad que permiten a las empresas prevenir cualquier tipo de ciberataques o infecciones por malware. En materia de #ciberseguridad, la única opción válida es la #innovación y actualización constante. Es una forma proactiva de evitar la acción de los ciberdelincuentes y el daño que pueden causar en los sistemas informáticos.