"Hoy, más que nunca", buenos mensajes
“Un buen mensaje debe llevar las 8 Cs (en inglés)”, nos decía en marzo de 2014, el profesor de The George Washington University, Michael Cornfield.
Cornfield, - “un científico de la política”-, como le definen en su biografía de la universidad, posee esa capacidad de síntesis y simplificación tan propia de los estadounidenses. Para este comunicador es particularmente envidiable (en el buen sentido, está claro). Aquella clase del Máster en Comunicación Política y Corporativa de la Universidad de Navarra fue una de las que más disfrute.
De las “Cs” del profesor me quedo, particularmente, con 4 que me parecen imprescindibles en estos momentos inciertos de COVID-19, y de las cuales derivan al resto: claridad, conciso, consistente y contrastante. Me explico…
1. Claridad
Antes de entonaciones, tipografías y diseños, un buen mensaje debe comprenderse rápido, sin necesidad de ningún tipo de explicación. La claridad se asocia con la franqueza para decir las cosas como son: “sin maquillaje y a la luz de los hechos”.
2. Conciso
Los mensajes breves se consumen rápido y sintetizan lo que puede ser más complejo. El buen mensaje expresa con exactitud el concepto de comunicación, que no es otra cosa que la idea central de toda estrategia de comunicación.
3. Consistente
Un buen mensaje perdura en el tiempo, es recordado y hasta adoptado por otros. Si las organizaciones son coherentes entre lo que dicen y hacen, su narrativa tendrá consistencia puesto que está construida con cimientos solidos que le dan estabilidad en el tiempo. Esta “C” es particularmente relevante en momentos actuales, en los que todos buscamos liderazgos estables, sobrios y sensibles.
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4. Contrastante
¿Han notado en estos días como los mensajes de algunas marcas se parecen mucho? Demasiado, diría yo. “Hoy más que nunca…”, “juntos vamos a salir de esto”, “no podemos darnos por vencidos” … Y podemos seguir. No quiere decir que sean malos. No, en absoluto. Solo son más de lo mismo.
Los mensajes deben marcar la diferencia para que sean recordados. En mi experiencia como consultor, puedo decirte que para las organizaciones con un propósito corporativo, esta tarea es más fácil. Los mensajes son el resultado de una idea consensuada y definida, -más trascendente-, y no una reacción a la coyuntura.
Tres cosas, a manera de conclusión…
- Los buenos mensajes expresan autenticidad y verdad; se pueden contrastar y comprobar con hechos. No son siempre las frases que los demás quieren leer, escuchar o ver, pero si las palabras que inspiran confianza.
- Los buenos mensajes son fruto de un modo de entender el mundo y la sociedad donde se encuentra nuestra organización; no de la coyuntura. A veces, gastamos mucho dinero, recursos y tiempo en parecer y no en ser.
- Los buenos mensajes son realistas. No son siempre “tazas de café” de optimismo, sino expresiones de un enfoque madurado, consensuado y simplificado.