Hoy me tomé la mañana (historia de un autoexigente)

Hoy me tomé la mañana. En el 2013, mientras aún trabajaba en Mercado Libre, por consejo de Agu de Marco, me anoté en EmprendING . La primera clase la dio Esteban Brenman, fundador de Guía Oleo, quien contó su historia. Recuerdo como si fuera ayer que sus primeras palabras fueron "corría el año mil novecientos noventa y pico..." y así fue paseando por su cronología hasta ese día. Su historia es por demás interesante, pero lo que más me quedó grabado fue cuando contó que los miércoles no trabajaba. Una filosofía de vida de tomarse los miércoles para él. Si mal no recuerdo incluso contó que solía aprovecharlos para pasar mucho tiempo en el taller de su hermana junto a ella.

En 2014, junto a Pato (mi actual socio), dejamos nuestros trabajos, dimos el "salto de fé" y arrancamos Real Trends. Por supuesto que cuando estás arrancando una empresa, no hay chance de tomarse un día para uno. Todo lo contrario, durante mucho tiempo laburamos de 9 a 21h y no existieron sábados, domingos ni feriados. Pero siempre tuve en el radar la idea de algún día poder apuntar a trabajar un día menos en la semana, y poder invertirlo en tiempo de calidad, haciendo cosas que me gustaran y compartiendo tiempo con mis seres queridos. Pasaron 4 años y Real Trends fue creciendo. Hoy somos un equipo de 30 personas y caí a cuenta de que siempre iba a tener una excusa para no tomarme, tan siquiera, una mañana para mi. Los autoexigentes (y más los judíos) tenemos un gran enemigo: la culpa. Si surge una reunión de último minuto, por supuesto que la acomodo en la agenda y le dedico una mañana. Ahora, ¿tomarme tiempo en la mitad de la semana para algo de ocio? Nah, ni ahí. No corresponde. Hay que estar trabajando. Hay mucho para hacer. Y no es por falta de confianza en el equipo que tenemos, para nada. Es como una sensación de sentir que no estaría predicando con el ejemplo. Largas charlas al respecto con mi esposa Cinthia y con Nicolás (mi mejor amigo). Entender que desde la teoría, "no pasa nada" si me tomo un día para mi, pero llevarlo a la práctica es otro tema muy diferente.

Hoy finalmente pude hacerlo. Luego de dejar a mi hija en su jardín como todas las mañanas, en lugar de venir a la oficina, me puse los cortos y me fui a correr a los lagos de Palermo. Incluso mientras corría llovío, lo cual le dio una pizca de epiquismo al asunto. Volví a casa, me bañé y vino mi tío Mario (a quien siempre tengo ganas de ver más de lo que puedo) a tomar mates y charlar de la vida. Luego almorcé y me vine a la oficina a laburar, con las pilas recargadas y con ideas frescas que se me ocurrieron mientras corría.

Hoy me tome la mañana. El mundo siguió girando a exactamente la misma velocidad. No pasó nada malo. Quizás vuelva a tomarme alguna otra en breve. Es importante que el trabajo y la pasión por el mismo no sean todo. Hay que aprender a permitirse cosas. Sin culpa. Sin exigencias.

PD: ojalá esta historia te inspire a tomarte una mañana para vos mism@. Y si lo hacés, mandame un mail a javier@real-trends.com y contame cómo fue :)