Humana Vox
¿Al modo de Kirk o al modo de Picard?
Siglo XXIII, el capitán James T. Kirk, decide desobedecer la primera directriz que rige a la Flota Estelar de la Federación Unida de Planetas: “no interferir en el sano y normal desarrollo de la vida y cultura alienígena”. Es decir, los exploradores interestelares bajo su mando deberán observar sin ser vistos, sin contaminar con su presencia a las poblaciones de desarrollo aún incipiente. Pero la vida de Spock, su primer oficial y amigo, estaba en peligro. Debía rescatarlo de las entrañas de un volcán en el que había colocado una suerte de bomba implosiva para congelar la lava. Luego del debate sobre la obediencia a las reglas, Kirk se decide por una interpretación auténtica para rescatar al vulcano, aunque eso implicara revelar los avances tecnológicos de su nave a los ojos de una civilización que aún no conocía la rueda.
Siglo XXIV Jean Luc Picard, capitán de una Entreprise más potente, fustiga al cadete Wesley Crusher, quien hasta el momento había sido su pupilo, por quien siente un amor similar al de un padre hacia su hijo. El joven, caracterizado por su nobleza y un desarrollo intelectual fuera de serie, había quebrado las reglas. Wesley había mentido a sus profesores de la academia de oficiales para salvar a sus amigos de un castigo. Picard, implacable cuando se trata de temas éticos, lo lleva al límite de la introspección propiciando que el joven decidiera entre la lealtad para cubrir una inconducta de sus compañeros, o seguir las reglas, decir la verdad y asumir las consecuencias de sus actos.
Mi afición inconmensurable por Star Trek, serie televisiva de culto puesta al aire en 1966, además de nutrir mi fantasía, me ha dado marco para muchas reflexiones deontológicas a lo largo de mi carrera profesional, en la que me he debatido entre la aproximación a la pasión e inteligencia intuitiva y el valor seductor del capitán Kirk —que lo impulsaba a tomar caminos heterodoxos, a veces quebrando algunas reglas para alcanzar un bien supremo—, o la reflexión más sesuda de Picard, usualmente atormentada en silencio por sus propias experiencias, pero con una capacidad extraordinaria para alcanzar los objetivos de una misión, personificando a un ser respetable en toda su magnitud que en el camino inspira con su estilo a su tripulación.[1]
Ser Kirk y guiarme instintivamente por la corazonada, que no es más que la proyección de resultados esperados con base a la experiencia, o ser Picard, y con carácter espartano ganar batallas al amparo de un irreductible seguimiento de un método, un sistema y reglas.
Lo cierto es que a la luz de lo vivido en mi carrera entiendo que ambos personajes de ficción más que representar una dicotomía de estilos de liderazgo, me desafían a descubrir más puntos de encuentro y de paralelismo estimulante para los retos profesionales en las oficinas de comunicación.
Ambos tienen claro que su misión es explorar, ganar conocimiento, llevar un pensamiento (utópico, propio del optimismo antropológico de Roddenberry, realizador de la serie) de paz e igualdad entre los seres a todos los puntos posibles del universo, atendiendo por encima de todo cualquier tipo de vida (objetivos).
Los capitanes, separados por un siglo en la línea del tiempo de la ficción, estudian las rutas por las que transitarán en el universo, observan desde diversas perspectivas las situaciones que enfrentan, reflexionan sobre las batallas perdidas y ganadas, analizan la caracterología de los aliados y enemigos que se encuentran en el camino, las ventajas y riesgos que afrontan (diagnóstico FODA, mapeo de stakeholders y planificación).
Trazan planes de batalla o de negociaciones diplomáticas, evalúan cuál es el mejor momento para iniciar las acciones pensadas y evalúan constantemente los resultados (estrategias y planes de comunicación, evaluación continua).
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Además, tienen claro que cada tripulante es importante y único(a), ya sea por sus cualidades, fortalezas y posición, en el engranaje de la nave por lo cual promueven una comunicación asertiva entre los integrantes de la tripulación (horizontalmente) y con el alto mando (verticalmente), sin que ello implique disonancias con el principio de autoridad (gestión de recursos humanos).
Los dos tienen claro el peso de la responsabilidad para alcanzar los objetivos en cada misión, pero, además, disfrutan con ánimo docente la preparación de quienes están en la cadena de mando, para que cada tripulante sea capaz de tomarlo cuando llegue su turno y seguir adelante en la aventura.
Mi reflexión con mirada “trekkie”[i] está vigente, es más, sigue en construcción aún en la actualidad, y de seguro mientras ejerza mi profesión al mando de equipos me brindará la ilusión de reconocerme un poco en Kirk cuando dé rienda suelta y alimente la creatividad del equipo, provocando momentos únicos para dibujar bocetos de campañas en los que la consigna es “se vale soñar todo”. Pero también, me obliga a la reflexión saturnina y madura al estilo Picard de cómo las reglas nos ayudan a alcanzar el éxito de una campaña, proyectando honestidad -tan necesaria de mostrar en el sector público- a partir de un trabajo ordenado, planificado, medible y transparente.
Quedan muchas misiones en esta tarea de mejorar un poco el mundo con la comunicación que empodera a la ciudadanía, que la hace menos frágil con el conocimiento.
Un reto inmenso… todo un universo.
¡Larga vida y prosperidad!
[1] Grech, V. E. (2013). Star Trek’s Picard : humanity’s conscience. The New York Review of Science Fiction, 25(6), 294, 20-23.
[i] “Someone with a special interest in the television show "Star Trek", Cambridge Dictionary.
Consultor en Derecho Administrativo | Competencia | Consumidor | Regulación de servicios públicos | Telecomunicaciones. Árbitro. Profesor de Derecho Administrativo
1 añoFelicitaciones Carmencita
Filosofía + Comunicaciones
1 añoFelicidades. Lo comparto..
Director en Verne Comunicación e Innovación | Docente y Speaker de Marketing y Comunicación en Escuelas de Posgrado y Empresas | Integrando la Inteligencia Artificial Generativa en la Comunicación y el Marketing
1 añoTotalmente identificado, convivimos con esa dicotomía en el día a día. Y a veces aunque parezca contradictorio y hasta "raro", cruzar la línea siempre nos lleva a territorios inexplorados y desde solo se vuelve con aprendizajes para todos. Gran post Carmen Sandoval Coronado
Directora de Comunicación I Coach l Terapeuta de Artes Expresivas
1 añoQué buen inicio! Te sigo 👏🏼👏🏼👏🏼