“I bought Twitter to help humanity”
El pasado viernes, una semana después de comprar Twitter por 44.000 millones de USD, Elon Musk decidió despedir a más de 3.000 personas.
Forma parte, imagino, de su estrategia para conseguir recuperar la “libertad de expresión” en la plataforma, que inevitablemente pasa por echar equipos enteros encargados de cuestiones superfluas como aplicar principios internacionales de derechos humanos, estudiar la amplificación algorítmica, hacer de Twitter un lugar más accesible o establecer grupos de afinidad entre colectivos de trabajadores típicamente marginados.
El proceso de reducción de recursos humanos, más recursos, sin duda, que humanos, se ha caracterizado por una curiosa interpretación del concepto igualdad. Para Musk todo el mundo es igual, por eso es irrelevante si estás en pleno embarazo o tu hijo con cáncer depende del seguro médico de la empresa.
Se ha discutido ampliamente por las redes qué debemos hacer los usuarios ante esta situación. Honestamente no creo que sea algo sin matices, pero hay una cuestión que me molesta profundamente y tengo una opinión clara al respecto: Twitter no es una “plaza pública”. De hecho, esta misma expresión es la que usa Musk en sus comunicados, por lo que me resulta doblemente repugnante que la tomemos como base de argumento para quedarnos a “ocupar” o “defender” este espacio.
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Twitter, hoy más que nunca, es de todo menos público. Musk posee la empresa y ya no hay accionistas de por medio a quienes rendir cuentas. Él es el propietario. Él es el director. Él es, según sus propias palabras, el “chief twit”.
Para muchos, abandonar Twitter no es necesariamente ahora una decisión racional, no se exige un balance de pros y contras, una reflexión sobre cómo podemos ser más útiles para promover la diversidad en la plataforma o si abandonar es precisamente la peor opción para evitar la radicalización de los discursos. Dejar Twitter ahora no va sobre “escarmentar” a Musk, dar ejemplos morales o demostrar algún tipo de virtud. Es algo puramente egoísta: la red apesta a mierda y no aguantamos el olor.
Twitter no es, como decía, una plaza pública: es una cafetería privada, donde me encantaría seguir pasando el rato charlado con toda esa gente preciosa que he ido conociendo; pero mientras hablamos alegremente quien nos cobra el café es un imbécil.
Product Designer | Conversational Designer
2 añosSe puede decir más alto pero no más claro. No sé si acabaré usando Mastodon como red principal (de momento mi perfil es un erial xD) pero veo el futuro muy negro para Twitter </3
Senior Product Designer en Hotelbeds
2 añosEste es el problema de vivir en un mundo dirigido por übercuñados anarco-capitalistas como Musk.
Consultor de arquitectura de la información
2 añosY si alguien me seguía en alguna de mis cuentas de Twitter, me encontrará, por ahora, en Mastodon: https://mastodon.social/@parap