Industria: El azucar y porque se equivoca Michael Porter con su concepto de rivalidad
Llama la atención la corriente situación que enfrentan los ingenios azucareros en el Valle del Cauca en Colombia, una de las mayores agro industrias en el país.
Ese dulce que nos da la energía, que es la fuente y el sustento de tantos trabajadores y la industria que con alta devoción le ha servido al Valle y a sus gentes hoy se ve amenazada por el aparato político que la quiere raquetear para sacarle cuanto más pueda asi comprometa la integridad operacional de los ingenios.
Se les castiga por haber creado una especie de cartelización. No debo entrar en detalles de carácter legal pues los desconozco, pero como economista creo tener una idea de las buenas intenciones y estrategias de la industria. Sin embargo, en una nota de un periódico local se critica la posición de los ingenios y se evoca la consulta sobre el tema a Michael Porter, el afamado economista de Harvard, quien al respecto y quizás de manera apurada, compara las condiciones de competencia de las industrias en los Estados Unidos con los ingenios.
Su tesis se fundamenta en que la competencia es la mejor estrategia para promulgar los mejores precios y condiciones para el cliente final. Estamos de acuerdo, ya que soy un adalid del capitalismo y la competencia. Sin embargo en los Estados Unidos las condiciones de producción son abismalmente distintas a las locales en Colombia.
En los Estados Unidos, los productores de commodities o materias primas y las industrias de procesamiento no tienen problemas de boleteo, vacunas o asedios por parte de ningun grupo al margen de la ley. Los ejecutivos norteamericanos no andan con escoltas ante un potencial secuestro. Y aunque pagan sus impuestos, es escaso ver que estas compañías reviertan hacia la comunidad programas sociales como si lo hacen los ingenios vallecaucanos en sus aéreas de influencia. Gracias a estos, existen carreteras, escuelas, becas de estudio, barrios, bibliotecas, empleos estables, seguros y programas de asistencia a los empleados y sus familias.
De otro lado a parte de los subsidios, financiación y asistencia técnica; comprar maquinaria, repuestos industriales, fertilizantes y demás para las compañías y agricultores norteamericanos es un proceso simple, fácil, casi a la vuelta de la esquina y en moneda local. Para las compañías vallecaucanas y sus agricultores implica riesgo cambiario, costos de importación y fletes, aranceles, alta calificación de mano de obra y aseguranza.
En menos de año en el caso de que Mr. Porter no lo sepa, el peso colombiano se devaluó casi un 60% frente al dólar mientras el precio del azúcar en el New York Board of Trade NYBOT en el mismo año, llegó por los 19 centavos la libra y en la actualidad se tranza a menos de 15 centavos la libra.
Sin estar metido de narices en esta industria, es evidentemente claro que el sector se encuentra en desventaja y debe ser protegido frente a las importaciones de azúcar provenientes de otros países, especialmente cuando las condiciones de producción y los beneficios que estas ofrecen a sus respectivas comunidades, distan de lo que hacen los ingenios azucareros colombianos.
Muchas de las obligaciones y funciones que debió cumplir el estado en el desarrollo socio económico de las regiones en el Valle del Cauca las hicieron los ingenios. Ahora es el estado quien apuñala en la espalda a una noble industria y la pone contra la pared. Que bueno seria invitar a Michael Porter al Valle del Cauca y que interesante poder ver como el estado y sus políticos se gastan el dinero con el que penalizan a los ingenios. @scaramangha