Innovación en la Educación Superior: Pasión y Riesgo como Claves del Éxito
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Innovación en la Educación Superior: Pasión y Riesgo como Claves del Éxito

En la entrega pasada, compartí con ustedes un poco el contexto y las experiencias que me han dado la maravillosa oportunidad de explorar y materializar formas de innovar en el diseño y desarrollo de programas de educación superior, algo que realmente me ha apasionado.  Desde hoy comienzo a compartir con ustedes los elementos que este camino me han permitido establecer como un método, un método en permanente construcción y mejora.

 Estas publicaciones son la reflexión y el deseo de compartir una experiencia, por eso los construyo semana ha semana, de ahí que en el título hoy solo tengamos las dos primeras letras de este método, por extensión y por tiempo de maduración de la forma de plasmar las ideas y la forma de acompañar en estas experiencias a excelentes grupos de profesionales que se han unido a él y que son quienes han logrado grandes cambios a partir del método.  Hoy hablaré de los dos primeros ingredientes para lograr la innovación en educación superior,  la pasión y el riesgo.

El Papel de la Pasión en la Innovación Educativa

 Pasión: Considero que uno de los grandes ingredientes, fundamental mas no el único,  para el éxito en cualquier proyecto humano es la pasión que este genere en las personas que en él intervienen. Para innovar es fundamental activar la creatividad y para esto es necesario que algo nos mueva bien desde la emoción positiva de alcanzar un escenario deseado o bien desde la incomodidad de cambiar algo que no nos agrada. En mi caso creo que ha sido una combinación de ambos.  Primero porque siempre he sido un convencido del poder transformador de la educación y al mismo tiempo un admirador y creyente del potencial humano, por eso, como alguien me lo recalcó hace algún tiempo, “realmente creo en los estudiantes”, pienso que no hacerlo haría ilógico estar en el mundo de la educación. Y desde el lado de la incomodidad, como lo comenté en la entrega anterior,  por mucho tiempo me incomodó estar en entornos que no creían en los estudiantes y que pretendían imponer que solo había una forma de hacer las cosas, “como se han hecho siempre”. Meditándolo creo que de esta mezcla el segundo ha sido el combustible de mayor potencia, el propiciar entornos y métodos para encontrar otras formas de hacer las cosas, para creer y desarrollar el potencial de cada uno de esos universos que tenemos al frente como profesores,  lo cual me animó a afrontar el siguiente elemento del método.

Asumir Riesgos: Clave para Transformar la Educación Superior

 Riesgo: En un entorno en el que por siglos se ha perseguido la verdad, lo que con el tiempo ha llevado a escenarios donde se debe tener la respuesta correcta y se castiga el error, iniciar caminos sin fórmulas “validadas”, que garanticen una respuesta exacta y verdadera no es la opción más lógica.  Más cuando se tiene la respuesta automática para evitar someternos al riesgo de probar algo diferente, “el marco normativo” o el institucional, “así siempre se han hecho las cosas acá”.


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Hay una historia que viene a mi con frecuencia y me moviliza, la historia de un personaje que en un paraje campestre que todos los días pasaba frente a una casa donde en el porche de su entrada todas las mañanas había un viejo perro, que allí echado al lado de su dueño siempre aullaba con un lamento de dolor, no tan intenso.  Este personaje, preocupado por el perro y un tanto molesto por la indiferencia de su amo, se acercó y le preguntó qué le pasaba al perro, el paisano con la calma que brindan los años de vida en el campo, le comentó que ahí donde el perro se acostaba había un pequeño clavo un poco salido que le incomodaba y lo hacía aullar. Extrañado interpeló al amo y le dijo “y porque no se para y se hecha en otro lado”, la respuesta del amo lo dejó sin palabras y pensando, “porque no le incomoda lo suficiente”.

Ese segundo activador de la pasión que les comenté antes se relaciona precisamente con esta historia, en más de dos décadas en el mundo de la educación muchas veces escuché colegas docentes quejarse y quejarse de los estudiantes, del currículo del programa, de la institución, del sistema educativo, etcétera. Ante estas quejas, especialmente las dos primeras, me surgía la misma pregunta del caminante cuando supo de la puntilla que incomodaba al perro, ¿por qué no lo cambian? 

Desde mi mirada, si yo creo que los estudiantes no tienen futuro, son malos por naturaleza, etcétera, que mi labor está perdida con ellos, es como si me montara cada semestre en un barco que sé que se va a hundir, creo que no tiene lógica. Tendría dos opciones cambiar mi mirada y buscar formas diferentes para que conectar con mis estudiantes, o tomar otro rumbo donde no tenga que acostarme sobre ese clavo que tanto me incomoda, para lamentarme toda la vida. De igual forma procede con el currículo del programa, el currículo es la partitura que me entrega la institución para ejecutar una obra, pero es mi talento, experiencia y pasión por la enseñanza los que marcan cómo ejecuto esa melodía. Si lo hago sin pasión y pensando que es una aburrida tonada, así sonará, si lo hago con entusiasmo y dando todo mi talento, conectará y conmoverá a quienes la escuchen.

 

En otras palabras, los dos primeros elementos del método que he ido construyendo para innovar en la educación superior están en las personas, en aquello que los moviliza.  Con la explosión de la inteligencia artificial (IA) generativa recuerdo como hace cerca de un año inicié un proceso con el equipo de un programa de una de las disciplinas que más se había hablado hasta el momento, podía estar amenazada por la irrupción de estas tecnologías, para hacer más aterrador el escenario desarrollé el encuentro con elementos generados con IA y comencé el taller con la sentencia que esta era una de las profesiones que podía desaparecer con la IA. Tenía la ventaja que sabía quienes eran aquellos profesores y su pasión por lo que hacían y por enseñarlo, algunos meses después, el resultado de esa sentencia fue una mirada revolucionaria y con visión de futuro a su profesión y el papel en la sociedad, plasmada en un plan de estudios con todo el sentido y valor para la sociedad, haciendo uso de la IA.

 En las próximas entregas ya me ocupare de aspectos más metodológicos, los cuales funcionan sí y solo sí, estos dos primeros elementos están activos en los equipos de trabajo.   Que tengan una apasionada y feliz semana.

 

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