Inteligencia emocional para emprendedores (Parte 2)
En la entrada anterior relacionaba de qué modo la inteligencia emocional está ligada a la que, según diferentes medios, es la primera razón del fracaso empresarial: la falta de capital. En el artículo de hoy podrás ver cómo esta habilidad interior se vincula a la segunda causa de muerte de los nuevos negocios: la mala administración de la compañía.
Debo decirte que he tenido extensas conversaciones con un interesante número de emprendedores a los que he tenido el gusto de asesorar. En estas charlas, cuando se menciona el tema de la administración, no se hace referencia a la falta de conocimiento al respecto. En lo que normalmente fallan los miembros del equipo es en la disciplina de realizar, de manera consistente, las tareas administrativas. Estas, desprovistas de lo apasionante que reviste la operación del emprendimiento, son, como los platos sucios en algunos hogares, dejadas a un lado para realizarlas en un mejor momento. De nuevo se trata de un fenómeno asociado a la inteligencia emocional. Aquí el mal manejo de las emociones deriva en un comportamiento errático, en el cual se efectúan solo las actividades que nos parecen divertidas, emocionantes o de valor, dando una prioridad inferior a las tareas propias de la administración. Cuando esta desidia se sale de control, suele ser demasiado tarde para corregir el rumbo, especialmente cuando no se tiene un músculo financiero que soporte una falta de este tipo.
Así como el niño sabe que debe comerse los vegetales de su almuerzo, pero al final busca la manera de no hacerlo, muchos emprendedores postergan y hasta evitan el juicioso cuidado de su empresa. La ausencia de claridad administrativa se traduce en lentitud para tomar decisiones comerciales. Por ejemplo, si no tengo las finanzas al día, no sabré si puedo participar de un importante proyecto al que uno de mis clientes me está invitando. No conozco si poseo el capital necesario, si debo prestar una parte o si, por el contrario, debo salir a conseguir todo el dinero requerido. Mientras que logro poner la casa en orden, es posible que la ventana de la oportunidad se haya cerrado para siempre. Con el tiempo, los clientes y prospectos notan esta problemática y optan, evitando dolores de cabeza innecesarios, por no llamar de nuevo.
¿Cómo solucionarlo? Lo primero que debes saber es que existen numerosos cursos para vencer la procrastinación y otros tantos para aprender cómo tener orden en las tareas del día y aprovechar el tiempo de forma adecuada. Sin embargo, aunque dicho camino puede funcionar muy bien para ti, te voy a sugerir algunas medidas más rápidas que puedes usar mientras logras el dominio de estas habilidades:
1. Contrata a alguien que lo haga.
Te invito a que realices el ejercicio de evaluar financieramente tu tiempo productivo en la empresa y que hagas el modelo de costo de contratar a una persona para que realice este trabajo. Ten presente que no es necesario traer a alguien de tiempo completo. Hoy en día existen personas que trabajan medio tiempo desde casa y pueden realizar esta labor de forma profesional y con rapidez. Incluso hay contadores que ofrecen estos servicios a destajo y solo pagas por la operación administrativa que requieras.
2. Ajusta tu horario.
Si aún no tienes la capacidad para pagarle a un nuevo empleado o a un freelancer, utiliza una agenda o software en la gestión de tus actividades y destina un tiempo semanal de alta prioridad a esta labor. La clave aquí es respetarlo tanto como a una cita con un posible nuevo cliente. Por ejemplo, si defines que los jueves y viernes a las 4:00 pm vas a hacer dos horas de labor administrativa, no abandones esta tarea por una reunión o cualquier otra cosa que pueda parecer importante. Estamos hablando de la vida de tu empresa.
3. Asignen tareas entre los miembros y supervísense
Dependiendo del tipo de negocio y la complejidad de la labor, las actividades de la gestión se pueden asignar e incluso rotar cada semana. El truco en esta recomendación está en que se supervisen entre sí. No solo se debe asignar la tarea, también se debe definir quién vigilará que sí se cumpla. Para lograr esta meta es vital que los participantes del equipo conozcan las bases de la comunicación asertiva con el propósito de no generar fricciones en las relaciones internas de la organización.
Creo que no sobra decir que tener una motivación clara es crítico a la hora de hacer el compromiso con las tareas que te he mencionado arriba. Si no sabes por qué haces lo que haces y cómo tu emprendimiento se alinea con tu propósito personal, será difícil encontrar la energía extra que supondrá realizar estas y otras actividades propias de un emprendimiento.
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