Involucrarse

Un poco por la repercusión sorprendente del texto anterior y otro poco (el más importante) porque me sentí cómodo y me gusto, paso a escribir algunas experiencias que me llevaron a emprender y desde ese punto comenzar el camino profesional.

Involucrarse en voluntariados o asociaciones sin fines de lucro y darle la importancia que merece, para mi te marca como persona y te muestra cómo reaccionar a ciertos eventos que no ocurren en un día a día rutinario o dentro de la zona de confort.

Pelear por un bien conjunto, tomar decisiones y generar actividades donde el fin no es ganar dinero, van posicionando a las personas a tener roles que capaz no fueron planeados. Es ahí donde se empieza a tomar un protagonismo verdadero, que motiva a hacer las cosas por vocación y no por un sueldo a fin de mes.

En mi caso forme parte de 3 asociaciones sin fines de lucro, todas relacionadas a órganos educativos. Las mismas fueron AVEIT, AArEII y Junior Achievement.

AVEIT, desglosada Asociación Vocacional de Estudiantes e Ingenieros Tecnológicos, marcó un antes y un después en mi vida universitaria. Me incorpore a los 19 años, después que un grupo de estudiantes (como yo) ingresaron al aula después de pedirle la autorización al profesor. Nos dieron la bienvenida a los nuevos ingresantes y nos contaron que cuando termine la carrera podríamos viajar a Europa en Motorhome con amigos e iba a conocer las mejores empresas del mundo si nos inscribíamos en esta asociación en la próxima semana.

En 2018 a mis 27 años tuve la oportunidad de recorrer Europa con 60 compañeros, en 11 motorhomes, durante 4 meses, visitando 17 países, 99 ciudades y hacer las visitas técnicas mencionadas anteriormente, las cuales fueron 15 empresas de primer nivel mundial como IBM, ABB, Stella Artois, la feria Hannover Messe, Bayer, entre otras.

Pero mi paso por AVEIT no fue solo ese viaje, sino fueron 6 años de trabajo voluntario, donde pude conocer a estudiantes de todas las ingenierías de la UTN FRC, con los cuales abordamos una enorme cantidad de proyectos y varios de esos no tienen que ver con la ingeniería. 

Mi rol lo ocupaba en la subcomisión de Prensa y Difusión, área en la cual no solo mostrábamos lo que hacíamos como institución, sino que teníamos la posibilidad de desarrollar cualquier proyecto que tiremos arriba de la mesa. Una vez obtenida la aprobación del jefe de área, y luego de comisión directiva, comenzábamos a planearlo, organizarlo y llevarlo a cabo, cual si fuera un proyecto empresarial o futuro emprendimiento.

Así fue que organizamos una columna semanal en la radio de la UTN, organizamos maratones en la ciudad de Córdoba, creamos un espacio para que emprendedores de la facultad muestren sus proyectos, lanzamos el vídeo de los parecidos dentro de AVEIT, llevamos adelante la organización de los festejos de los 50 años de AVEIT y otras actividades como la gestión publicitaria en redes y dentro de la facultad.

Readaptando metodologías de trabajo como SCRUM, teniendo largas reuniones mensuales que comenzaban a partir de las 23hs (horario en el que ya no había estudiantes cursando) y con un gran grupo humano donde no solo se trabajaba, sino que también se divertía, hizo que mi paso por AVEIT no sea en vano.

La cantidad de amigos, contactos, profesores con los que tuve trato por fuera de las aulas y experiencias de todo tipo que me vivir son incontables. Cada día le agrego más valor a esta experiencia ya que la puedo plasmar tanto en lo cotidiano y en lo profesional.

No importa que te lleven a Europa o donde fuere, eso es la frutilla del postre o un título final. Lo que realmente vale es el día a día, es la gratificación de saber qué hiciste las cosas por vocación y un bien común, que cambia las realidades de los pocos que se animan a un poco más.