¿ Y mañana?
Ayer se completó una nueva etapa en la vida de muchos jóvenes, tal y como viene sucediendo alrededor de estas fechas, en tantísimos centros educativos. El acto de su graduación tras completar en este caso, un periodo de formación profesional, significa mucho más que un acto protocolario.
Es un momento en el que año tras año se produce auténtica magia. Aquellos que hace apenas dos años acudían al centro cargados cada uno con su propia mochila repleta de anhelos, ilusiones así como alguna que otra “herida abierta”, ayer celebraban que se sentían dispuestos a comenzar, bien un nuevo período formativo (quien sabe las metas que cada uno se proponga alcanzar…); bien a insertarse en el mundo laboral sea por propia voluntad, sea por necesidades sobrevenidas, que todo se da. Pero además, ayer de forma callada, también se habría paso en una mezcla de ilusión y temor, una tercera posibilidad: La del emprendimiento.
Es la de aquellas y aquellos que desean compaginar las dos posibilidades anteriores, con el esfuerzo que seguro supondrá iniciar una fascinante aventura. Saben de donde parten y lo que quieren, pero desconocen entre otros cosas, el cómo y a dónde los llevará, lo que seguro será un apasionante y enriquecedor viaje.
¿Será fácil? Por supuesto que no. Pero para esto, también se han preparado.
Cuando les formamos, les decimos: “Educamos para la vida”. Pues bien, ahora se abre un nuevo desafío que recorreremos juntos, ya que su acompañamiento no termina simplemente con la finalización de su periodo formativo entre nosotros.
Si hace años, sentábamos las bases de un acompañamiento sistematizado para su inserción laboral ¿Por qué no hacer lo mismo ahora, con aquellos que desean abrirse al mundo del emprendimiento?
De este modo nuestros caminos se unen de nuevo, si alguna vez se separaron.
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Alumnas, alumnos y docentes, hoy simplemente compañeros de viaje, iniciamos una nueva y apasionante aventura.
Si hasta ahora pudimos disfrutar de algunos momentos inolvidables, muchos buenos, algunos complicados, bastantes difíciles, numerosos divertidos y así hasta crear una lista más larga y complicada que la de los reyes Godos (jooo…, esta expresión es casi tan vieja como yo); ahora nos lanzamos juntos a descifrar un nuevo sudoku.
¿Dónde llegaremos? Ahí está, la emoción de la vida!
Sé lo que quiero y no estoy dispuesto a renunciar a ello. Así estaré en paz conmigo mismo, porque incluso cabe la posibilidad de que las cosas puedan salir bien. La clave está en mantener la determinación y la resiliencia frente a los desafíos, y no dejarse vencer por las dificultades o las palabras negativas de los demás.
Y sin duda, el viaje en equipo, siempre invita a ello. ¿Y si sale mal? Aprendamos.
Mañana también amanece…