Jugársela por un Beso


¡Oh si él me besara con los besos de su boca!...

… “Tus labios destilan miel como panal; oh, novia mía, miel y leche hay en tus besos” ₁

I.

¡Saludos amigos y amigas de historias y caminos!

“Jugarse la vida por un beso”

Pocos asuntos entre las sociedades y entre los seres humanos tienen un acuerdo -común- aceptables en el tiempo; entre ellos está el enamoramiento entre un hombre y una mujer, que hace su estallido emocional en un beso. No importa la edad, poca importancia tiene la etnia y la cultura; “por todos los cielos” se escucha decir de ambas partes, como es que me gustó tanto ese personaje. Y cuando se logra materializar -así sea en un único beso - dice Emil Ludwin: -es un instante crucial en la creación, pues ese beso contiene dentro de sí la rendición total- Capaz de derribar barreras.

“Locuras, santas locuras dicen en comentarios escondidos damas de alta sociedad; mujeres educadas, comprometidas, casadas; pero cuando Cupido lanza la flecha, sólo un beso refresca las ganas y da alivio al corazón”

Cuándo el hombre es descubierto por su compañera o esposa, sólo podría decir: lo siento no pude sostener esa carga “emocional” tan pesada.

En las presentes líneas me centraré en dos historias relacionadas; una de juventud, transparente, real, inocente; de esas que se llevarán en las bellas memorias por siempre. La otra es de dos personas adultas, -no inocentes- pero, a partir de la provocación de un beso, se desencadena una propuesta indecente, que hiere al crearse, que mata al precipitarse. La tercera es una de aquellas de guerra, triste, que nos deja callados. …También quedan algunas frases sueltas para que echar a volar la imaginación...

Todos -quizás- todos, hemos tenido besos e historias verdaderos, que no pueden salir a la luz; se dirá una mentira; pero nuestro corazón los recordará como un bello instante en el tiempo.

 II

 “Jamás me atreví a pensar que un simple beso fuera a precipitar todas mis aguas; sí, aquel sublime contacto labial desencadeno algunas de mis pasiones humanas; bebí el elixir especial de nuestras salivas, mi piel no pudo controlar una extraña, pero deliciosa sudoración; y mi sexo se alborotó, cuál represa que se desborda”


Era muy jovencito todavía; un amor antiguo anidaba en su historia personal. Pero cuando la vio, todo se eclipso en su tierna mente; ella percibió al instante su presencia, también su vida se sumergió en sus ojos miel cristalinos; pasaron unos pocos segundos de quietud total, que para ellos fueron eternidad; sus almas habían programado el encuentro, pero ellos se sorprendieron, era algo nuevo y especial. Las personas a su alrededor los sacudieron, pues obstaculizaban un pasillo en aquella tienda.

Cuando lograron salir de aquel hermoso trance, él estiró su mano, ella la arropo en la suya, notó su temblor; él vio una lágrima rodar por su mejilla; ambos se esperaban, él tenía quince, ella catorce. Dos mundos nuevos se encontraban, cuál capricho de los cielos, cual descubrimiento de américa; pues de países diferentes llegaban.

Nerviosamente, sin soltarse de las manos, dijeron sus nombres; ella escribió en un trozo de papel mal cortado una dirección; es mi casa, ven este jueves a las tres, estaré pendiente de ti. Él prometió estar puntual, era lunes aquella primera vez.

Aquel jueves lleno de nubes negras, el muchacho no encontró aquella casa. Cansado de caminar y preguntar, a las cuatro se sentó en una piedra y lloró, ¿será que se burló de mí? -les preguntaba a los cielos- Mientras ella en una silla mecedora mirando por una ventana, no controlaba su enojo y su llanto.

Pasaron unos días de enfado total de ambos; él decía -me mintió, anoto otra dirección-; ella repetía -se burló de mí-

Una amiga de ella, mando a un mensajero a buscar a aquel grotesco joven de otra nación; para que se disculpará por el sufrimiento de su frágil niña. Él acudió de inmediato al llamado, pero llevo consigo la dirección un poco borrosa por la lluvia de aquel jueves negro.

Oh, sí; esa no es la dirección -dijeron al unísono- las dos mujeres. La joven de vergüenza salió corriendo y se encerró, gemía, lloraba.  Disculpe por favor el terrible error de dirección -dijo la amiga-  El sábado próximo hay un baile especial en la disco central -ven por favor y arreglemos la amistad entre ustedes-

-De acuerdo-, dijo el joven buscando los ojos de su amada niña-

Al parecer ambos chiquillos contaron los minutos del reloj esperando el reencuentro. Eran las 22 horas de aquel especial sábado, en algunas tradiciones ese día es sagrado; tiempo para amigos, amores y familia. Muy puntuales llegaron un grupo de bailarines a la disco, los dos enamorados tuvieron que esperar una breve charla de la madre de la chica para estar juntos en la mesa. Aquella reunión era de viejos amigos, el joven era un extraño.

 Está niña es muy joven aún para estar en este lugar de adultos -dijo la madre- pero, hoy se hizo una excepción para despejar la curiosidad del llanto y la tristeza de días pasados de mi hija; me enteré que usted jovencito es el responsable de ese sufrimiento; pero también me aclararon de un error de ortografía; entonces, -la doña se echó a reír-

Cuídala, ya le advertí a ella que yo tengo que estar enterada de sus visitas a nuestra casa, que serán como mucho 2 veces a la semana.

Seguidamente se organizó como se iba a dividir y a pagar la cuenta de consumo, el joven enamorado pagaría por él y por su niña. -Ella mostraba unos 18 años de acuerdo a su desarrollo físico, pero su calendario sumaba 14.

Sonaba una de esas baladas americanas, que invitan a la privacidad de los enamorados; ambos se miraron, se cogieron de la mano, y sin decir nada, avanzaron a la pista entre tinieblas, pues para esas melodías, las luces son tenues.

Una vez abrazados, improvisando cualquier torpe paso de bailarín sin experiencia. Perdóname, -dijo ella al oído-

 ¡no hay nada que perdonar! -respondió él- así tenía que suceder nuestro encuentro, son caprichosos los cielos.

Entonces hubo unos segundos sagrados, la pista quedo sin luces; sus labios se buscaron cuál miel al panal, sellando el inició de una bella aventura entre un chico enamorado y una joven eclipsada por Cupido que les jugaba una bella broma; ese primer beso reemplazó todas las demás explicaciones escolásticas.

III

¿Te has jugado la vida por un beso?

Ella bailaba con su esposo, se veían enamorados; en aquel casino sonaba un son que invitaba a bailar; la mujer sintió otra vez la mirada fija de aquel hombre bien vestido, mayor que su esposo. De inmediato beso a su esposo en tono desafiante, como quién dice soy mujer prohibida; o quizás: “de lo que te estás perdiendo,” porque el contacto visual entre ambos permanecía.

La pareja de esposos estaba buscando ganar en las apuestas de casino, su economía tambaleaba. Más tarde el personaje bien vestido y la mujer volvían a cruzar miradas.

Él, con un guiño de cabeza la invito a que le acompañara en el juego; trato de huir, pero el esposo estuvo de acuerdo.  En un segundo juego, en el papel de dama de compañía, ella lanzó los dados, instantes de incertidumbre y la mirada de los presentes inundaron la mesa de juego; los dados mostraron unos siete ganadores. Ella saltó de alegría, todos gritaron. Él hombre bien vestido- personaje de negocios-  les ofreció un porcentaje por la ganancia; los esposos no tenían salida, tenían necesidad por el dinero, -lo aceptaron-. Sin embargo, el astuto millonario los invito a cenar, también aceptaron. Luego que cenaron e intercambiaron historias, este les hizo la propuesta indecente, algo así: Piénselo muchachos, necesitan dinero, les entregaré un millón de dólares a cambio de pasar una noche en privado con la dama presente.

Los esposos se comprometieron a dar una respuesta al otro día. Cuando estuvieron a solas, hubo debate, gritos, silencio, llanto; ella terminó persuadiendo a su esposo.

Una vez que los amantes estuvieron solos, abandonados en un yate en altamar; quedo todo en tinieblas, las luces del lujoso yate cesaron; sólo la luz de la luna fue testigo de aquel fatídico roce de labios, entonces funden su atracción en el ansiado beso; él lo paga con un millón de dólares, ella pone en riesgo su dignidad y su matrimonio. Luego de aquel doloroso, quizás delicioso beso -por la espera- él saca su moneda de la suerte, ella pierde, cae en la trampa. Él cobra la apuesta total “pasar la noche-dormir con aquella desafiante, pero bella dama”

La película es: “Una propuesta Indecente”, recaudo más de 200 millones de dólares. Llena de controversias por la moral de las sociedades civilizadas; pero, la curiosidad pudo más… se llenaron las salas de cines. 

Arjona susurra en la canción: “también en mi primera vez, sientes como tiemblo ya vez”

Algunos místicos dicen que ese primer contacto es básico para la copulación, necesaria para que el deseo de la Creación se siga manifestando. De pronto decimos, dirás: esas historias pueden ser mentira; pero, observemos el pensamiento del poeta español Ángel González:

 “La verdad de una mentira”:

“Al lector se le llenaron de pronto los ojos de lágrimas;

 una voz cariñosa le susurró al oído:

¿por qué lloras, si todo en este libro es mentira?

El lector respondió: -lo sé- pero lo que siento es de verdad”

IV

“Este beso vale todas las lágrimas, toda la angustia, todo el dolor, toda la lucha, toda la espera” ₂


En la década de los años 90|S, en la antigua Yugoslavia ocurrieron hechos trágicos civilmente hablando por la disolución de la región, se formaron a la mala seis nuevas repúblicas soberanas. Crisis que se arrastró desde los 80|S; conocidos en la comunidad mundial como guerras Yugoslavas, incluido el genocidio. En una de las regiones hubo hasta campos de concentración. En cierta zona cuenta un afortunado fotógrafo que no fue divisado por los francotiradores, que una pareja -cada uno se escapa de sus refugios-, para recibir y dar un beso y un abrazo a su amado. Pero un francotirador los divisa y, a ambos logra dispararles. Los cuerpos sin vida pasaron varias horas, quizás algunos días abrazados; pasando a la historia de los mártires amores, buscando un beso, un abrazo en medio de la crueldad humana.

V

“Lo cierto es que los aeropuertos y las terminales de autobuses, sin olvidar los claros de lunas, guardan memoria de verdaderos besos de amor; más no las paredes de salones con pomposas bodas”


 “Cuando el caminante observó la mirada fija de la bella mujer, sintió una ráfaga de calor quemar todo su cuerpo; petrificado quedo, ella desde su ventana de autobús le enviaba un beso coqueto; en microsegundos recordó al abuelo: “ten cuidado muchacho, ella te puede llevar a su cielo, o te pone a arder en su infierno” 

 

Como idea final diré: Algunos seres humanos, yo incluido, arriesgamos hasta la vida por ese bello sentir del primer beso. Arjona susurra en la canción: “también en mi primera vez, sientes como tiemblo ya vez”

¿Te has jugado la vida por un beso?

*Notas:

-1- Cantar de Cantares

-2- Collen Hoover

-3- el anterior contenido es responsabilidad de Fernando Tellez, para cualquier comentario favor de dirigirli al correo: mismores1520@gmail.com. También publicado en el blog del mismo autor: Whaleshares.io/@caminante







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