Juguetes e innovación

"Mamá, yo quiero ser inventor."

O como se diría ahora, yo quiero innovar.

Tengo la suerte de poder trabajar en lo que más me gusta: desarrollar juguetes, pero en mi tiempo libre sigo realizando "trésdesis" y Ayudame3D crece cada día más y más.

De lo que más me alegro es haber aprendido a innovar de manera social. Si mi proyecto sirve para algo es sobre todo para demostrar que ayudar es demasiado fácil como para no hacerlo.

De las primeras cosas que recuerdo es desmontar juguetes. Todos. Al principio no sabía cómo montarlos de nuevo pero poco a poco fui aprendiendo, viendo que muchos seguían patrones, que existía una capacidad inventiva colectiva, que unos habían aprendido de otros y gracias a eso yo también iba aprendiendo.

Otra cosa que recuerdo es querer ser un robot pero eso ya es otro asunto.

Tengo cuadernos enteros con inventos y juguetes dibujados hace casi 20 años, con soluciones para el día a día, con facilidades en transporte urbano, con home robots, pero sobre todo con juguetes que sí podían cumplir mis expectativas.

Recuerdo a los 12 años o así ver una "impresora 3D" industrial que rompía un bloque de una especie de yeso e iba formando la pieza y decidir que mi primer sueldo sería para comprar ese armatoste para poder fabricar juguetes. Afortunadamente aquello evolucionó y hace pocos años pude permitirme una impresora comercial.

Por fin pude hacer mis juguetes realidad. Figuritas, inventos, prototipos... la verdad es que el inicio fue interesante y no podía imaginarme lo que vendría después.

Enabling The Future. Me permitió aprender a fabricar manos articuladas, brazos que se movían y agarrar objetos con dedos impresos en 3D. Y como comentaba al principio, descubrir que existía una capacidad inventiva colectiva y que era necesario aportar mi grano de arena.

Viendo la ausencia de brazos impresos en 3D para personas sin codo desarrollé el primero que no necesita ningún tipo de electrónica: La Trésdesis Vicky, entregada por primera vez a personas del Valle del Rift en em 2017.

En solo un año se han podido entregar más de 25 trésdesis a países de todo el mundo. Pronto el proyecto cambiará de forma, se renovará, mejorará, pero la esencia continuará: dar brazos impresos en 3D a personas sin recursos de cualquier parte del mundo.

Quién me habría dicho a mi que por querer diseñar juguetes acabaría ayudando a alguien al otro lado del mundo.

Vivan los juguetes.